Más de 70 robos han denunciado las empresas salmoneras en los últimos dos años, dos de ellos a mano armada, según Gonzalo Méndez, abogado de Nazer, Méndez & Compañía.

El delito ha logrado posicionarse como tal y en Coyhaique dos personas han sido condenadas a penas efectivas de prisión que superan los tres años. "La percepción que había antes era que robar a los salmoneros que eran los ricos, era ser como Robin Hood", afirma el gerente general de SalmonChile, Carlos Odebret.

Pese a que la industria ha tomado medidas para prevenir y lograr sanciones para los delitos, los robos no han terminado, más bien se han ido sofisticando. "Hay barcos que llegan al centro de cultivo en la noche en algunos casos amenazando con armas. Se meten a la jaula y se llevan los peces, ya no es un bote, sino una embarcación. El robo es organizado, preparado y planificado", explica el ejecutivo.

Según las estimaciones de SalmonChile, el año pasado se registraron pérdidas por unos US$60 millones. El delito se ha extendido más allá del centro de cultivo. "También ocurre en el transporte

desde centros de acopio a la planta de proceso o puede ser desde la planta de proceso hacia el destino, donde ocurre el robo en la carretera hacia el puerto", explica Méndez.

Quizá lo más triste de estas historias delictuales, es que en muchas oportunidades el delito es facilitado por personas que trabajan directa o indirectamente en las empresas: guardias, operarios, personas de transporte se han visto involucrados en estos ilícitos. "Hubo un caso de un chofer al que habían asaltado en Temuco, pero en realidad le pegaron para que pareciera que no estaba involucrado", cuenta el abogado.

Los robos de salmones aumentan en fechas cercanas a la cosecha, cuando los peces tienen un peso mayor. "Esa información que sólo se puede saber desde adentro, puede ser que alguien de la empresa la proporcione o alguien que presta servicios externos. También se han visto sobornos", señala Odebret.

En la industria estiman que cerca del 3% de la producción es sustraída y a veces el hurto no se detecta inmediatamente. "Uno no cuenta los peces todos los días. Cuando se cosecha uno se da cuenta que faltan peces. Son pérdidas por robo o por diferencia de inventario", agrega el ejecutivo de SalmonChile.

Entre 2010 y 2011 hubo al menos 64 querellas por estos delitos, donde el 31,2% correspondieron a hurto simple; el 20,1% a receptación; y el 1,5% a robo con violencia., según el estudio Nazer, Méndez & Compañía.

Debes saber

¿Qué ha pasado?
La industria salmonera continúa viéndose afectada por robos. Esto, pese a que las penas se han endurecido.

¿Por qué ha pasado?  
El robo se ha sofisticado e incluso se ha extendido fuera de los centros de cultivo hasta llegar al transporte.

¿Qué consecuencias tiene?
Un estudio de abogados se concentra en defender y lograr las máximas sanciones.