Cómo China podría forzar un apagón total en Taiwán y qué rol podría adoptar EEUU en este escenario
La isla autónoma depende casi totalmente del combustible importado, lo que la hace vulnerable ante un potencial bloqueo marítimo por parte de China. Según simulacros de guerra, se quedaría sin gas natural licuado en menos de dos semanas. La postura de Washington sería clave para Taipéi.
Durante los últimos años, las fuerzas de la República Popular China (RPC) presidida por Xi Jinping han intensificado sus movimientos en las cercanías de Taiwán y aumentado sus ejercicios militares en la región.
Según han planteado distintos analistas internacionales, estas acciones han demostrado cómo las tropas chinas podrían cercar y estrangular a la isla autónoma, a través de bloquear sus rutas marítimas vitales.
Dicha estrategia, de acuerdo a los especialistas, es potencialmente menos riesgosa para Pekín que organizar una invasión a gran escala en Taiwán.
Y a su vez, tendría efectos significativos en la isla de más de 23 millones de habitantes, que depende casi totalmente del combustible importado.
Cabe recordar que China considera que Taiwán es parte de su territorio, y ha declarado que estaría dispuesta a obtener su control mediante la fuerza si es necesario.
Aquello ha sido rechazado sostenidamente por los gobernantes taiwaneses, electos democráticamente, quienes han tomado medidas preventivas para preparar a sus tropas y a la población civil para enfrentar una potencial invasión del gigante asiático.
Según afirmaron analistas al Wall Street Journal, el desafío de proteger a Taiwán contra un bloqueo comienza con la energía y, especialmente, con el gas natural licuado (GNL), que es utilizado para generar casi la mitad de la electricidad del territorio.
Datos reunidos por el citado periódico detallan que alrededor del 97% de la energía de la isla se importa por mar.
Por lo tanto, si se cortara el flujo por completo, se estima que sus reservas de GNL se agotarían en cuestión de días, lo que paralizaría su capacidad para producir electricidad.
En medio de este potencial escenario, el gobierno taiwanés está aumentando el almacenamiento de energía y replanteando la matriz energética de la isla, hasta el punto en que están reconsiderando la energía nuclear, meses después de que en mayo apagaran su último reactor.
Cómo China podría forzar un apagón total en Taiwán y qué rol podría adoptar EEUU
En septiembre, dos senadores de Estados Unidos presentaron una legislación que respaldaría la capacidad de la isla para asegurar un suministro de GNL estadounidense.
La iniciativa incluye la provisión de un seguro estadounidense a los transportistas, para así mantener el flujo de entregas si el territorio se ve amenazado.
Los senadores en cuestión son Pete Ricketts (republicano por Nebraska) y Chris Coons (demócrata por Delaware).
El primero de ellos declaró que patrocinaron la legislación luego de participar en un simulacro de guerra dirigido por la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), grupo de expertos con sede en Washington que mostró cómo Taiwán se quedaría sin GNL en 11 días si enfrenta un bloqueo.
Ricketts enfatizó que aquella simulación “realmente puso de relieve cómo este podría ser el talón de Aquiles de Taiwán”.
En un ejercicio similar, una serie de simulacros de guerra dirigidos por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) mostró que, aunque la isla podría resistir un bloqueo chino y mantener su producción de energía por un tiempo reducido, el territorio requeriría de la intervención estadounidense para abastecerse de electricidad en un periodo más prolongado.
Durante sus primeros meses en esta segunda administración en la Casa Blanca, Trump ha mantenido una postura ambigua en cuanto a si defendería o no a Taiwán en caso de que estalle una invasión china.
Previamente, el ahora expresidente Joe Biden manifestó durante su mandato que Estados Unidos “no apoya” la independencia de la isla. Sin embargo, el abanderado demócrata aseguró durante su gobierno que Washington estaría dispuesto a enfrentarse militarmente por la situación de Taiwán.
De acuerdo a distintos analistas, una interrupción del comercio marítimo por parte de Pekín dificultaría la toma de decisiones de Washington en el escenario actual, más que si se produjera un ataque directo contra la isla que obligue a actuar con inmediatez.
En este sentido, a modo de ejemplo, sugirieron que China podría someter a inspección los buques que prestan servicios a Taiwán, mediante la declaración de una medida policial o sanitaria.
Aquello permitiría que el gigante asiático pueda ejercer más presión sobre Taipéi de manera discreta.
Como un bloqueo como tal es un acto de guerra contra un estado enemigo, para ello podrían denominar su acción de otra manera.
En ese potencial escenario, Taiwán y Estados Unidos podrían ser acusados de iniciar una guerra si deciden emprender acciones militares, afirmaron analistas consultados por el Journal.
El investigador principal sobre China en el FDD, Craig Singleton, aseguró que “este tipo de coerción no alcanza el umbral de la guerra, pero aún así podría doblegar” a la isla autónoma.
Según los simulacros de guerra realizados por el CSIS, un bloqueo del gigante asiático llevaría a que los suministros de GLN de Taiwán duren menos de dos semanas, mientras que los de carbón durarían siete.
El asesor principal del Departamento de Defensa y Seguridad del mencionado grupo de expertos con sede en Washington, Mark F. Cancian, dijo al citado periódico que “el GNL es la verdadera debilidad”.
“La energía en general, el GNL en particular”, precisó el especialista del CSIS.
Un funcionario de seguridad nacional de Taiwán dijo en declaraciones reunidas por el Journal que los suministros de energía de la isla durarían más de lo previsto en los simulacros de guerra anteriormente mencionados.
“Bajo un bloqueo, o en un estado casi de guerra, la industria y prácticamente todo lo demás tendría que ralentizarse”, afirmó, además de comentar que una estimación interna de Taipéi determinó que una potencial guerra reduciría el consumo energético de la isla en dos tercios.
En cuanto a esto último, algunos analistas presumen que las consecuencias podrían ser significativas.
La investigadora en seguridad energética del Instituto de Investigación para la Democracia, la Sociedad y las Tecnologías Emergentes con sede en Taiwán, Tsaiying Lu, declaró al citado periódico: “Si el suministro se reduce a tan solo un tercio de los niveles habituales, eso significa básicamente que la mayoría de los sectores industriales tendrán que cerrar”.
Un bloqueo total también detendría el flujo de suministros básicos a la isla. Según los análisis del CSIS, Taiwán podría alimentarse durante nueve meses en ese potencial escenario, pero con una dieta cada vez más limitada.
Lo anterior se debe a que alrededor del 70% de los alimentos son importados, según los datos revisados por el grupo de expertos.
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