Roger Waters: "Desde tan lejos es impresionante ver cómo millones de personas salen a la calle a protestar"

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Uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos analiza el estallido social chileno, define la multitudinaria marcha de Plaza Italia como "cautivante" y recuerda su reunión con Sebastián Piñera en 2012. "La desobediencia civil no violenta es la manera más efectiva para crear cambios", define como parte de su credo.


Roger Waters (76) dice que ha seguido de cerca las múltiples imágenes que en los últimos días han dejado testimonio del estallido social chileno. Pese a que, al menos por televisión -según precisa- no ha sido del todo fácil.

"Por ejemplo, vamos a ver las noticias de aquí. Vamos a poner la BBC. Vamos a ver qué están cubriendo el día de hoy. ¿Qué es noticia en Occidente? Por supuesto, no es nada que tenga que ver con Chile, o Santiago, o sobre las personas. Todo lo que pasan es con relación a Boris Johnson, el Brexit y algún tipo que se ganó la lotería y bla bla. Nada más. Entonces, los he estado siguiendo. Hay gente que me ha enviado reportes de Santiago y he visto algunos videos de ciudadanos dándoles a las cacerolas, y de gente cantando con canciones de protesta en las calle. Y me han enviado videos de soldados saltando desde jeeps y disparándole a la gente en las calles. Bastante gráfico y muy bien grabado. Vi que le disparaban a la gente, principalmente con estos 'balines', y los están dejando ciegos. No están matándolos necesariamente, sino sacándoles los ojos. Los dejan discapacitados, lo que me parece repugnante, obviamente", relata en esta entrevista realizada el pasado lunes 28.

De alguna manera, el cantante ha revivido un vínculo de cercanía con Chile que ya acumula más de una década. Desde su debut en 2002 en el Estadio Nacional, sus conciertos y sus visitas casi siempre han hecho alguna clase de alusión a la historia o a la coyuntura del país. Por ejemplo, en su segunda escala en 2007, invitó a un grupo de niños de un colegio de San Joaquín a cantar los coros que cierran "Another brick in the wall", el clásico de Pink Floyd.

Cinco años más tarde, elogió en una conferencia de prensa al movimiento estudiantil que por esos días aún agitaba la agenda local, se reunió casi cuatro horas con Camila Vallejo en el mismo Nacional y después lo hizo con Sebastián Piñera en La Moneda, cita de la que confesó haber quedado "en shock" tras conversar con el Mandatario acerca de la educación en el país. "Esta sistemática discriminación en el sistema educacional contra los pobres impide que Chile pueda remediar sus problemas en la redistribución del ingreso", fue la conclusión que compartió el artista en una carta publicada tras el encuentro.

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El hombre de Pink Floyd se juntó en 2012 en La Moneda con Sebastián Piñera, para su primer mandato. FOTO: PEDRO CERDA/AGENCIAUNO[/caption]

A fines de ese mismo 2012, el músico donó una guitarra autografiada para que se rematara en la campaña Un techo para Chile, monto que posteriormente fue utilizado para juntar fondos con el propósito de erradicar el Campamento San Gabriel, de San José de Maipo. Y el año pasado, en su última venida, tributó a Víctor Jara en pleno recital en el coliseo de Ñuñoa, cuando acercó su celular al micrófono y empezó a reproducir "El derecho de vivir en paz", mientras la imagen del asesinado cantautor se amplificaba en la pantalla trasera.

"¿Cómo pudieron votar para que ese tipo volviese al poder?", pregunta ahora el británico. Luego sigue: "Es absolutamente bizarro. Pero es lo que es. O sea, yo sé la respuesta a esa pregunta, por supuesto. Y la respuesta es que esto se debe a la propaganda de los medios, que nos presentan estas ideas y que no están ni cerca de la realidad de nuestras vidas".

Un Floyd y su cacerola

El pasado miércoles, Waters volvió a conectarse con la realidad del país, luego que se difundiera a través de redes sociales un video donde expresa su solidaridad con las demandas ciudadanas de los chilenos, para después recalcar que demostrará su apoyo "tocando mi olla durante un minuto esta noche mientras cae el sol". En el registro, efectivamente, se lo ve golpeando una olla con una cuchara en un lugar que podría ser el patio de su casa.

-¿Qué le han parecido los cacerolazos y las diversas manifestaciones que se han producido en Chile?

-Cuando estás en la calle, miras desde tu ventana y golpeas una olla durante el toque de queda, lo único que te puedo decir es que yo te escucho desde donde esté, puedo escuchar los golpes de las ollas y sartenes. Y puedo sentir el latir de sus corazones y siento grandes cantidades de solidaridad. Cuando alguno de ustedes cae en las calles por culpa de algún policía por razón del sistema totalitario en el que viven, yo siento el dolor. En el siglo XXI nadie debería ser forzado a vivir en esas condiciones, muestra que la sociedad se ha vuelto mala cuando esos métodos son empleados por los gobiernos de turno. Piñera me mintió hace siete u ocho años cuando estaba haciendo The Wall, me acuerdo de hablar de cómo Piñera mentía e iba a continuar mintiendo, porque no conoce nada más, no reconocería la verdad aunque le cayera de frente, así que sigan golpeando sus ollas y sartenes, mantengan las protestas pacíficas, porque es la forma más efectiva. Al final, la desobediencia civil no violenta es la manera más efectiva para crear esos cambios necesarios en su país y yo apoyo al pueblo chileno.

-Hoy en Chile hay un número muy grande de demandas que tienen que ver con distintas áreas, como las que usted trató en esa reunión con Piñera: la educación, la salud, etc. Y la gente también está pidiendo una nueva Constitución, ya que tenemos la herencia de la Constitución de Pinochet.

-¿Y será que le darán a la gente su nueva Constitución? Eso está por verse. Claro que lo remanente del régimen de Pinochet y la Constitución que le fue impuesta a la gente de Chile es conveniente para Piñera y sus aliados, porque les permite llegar a medidas totalmente autoritarias, que ves justo ahora en las calles. Debo decir que, desde aquí, tan lejos, es sumamente impresionante cómo uno o dos millones de personas salen a la calle y se reúnan para protestar.

En ese punto, el autor junto a Pink Floyd de algunos de los discos más influyentes y exitosos de la música popular se detiene a expresar su sentir en torno a la multitudinaria marcha del pasado viernes 25 en Plaza Italia y la compara con otras instancias similares en el resto del planeta.

"Las imágenes que he visto de millones de personas en las calles son muy cautivantes. Asistí hace poco a una reunión política en la ciudad de Nueva York. Tenía que dar un discurso allí. Y fue en la Sexta Avenida, en un lugar llamado Harold's Square. Y se suponía que era el lobby para el cambio climático, todos reuniéndose para marchar a las Naciones Unidas en una gran protesta. Había unas 200 personas con sandalias y colas de caballo en el cabello gris. Y era muy inquietante y deprimente, porque al lado había miles de personas en Times Square, pero todas estaban de compras. Así que motivar a la gente a que salga a la calle y proteste es algo muy difícil de lograr a gran escala. Es difícil ver los números que ustedes tuvieron en Chile, con la gente saliendo a la calle a manifestarse, es muy impresionante. Y, por supuesto, lo que también sucedió en Ecuador. Es alentador ver a las personas expresándose y expresando su disconformidad de tal manera".

Una ruta incierta

¿Y por dónde puede pasar la solución para tener sociedades más igualitarias? Waters ha recorrido el mundo desde su juventud en los 60, cuando junto a sus compañeros de grupo creó una de las apuestas estilísticas y sonoras más estimulantes de las últimas décadas, en una obra que entrelaza virtuosismo instrumental, conciencia política, inventiva estética, una infatigable búsqueda creativa y canciones que han permeado distintas generaciones. Pese a ello, dice no tener una fórmula más acotada para la enorme cantidad de problemas que hoy saturan al mundo en distintos niveles.

"Es un camino difícil, y quién sabe cuándo podemos detener todo y tener algo de progreso. Seguramente, no hasta que erradiquemos absolutamente la economía neoliberal que hace que los ricos sean más ricos y que los pobres sean más pobres, y esto está pasando en todos lados. En todo el mundo occidental, en los Estados Unidos, en Inglaterra, en Europa, y además en América del Sur y América Central. Gracias a Dios por los bastiones del progreso, como la Revolución Bolivariana en Venezuela y, con suerte este nuevo tipo en México va a marcar una diferencia (N. de la R.: el Presidente Andrés Manuel López Obrador). No lo sé. Siempre es difícil progresar, porque los más ricos son muy poderosos y están bien atrincherados. Además, estas fuerzas son sicopáticas, entonces no se rigen por la empatía o su cariño hacia el Señor, o cualquiera de estos lineamientos que aplican para muchos de nosotros. Por lo que son un enemigo que es extremadamente difícil de desmembrar. Y me doy cuenta qué tan difícil es la vida para la gente en Chile y en muchos otros países también, pero, al menos, y quizás parcialmente dado el internet, podemos comunicarnos un poco mejor de lo que solíamos en los años 70, 80 y 90. Todos somos seres humanos, somos hermanos y hermanas, y venimos de África, y cada uno tiene una responsabilidad con el otro y una responsabilidad para hacer que estos imbéciles dejen de destruir el planeta en el que vivimos y en el que esperamos que vivan nuestros hijos y nietos en el futuro".

-Pareciera que ese discurso contra Sebastián Piñera tras reunirse con él durante el 2012 ha cobrado sentido estos últimos días.

-Me acuerdo cuando estuve para el show de The Wall e hice ese pequeño discurso en el escenario del Estadio Nacional dirigido a Piñera la primera vez que fue Presidente. 'Escuche a su pueblo, escucha a tu gente' y no lo hizo en ese momento, pero ahora quiere hacerlo, puede pretender que quiere, pero no está en su naturaleza el querer preocuparse de otros que no sean los que manejan los recursos. Porque ustedes son una sociedad manejada por las clases sociales. Hay una clase que maneja al resto. Al igual que en Estados Unidos y en Inglaterra y en todo el mundo, pero los movimientos se toman su tiempo. La idea de que los seres humanos ordinarios merecen tener derechos humanos y acceso a la ley y acceso al hábeas corpus y que gobiernos autoritarios no se les debería permitir arrestar gente en la calle y matar. Esas ideas son relativamente nuevas, deben tener unos 100 años y a veces las ideas se demoran un poco en establecerse y las ideas viejas se toman un tiempo para marchitarse y morir. La vieja idea de que Dios elige a los reyes y que los reyes mandan por sobre todo es una idea que ha ido muriendo de a poco y estamos viendo el final de esa noción alocada.

Por momentos, Waters pone en pausa el diálogo y lanza unas pequeñas disculpas: asume que, más que una entrevista, lo suyo a veces rasguña el discurso.

Eso sí, cuando se despide, advierte que quiere seguir recibiendo información de todo lo que aún mantiene a Chile en uno de sus períodos más turbulentos de las últimas décadas: "Si hay algo especial que yo pueda hacer, algo que quieras publicar en las redes sociales, envíamelo y yo lo publico. No tengo tantos seguidores en mi Facebook, solo un par de millones lo verían. Y están en varios países. Y ellos sentirán solidaridad por ustedes, y con las manifestaciones y con la resistencia en Chile ahora mismo. Voy a hacer un seguimiento tan cercano como pueda. Y estoy con ustedes".

*Esta entrevista fue realizada por radio Sonar y fue cedida de manera íntegra a Culto.

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