¿Es posible erradicar el sarampión como se hizo con la viruela?

Mientras que cada persona con viruela puede infectar a otras 4 o 6, cada persona con sarampión puede infectar a aproximadamente otras 20.


Con toda la rabia dirigida a los llamados antivacunas por causar el brote actual de sarampión en Estados Unidos, es fácil pasar por alto que la gran mayoría de muertes por sarampión en el mundo ocurren en niños cuyos padres querían desesperadamente vacunarlos, pero no pudieron. Enfocando los esfuerzos en los países en desarrollo, donde los brotes son mucho más grandes y mortales, algunos científicos consideran posible erradicar el virus pronto, como lo hicieron hace 40 años con la viruela.

La viruela era un blanco más fácil porque el virus era menos contagioso, así que los médicos no tuvieron que vacunar a una fracción ni remotamente igual de la población para llevarlo a la extinción, asegura Justin Lessler, epidemiólogo de la Universidad de Johns Hopkins. Pero lo que tenemos ahora es mejor tecnología para rastrear el virus por el globo y estrategias de vacunación dirigida más precisa.

En una reciente edición de la revista Science, él y algunos colegas describen lo patrones de brotes observados en datos globales recolectados entre 1980 y 2017 y discuten cómo usarlos en un esfuerzo continuo por erradicar el virus.

La cruzada merece todo el apoyo que necesite para cumplir su misión. En los años en los que EE.UU. estuvo virtualmente libre de sarampión, los brotes de la enfermedad aumentaron en todo el mundo, con cientos de muertos cada año. Este año, un brote enorme en Madagascar ha matado a 1.200 niños.

En los países en desarrollo, los mismos problemas con la infraestructura médica que impiden tasas de vacunación más altas también han hecho la enfermedad mucho más mortal. En Madagascar, muchas personas no pueden pagar llevar a los niños infectados al hospital, y la desnutrición también está incrementando la tasa de mortalidad del sarampión.

Madagascar apenas vio unos cuantos casos en los años previos al brote de 2019, los cuales parecían salir de la nada. De hecho, esto es parte del patrón habitual. En un país que inicia una campaña de vacunación, las tasas de la enfermedad disminuyen inicialmente, ya que las vacunas son apoyadas por la inmunidad natural de los miembros de la comunidad que ya han tenido la enfermedad. Con el tiempo, sin embargo, la inmunidad natural ayuda menos y el país depende cada vez más de la vacuna. Cuando hay una alta tasa de natalidad, la población sin vacunar, susceptible, puede empezar a aumentar.

"Puede que por un momento parezca que la han eliminado, pero es solo cuestión de tiempo para que se desarrolle una población susceptible como combustible para un incendio, y luego hay una chispa", asegura Lessler.

Mientras que cada persona con viruela puede infectar a otras 4 o 6, cada persona con sarampión puede infectar a aproximadamente otras 20. Puesto que es una enfermedad muy contagiosa, se necesita una tasa de vacunación muy alta -entre 90% y 95%- para evitar brotes futuros.

En Madagascar y muchos otros países alrededor del mundo, las tasas de vacunación han caído a menos de la mitad de los niños, mucho menos que la tasa de casi 91% alcanzada por EE.UU. a pesar de toda la retórica en contra de las vacunas.

La disminución inicial seguida por irrupciones de la enfermedad es lo que los científicos llaman un patrón convencional. Al rastrear en qué parte de esa trayectoria se encuentran los países, afirma Lessler, los médicos pueden concentrar las campañas de vacunación donde más se necesitan. Incluso, en algunos casos, puede ser más beneficioso enfocarlas en niños más grandes.

La erradicación en cualquier país es una condición temporal, ya que el virus no va a respetar fronteras. Si bien es relativamente fácil para las personas en EE.UU. vacunar a sus hijos, la información médica errónea sobre los peligros de las vacunas infantiles habituales -combinada a veces con las objeciones religiosas- ha creado grupos de niños vulnerables en EE.UU. Luchar contra la información errónea puede ayudar, pero la única manera de garantizar que los brotes no regresen es erradicar el virus del globo.

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