
Cómo el Domo Dorado anunciado por Trump promete mejorar la defensa antimisiles de EEUU
El mandatario afirmó que el proyecto militar tendrá un costo de 175.000 millones de dólares y que tiene previsto que se termine para el final de su segundo gobierno, es decir, para enero de 2029. Busca crear una red de satélites para detectar, rastrear y potencialmente interceptar misiles entrantes.

A finales de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la construcción de un nuevo sistema de defensa llamado Golden Dome, el cual según afirmó, tendrá la capacidad de interceptar misiles lanzados desde la Tierra o el espacio que eventualmente puedan ser dirigidos hacia el territorio estadounidense.
El mandatario anticipó en el Despacho Oval que el llamado Domo Dorado (si se traduce al español) tendrá un costo de 175.000 millones de dólares.
El proyecto, que había sido ordenado por Trump a principios de este año, busca crear una red de satélites para detectar, rastrear y potencialmente interceptar misiles entrantes.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente afirmó que el general de la Fuerza Espacial estadounidense, Michael Guetlein, sería el director principal del programa.
Trump aseguró en dicha instancia que el Domo Dorado cumplirá con “proteger nuestra patria” y que espera que esté operativo para el final de su segundo mandato en la Casa Blanca, es decir, para enero de 2029.
“Ronald Reagan lo quiso hacer hace muchos años, pero no contaban con la tecnología necesaria”, declaró, refiriéndose al sistema de defensa antimisiles espacial que el mencionado expresidente propuso en la época de la Guerra Fría, cuando ejerció el poder entre 1981 y 1989.
Cuando Trump anunció el Domo Dorado, sugirió que se trataría de un sistema que sigue el modelo del llamado Domo de Hierro de Israel, pero “en términos de tecnología, mucho más avanzado que lo que existe”.
Guetlein, quien fue designado por el presidente para supervisar el programa, manifestó en ese momento: “Nuestros adversarios han modernizado rápidamente sus fuerzas nucleares, construyendo misiles balísticos capaces de llevar ojivas nucleares, construyendo misiles hipersónicos capaces de atacar a Estados Unidos en una hora al viajar a 9.600 km por hora”.

“El Domo Dorado es un enfoque audaz y agresivo para rápidamente proteger nuestro territorio de nuestros adversarios”.
De la misma manera, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, enfatizó que este escudo antimisiles también servirá para proteger al país de drones “convencionales o nucleares”.
Sin embargo, pese al entusiasmo de la administración Trump, distintos analistas han planteado que la construcción del Domo Dorado podría ser más difícil de lo que se sugiere y que las proyecciones del gobierno son más bien optimistas en cuanto al plazo y los costos.
De hecho, el mismo mes en que hizo el anuncio, la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense estimó que concretar el programa podría costar hasta 831.000 millones de dólares en dos décadas, según informaciones rescatadas por la agencia internacional de noticias Reuters.
La reportera senior del Wall Street Journal, Shelby Holliday, explicó en un reportaje audiovisual que, para que el Domo Dorado funcione como Trump lo desea, es necesario que Estados Unidos lleve al espacio “una tecnología increíblemente compleja”.
“En algunos casos estamos hablando de satélites que aún ni siquiera existen”, agregó la especialista en asuntos relacionados a geopolítica.
En el reportaje audiovisual, el Journal citó unas declaraciones de Guetlein correspondientes a marzo, en las que manifestó: “La única ocasión que recuerdo en la historia de Estados Unidos en la que perseguimos algo tan complejo fue el Proyecto Manhattan”.
Este último fue el proceso de investigación que dio paso a la creación de las primeras armas nucleares.
Especialistas consultados por el citado medio afirmaron que, a corto plazo, es probable que Estados Unidos despliegue más sistemas de defensa en todo el país.
Y esperan que, en un largo plazo, estos sistemas interactúen con cientos de satélites que tendrían la capacidad de detectar, rastrear y potencialmente interceptar misiles de alta tecnología desde el espacio.
Mientras el país norteamericano persigue estas ambiciones, otras potencias como China y Rusia buscan desarrollar misiles con la capacidad de maniobrar y evadir sistemas de defensa avanzados.
De acuerdo al instructor en el programa de Ingeniería de Sistemas Espaciales de la Escuela de Ingeniería Whiting de la Universidad Johns Hopkins, Patrick Binning: “La innovación va a continuar”.
“Y ni siquiera podemos imaginar o predecir lo que nuestros países competidores van a crear”.
Frente a este escenario, algunos expertos han planteado que la construcción del Domo Dorado podría impulsar una intensa carrera armamentista en el espacio.

Por qué Trump anunció el Domo Dorado y cuáles son las amenazas que podría enfrentar el sistema
Actualmente, los proyectiles que pueden llegar más lejos de los arsenales de las potencias mundiales son los misiles balísticos intercontinentales (o ICBM, por sus siglas en inglés).
Este tipo de misiles son impulsados por un cohete y alcanzan su punto máximo a cientos de kilómetros sobre la Tierra, para luego empezar a bajar en dirección hacia sus objetivos.
Los ICBM pueden transportar múltiples ojivas nucleares o convencionales, mientras que también pueden ser disparados desde submarinos.
Sin embargo, de acuerdo a los especialistas, su trayectoria es predecible, lo que facilita su detección y seguimiento con radar. Esto, a su vez, aumenta las posibilidades de que puedan ser derribados por sistemas de defensa antimisiles.
No obstante, existe un misil intercontinental más avanzado que es conocido como Sistema de Bombardeo de Órbita Fraccionada (o FOBS, por sus siglas en inglés), el cual tiene la capacidad de volar a alturas significativamente más bajas.
Como su nombre lo sugiere, este tipo de proyectiles se lanzan a una órbita parcial o fraccionada. Por lo tanto, al no viajar en un arco alto, es más probable que puedan pasar desapercibidos durante gran parte de su trayectoria.
A esto se le suma que pueden llegar a sus objetivos de manera más rápida y acercarse desde ángulos inesperados, lo que dificulta que los sistemas puedan saber cuándo y dónde impactarán.
Holliday afirmó que “otra amenaza más reciente es el arma de planeo hipersónica potenciada, un misil intercontinental capaz de maniobrar y evadir las defensas”.
Tales misiles son lanzados al espacio y en última instancia pueden alcanzar velocidades mayores a Mach 5. Es decir, cinco veces superior a la velocidad del sonido.
Tras entrar en la atmósfera, maniobran hacia sus objetivos en un vehículo de planeo. Como pueden viajar a baja altitud y cambiar de trayectoria, las probabilidades de detectarlos y derribarlos son menores.

Cómo el Domo Dorado de Trump promete mejorar la defensa antimisiles de EEUU
El país norteamericano ya posee una red de satélites que escanean señales infrarrojas, lo que les permite detectar cuándo y dónde se lanzan misiles.
Aún así, estos satélites no pueden determinar qué tipo de misil se está disparando.
El especialista de Johns Hopkins planteó que Estados Unidos, para mejorar su defensa, requiere de “una capa de sensores que pueda rastrear y custodiar todos estos objetos mientras maniobran”.
El Pentágono ya ha estado desarrollando una capa de sensores que consiste en una red de satélites de rastreo, según rescata el Journal, pero Trump busca acelerar estos esfuerzos.
Washington sostiene que poner en órbita cientos o incluso miles de sensores permitirá detectar misiles, además de rastrearlos mientras maniobran y cambian de trayectoria.
Sostienen que esta red de satélites que forma parte del Domo Dorado podrá calcular la dirección de los misiles, para que así los sistemas de defensa puedan interceptarlos.
Junto con ello, Estados Unidos quiere desplegar interceptores espaciales, una tecnología que todavía se encuentra en desarrollo y que despierta tensiones con otros actores internacionales.
Binning afirmó que aún “no está claro cuál es el diseño” ni “qué buscará finalmente” el país norteamericano, pero presume que “el satélite podría contener múltiples interceptores”.
Los interceptores espaciales prometen contar con la capacidad para destruir misiles en órbita mucho antes en el vuelo hacia sus objetivos.
Se trata de una ambición que despierta tensiones entre las potencias mundiales.

Por qué el desarrollo de interceptores espaciales por parte de EEUU despierta tensiones internacionales
Holliday planteó que la idea de que eventualmente se puedan posicionar interceptores en el espacio impulsa los temores sobre que estos aparatos puedan ser capaces de realizar operaciones más allá del ámbito defensivo.
Por ejemplo, dijo, podrían usarse para realizar acciones ofensivas, tales como atacar satélites pertenecientes a otras potencias.
Es por esto que los adversarios de Estados Unidos en el espacio se han manifestado en contra de que desarrollen el Domo Dorado.
Poco después de que Trump anunciara el proyecto en el Despacho Oval, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Mao Ning, declaró desde Pekín: “Estados Unidos sigue una política de priorizar sus propios intereses y está obsesionado con la búsqueda de la seguridad absoluta”.
Luego, agregó: “Instamos a Estados Unidos a abandonar el desarrollo y despliegue de un sistema global de defensa antimisiles lo antes posible”.
Unos días más tarde, Trump respondió a las críticas durante un acto realizado en West Point, Nueva York: “Nuestros enemigos están muy descontentos con esto”.
“Han estado escuchando, leyendo: ‘¿¡Por qué están haciendo eso!? ¿¡Por qué!?’. Bueno, lo estamos haciendo porque queremos estar presentes durante mucho tiempo”, enfatizó el presidente.
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