Recompra de acciones: interesante alternativa
Invertir en acciones implica, desde el punto de vista de la rentabilidad, aspirar a una ganancia de capital, esto es a vender las acciones a un precio mayor al valor de compra, y/o a un retorno por dividendos (”dividend yield”).
Cuál de las dos fuentes de retorno predomine finalmente dependerá de una mezcla entre el plazo de la inversión accionaria (a mayor plazo, mayor tiende a ser el dividend yield), la política de dividendos y lo agresivo del crecimiento de la compañía, entre las principales variables.
En este ámbito surge un interesante mecanismo, que es ampliamente conocido y aplicado en países como Estados Unidos (EEUU), todo lo contrario de lo que ocurre en Chile, que corresponde a las operaciones de recompra de acciones propias por parte de las empresas.
En el caso del EEUU, como destacó el Wall Street Journal (WSJ) en un artículo, sus principales compañías están sentadas sobre un impresionante volumen de caja, y el año 2012 destinaron cientos de billones de dólares para -en lugar de utilizarlos en inversiones de activos fijos o de capital de trabajo- a la recompra de acciones.
Este mecanismo de recompra de acciones implica en términos simples que una empresa decide, en complemento o en sustituto al tradicional reparto de dividendos, utilizar parte de estos recursos para proceder a comprar acciones de la misma compañía, lo cual genera un poder comprador de acciones propias, sacándolas de circulación de la bolsa y aumentando la utilidad por acción (UPA).
Según el artículo del WSJ, el monto total de recompra de acciones por parte de las compañías en EEUU superó en nada menos que US$274.000 millones al conjunto de los aumentos de capital entre septiembre de 2011 y septiembre de 2012 y no se ve que esto sea una moda pasajera. A modo de ejemplo, General Electric anunció hace un par de semanas un plan de recompra de acciones por US$10.000 millones a tres años plazo.
¿Qué explica este importante volumen de operaciones de recompra de acciones?. Más allá del incremento de la UPA, a muchas empresas les sale más barato endeudarse para retirar acciones que repartir dividendos. También pueden haber motivaciones tributarias si es que el impuesto a los dividendos es mayor que la tasa de impuestos a la ganancia de capital. Finalmente, la recompra de acciones arroja una señal positiva al mercado toda vez que se supone que la propia empresa sabe mejor que el mercado el verdadero valor económico de la acción, por lo que sólo hará una recompra si es que el precio de ésta es atractivo.
Cabe preguntarse si en nuestro país -donde hemos tenido muy pocos casos de recompra de acciones- veremos a futuro un cambio por parte de las compañías en relación a estas operaciones. Pienso que al menos vale la pena plantearse esta interesante alternativa...
*El autor es socio de Alta Dirección y decano FEN Ucinf.
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