Manifiesto, René de la Vega, alcalde de Conchalí: "Las acusaciones de acoso sexual y laboral tienen el ánimo de destruirme"

RENE DE LA VEGA

El cantante Kitsch y alcalde de Conchalí se refiere a las denuncias por acoso sexual y laboral en su contra. Además, recuerda su paso por la música y el precio de la fama.


Las acusaciones de acoso sexual y laboral tienen el ánimo de destruirme. Cuando llegué a la municipalidad les exigí a las personas que hicieran bien su trabajo y a atender bien a los vecinos. El que no estaba dispuesto, se tenía que ir. Para mí, eso no es acoso laboral. La persona que me está denunciando por acoso sexual era un amigo mío: lo descarto totalmente y lo veo como una traición. El único objetivo que tienen estas personas es destruir al alcalde de Conchalí. Ellos ven a este municipio como un botín.

Quería ser alguien muy famoso. Cuando me dediqué a la música me propuse llegar a ser un cantante reconocido a nivel nacional. No lo logré, pero mis esfuerzos estuvieron ahí. Igual llegué a transformarme en un ícono kitsch. Siempre me pongo metas que parecen inalcanzables para llegar lejos. Nunca pensé que podía ser arquitecto o alcalde, pero lo logré. Es parte de mi perseverancia.

A los ocho años empecé a trabajar en eventos infantiles. Acompañaba a mi papá, que organizaba fiestas para niños y necesitaba que alguien lo ayudara. En nuestra casa había necesidades económicas y tenía que colaborar con mi familia. Muchas veces me tocó disfrazarme de Mickey Mouse y de Pato Donald. Luego pasé a animar con títeres y a cantar. No fue un abuso infantil, me gustaba hacerlo y nunca me obligaron. Ahí nació mi parte artística.

Mi primer beso fue escuchando Guns N' Roses de fondo. Fue en una fiesta en el Liceo 6 de mujeres de Recoleta. En ese tiempo, uno iba a las fiestas y esperabas hasta que salieran los lentos para hacerse el bonito con la niña que te había gustado. Tenía 14 años. Por suerte me iba bien con las mujeres. Siempre tuve mucha confianza en mí, y eso conquistaba más que el resto de mis compañeros.

Luis Jara me hizo clases de canto. Mi carrera empezó al salir del colegio, no pude entrar a Kinesiología y entonces decidí estudiar música. Entré por un semestre a la academia.

Tengo un disco de covers que está perdido. Es mi primera producción. Tome clásicos de la música anglo y los traduje al español. Respetábamos las partituras originales. Eran 10 canciones de artistas como Elvis Presley, John Lennon y Joe Cocker. La SCD me dijo que por un tema de derechos, tenía que enviar las canciones a Estados Unidos y pedir la autorización. Supongo que lo hicieron, pero nunca más supe de esa producción.

Tuve depresión por los comentarios que la gente hacía de mi familia. El video de Chica Rica lo hicimos con todos mis cercanos, no teníamos más recursos. Mi cuñado aparece bailando, un amigo toca la batería y mi hermana era la protagonista de la canción. Como no me molestaban las burlas que hacían de mí, empezaron a atacar a mi familia. Decían que mis hermanas estaban gorditas y que ellas eran las únicas que me conocían. Fue muy duro. Empecé a sufrir al ver que por mi culpa les podían hacer daño a ellas.

Soy cristiano, pero estoy a favor de las tres causales del aborto. Considero que en ese tema deben opinar las mujeres. Soy creyente, pero debemos tener respeto. Entiendo que hay posturas que son mucho más amplias que tus propias creencias. Por eso me cuesta definirme en un partido puntual. Me defino como un independiente, pero dentro de la línea de Chile Vamos.

Para hacer trámites ocupaba mi segundo nombre. Tengo una inmobiliaria y no podía poner que René de la Vega estaba arrendando un departamento, porque pensaban que era broma o me llamaban solo para molestarme. Entonces, los anuncios iban firmados por Arturo de la Vega, que es mi segundo nombre.

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