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A propósito del gusano barrenador: qué otras larvas son peligrosas para el ser humano

El reciente caso de un hombre afectado por el gusano "come carne" despertó el interés en los diferentes parásitos que rodean a las personas y las enfermedades que pueden provocar en sus organismos, desde afecciones pulmonares a importantes reacciones cutáneas.

Gusano barrenador. Archivo.

Su nombre científico es Cochliomyia hominivorax, sin embargo, también es conocido como gusano barrenador o, simplemente, “come carne”. Una última y gráfica denominación que despertó las alertas de las autoridades sanitarias de Estados Unidos luego de que se descubriera su presencia en un hombre que había llegado a Maryland desde El Salvador.

Un caso anormal para este tipo de parásito, ya que generalmente afecta al ganado. Aunque pueden haber excepciones, como quedó en claro cuando este semana un portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. informó que se identificó un hombre con miasis.

La enfermedad que transmite el gusano barrenador del Nuevo Mundo (NWS, por sus siglas en inglés) y que es causada por larvas de mosca de NWS, que generalmente se introducen a los cuerpos de sus víctimas por una herida abierta y se alimentan del tejido vivo de los mamíferos.

Detectan el primer caso en humanos de gusano barrenador, el parásito carnívoro que come tejido vivo. Foto: AP.

Las otras enfermedades causadas por larvas

Sin embargo, esta no es la única enfermedad que transmiten las larvas a los humanos, ya que también otras crías de varios insectos pueden ser causantes de afecciones peligrosas. Entre ellas las larvas ascaris, las larvas de orugas y las larvas migratorias.

Las primeras de ellas la afección conocida como Ascariasis tras haber ingresado al cuerpo de las personas que consumieron alimentos o bebidas contaminados con sus huevos. Una vez en el interior, estos eclosionan permitiendo a las larvas viajar del intestino delgado a los pulmones.

Su presencia acá puede causar neumonía eosinofílica, llamada así por el glóbulo blanco conocido como eosinófilo, que se acumula en los pulmones y causa inflamación y daño.

Por su parte, las larvas de orugas pueden provocar reacciones cutáneas por contacto con sus pelos urticantes. Estas pueden ir desde “simples” erupciones y picazón, hasta reacciones alérgicas graves como la anafilaxia, donde todo el cuerpo se ve comprometido y junto con la urticaria también pueden presentarse dificultad para respirar.

El daño provocado en la piel por la larva migratoria.

La larva migratoria, en tanto, afecta a las personas luego de que los huevos de anquilostoma, presentes en las deposiciones de heces de gatos y perros infectados, llegan al cuerpo humano.

Su presencia provoca principalmente una reacción cutánea que va desde la picazón intensa hasta la aparición de ampollas con forma de serpiente, las que son “creadas” por las larvas al moverse bajo la piel. De manera poco común, pueden migrar a través del torrente sanguíneo y causar inflamación pulmonar o del intestino delgado.

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