Debate sobre agenda trans

SEÑOR DIRECTOR:
Agradezco la respuesta de Josefina Araos y Manfred Svensson. En efecto, en Deshacer el cuerpo. Cuatro objeciones a la agenda trans (IES, 2025) se sostiene que instituciones de renombre tales como Endocrine Society “actúan contra la evidencia” y han caído en “descrédito”, pero en un debate tan relevante cabría esperar algo más contundente que la mera aseveración. Las objeciones a la “agenda trans” se apoyan en el Informe Cass, pero conviene recordar que su propia autora, Hilary Cass, declaró en una entrevista publicada por New York Times en marzo de 2024 encontrarse preocupada de que su trabajo sea instrumentalizado. Además, señaló que hay jóvenes que “claramente se benefician” de una vía médica, y que es crucial mantener su acceso bajo protocolos rigurosos.
Asimismo, cabe recordar que un debate serio y fundamentado debe considerar las múltiples críticas que dicho informe ha recibido (Horton, 2024; Noone et al. 2025). Y más allá de la evidencia científica, importa comprender el problema y los límites de una discusión pública orientada a enfrentarlo políticamente. Esto exige escuchar a quienes viven las experiencias.
Tampoco deja de ser revelador que se sorprendan ante el recordatorio de que estamos hablando de personas. Tal vez sea esa la raíz del problema: si quienes escriben sobre cuerpos ajenos asumieran el peso ético de hacerlo, en lugar de escudarse en el gesto del disenso, quizás podríamos tener una discusión razonable. En el libro, por ejemplo, se menciona que los suicidios de personas trans no deben ser tratados como instrumento de chantaje o extorsión. Uno esperaría, al menos, cierta conciencia del daño que ciertos discursos pueden provocar.
Daniela Alegría Fuentes
Profesora asistente
Departamento de Filosofía, U. Alberto Hurtado
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