Columna de Lissé Angarita: “Diabetes y consumo de edulcorantes en Chile”


Noviembre es el mes de la Diabetes, una enfermedad que afecta al 12,3 % de la población nacional. Para este segmento y para gran parte de la población, los edulcorantes han venido a convertirse en una solución por distintas razones, pero lo cierto es que se trata de una industria de la que todavía existe mucho por conocer y a la que debemos estar atentos.

Por ejemplo, según la encuesta de “Chile saludable”, 8 de cada 10 chilenos prefieren la Stevia, y un 15% la Sucralosa. Sin embargo, se requieren estudios más actualizados de mercado y determinar exactamente en qué cantidades se consumen.

Específicamente en el paciente diabético se ha generalizado aún más el uso de los edulcorantes naturales que los artificiales. Especialmente la Stevia y la Tagatosa son los más recomendados en sujetos con esta patología, debido a las propiedades funcionales o benéficas que producen en la salud de sus consumidores, representando un valor agregado a su capacidad de endulzar.

Por su parte, diversos artículos científicos, han reportado que la Stevia posee un efecto regulador de la glicemia, mientras que, a la tagatosa, se le ha atribuido un efecto hipoglicemiante, así como una potencial acción pre-biótica comprobada únicamente en ensayos in vitro, aunque a la fecha, aún se requieren pruebas.

Es común encontrar en la diversidad de productos elaborados por la industria alimentaria, algunos edulcorados con mezclas de endulzantes o incluso suplementos específicos para diabéticos endulzados con alcoholes de azúcar, tales como el sorbitol o xilitol; los cuales, son frecuentemente utilizados debidos a sus propiedades incrementadoras de volumen, aunque su poder edulcorante es menor.

NO OCUPAR edulcorante

Progresivamente, en el campo de los edulcorantes de próxima generación está el avance en el conocimiento sobre los mecanismos del sabor dulce y los receptores del gusto. La investigación avanza para comprender los mecanismos de unión de los diversos edulcorantes a nivel de receptor.

Este conocimiento se puede utilizar para crear soluciones que produzcan edulcorantes naturales de alta intensidad que se adapten mejor al sabor del azúcar y resuelvan aspectos temporales como la dulzura persistente; combinándolas con otros métodos que disminuyan el sabor a regaliz o el regusto de algunos edulcorantes.

Se espera que a la velocidad en la que se incrementa la demanda de estos aditivos por los consumidores, también se promueva nacionalmente el avance en investigación en la búsqueda y desarrollo de tales moléculas. El propósito de la industria, es ofrecer mejores ofertas de endulzantes de origen natural con sabor mejorado o incluso edulcorantes más comunes derivados de proteínas.

La actual tendencia del consumidor apunta al uso de aditivos más saludables, orgánicos y sin pesticidas. En este sentido, existe una preocupación del consumidor por evitar posibles efectos perjudiciales en la salud y de mantener una percepción más aceptable de sabor y textura en los productos. Todo esto anticipa una tendencia hacia una mayor cantidad de moléculas edulcorantes naturales de estructura proteica o sacáridos novedosos producidos por bio-conversión enzimática.

*Profesor Investigador Nutrición y Dietética, Universidad Andrés Bello sede Concepción.

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