Uso del agua: el debate que se abrió en la ley de plásticos de un solo uso

En el Senado se debate un posible cambio en la elaboración de productos de plástico de un solo uso.

La Comisión de Recursos Hídricos del Senado revisa la posibilidad de modificar el artículo 3 de la normativa, lo que divide a distintos sectores sobre si es necesario un nuevo cambio.


Cuando faltan casi ocho meses para la entrada en vigor de la última etapa de la Ley 21.368, que prohíbe los plásticos de un solo uso, se ha intensificado un debate en la Comisión de Recursos Hídricos, Desertificación y Sequía del Senado en torno a un proyecto que quiere modificar el artículo número 3 de la normativa debido a la posibilidad de que aumente el consumo de agua y la contaminación asociada a la utilización de detergentes en los establecimientos de comida.

“La modificación permitirá cumplir con el objetivo de ser responsable con la basura que producimos y en particular de los residuos plásticos cuyo uso continúan siendo prohibido. Es decir, permitirá contar con materiales de un solo uso, pero que además se pueden reciclar o compostar o con utensilios que permitan ser utilizados más de una vez”, expuso María Teresa Vial, presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), a principios de enero en la comisión de la Cámara Alta.

El artículo 3 no permite la entrega de productos de un solo uso, cualquiera que sea el material del que estén compuestos, cuando se trate de consumo dentro de un establecimiento (ver recuadro). El proyecto de ley que busca flexibilizar esta medida mantiene la prohibición de la entrega de productos de un solo uso, excepto aquellos que permitan su valorización o compostaje, originados a partir de materiales distintos del plástico o plástico certificado.

Puntos de vistas distintos

Esto ha generado puntos de vista encontrados entre diversos sectores como la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga) y la CCS que respaldan la propuesta parlamentaria y otros, como la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla), que no están de acuerdo.

“Cuando tenemos una ley como esta, que además complementa a la de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y se hace cargo de un grupo de empaques o envases de un solo uso ocupados para comidas preparadas, creemos que es importante conservar esa esencia. Si modificamos el artículo tercero, tememos que se pueda diluir el impacto que puede producir esta ley”, comentó Magdalena Balcells, gerenta general de Asipla.

Pero Máximo Picallo, presidente de Achiga, apunta a que no se prohíba usar elementos biodegradables o compostables para el consumo dentro de establecimientos. “Cuando las leyes ambientales observan sólo una dimensión del problema, se generan otros. La ley de las bolsas plásticas provocó un exceso de bolsas de papel y plásticas, de mayor grosor que las entregadas en los supermercados”, explica.

En contraste, Balcells reconoce que siempre que se realizan cambios como los planteados en la ley de plásticos de un solo uso pueden producirse otros efectos no deseables, siendo uno de ellos un aumento en la huella hídrica. No obstante, aclara que eso no es necesariamente así. “Dado que la problemática de la contaminación ambiental y del impacto en el medioambiente que generan lo residuos son temas complejos de abordar, también son temas complejos de solucionar, y es importante que, para solucionarlos, pensemos en varios mecanismos y en varias iniciativas”, asegura.

De ahí que en Asipla consideran que posiblemente para los actores más pequeños del rubro de las comidas preparadas podría ser más difícil implementar el consumo dentro del local con envases reutilizables, al no disponer de un servicio que se encargue de proporcionar envases reutilizables de manera que se pueda ocupar tecnologías avanzadas para el lavado y uso eficiente de aguas.

“Existen estudios a nivel global que muestran que en ese sentido no hay una huella de agua importante”, refiere Balcells, quien cree que se debiera apuntar a ayudar o motivar a los actores más pequeños del sector para sumarse rápidamente a disponer de dichas tecnologías.

Humberto Palza, académico de la Facultad de Ciencias, Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, coincide en que cualquier actividad tendrá una huella. “La sociedad se ha concentrado en el tema de los plásticos correctamente, pero olvida que finalmente cualquier acción siempre tiene un impacto en el medioambiente. Si queremos prohibir el plástico y que sea todo de cartón o papel, se generará un impacto en el mundo de las celulosas, por ejemplo”, detalla.

En el mundo se producen anualmente cerca de 300.000 kilotoneladas de plástico. “Si prohibimos plástico de un solo uso, la pregunta es ¿con qué reemplazar y qué hacer frente a eso? Si reutilizo todo, obligo a lavar los utensilios y como consecuencia habrá un aumento del consumo de agua”, explica Plaza. La postura del académico es que no hay que enfocarse solamente en el plástico porque finalmente es un material que surge para suplir una necesidad de la sociedad frente a un determinado estilo de vida. “Más que prohibir, siento que la cooperación es generar opciones. El tema es qué hago cómo sociedad para consumir menos recursos. ¿Cuál es el problema: el agua o el plástico?”, dice el experto.

Discusión contra reloj

Aunque la Ley N° 21.368 entró en vigor en 2022, la normativa se implementará por completo en agosto de 2024. En marzo de 2023 se presentó un proyecto de ley en el Senado que busca modificar la entrega de productos de un solo uso y que está en su primer trámite legislativo, lo que supone una discusión contra reloj.

“Los productos de un solo uso distinto de los envases de comida preparada deberán ser entregados únicamente cuando el consumidor expresamente los solicite”, dice parte de la iniciativa propuesta.

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