Durante la tarde de este martes, el abogado de Britney Spears (1981), Samuel D. Ingham III, escuchó por videoconferencia la resolución de la demanda que la artista de “Toxic” presentó contra su padre, Jamie Spears, quien controló sus asuntos cotidianos desde que dejó de ser considerada legalmente como adulto responsable en 2008.

La jueza a cargo del caso, Brenda Pennyse, dictaminó en un tribunal de Los Ángeles que la cantante seguirá bajo la administración financiera de su progenitor tras más de 12 años, en los que según denuncia la estrella del pop, ha efectuado una gestión deficiente de los más de 60 millones de dólares que ganó a lo largo de su carrera.

A pesar de que él dejó de ejercer tutoría completa en 2019 por problemas de salud, sí mantuvo el control sobre los aspectos económicos de su hija. Esto llevó a que en agosto del presente año se negara a que volviera a la primera posición, por lo que presentó a Jodi Montgomery para que asumiera el cargo. La corte aceptó.

Al mes siguiente, continuó la batalla y propuso a la fiduciaria corporativa, Bessemer Trust Company, para que administrara la conservación de su patrimonio; pero a pesar de que la petición fue aceptada, la jueza confirmó que la compañía tendrá que hacerlo en colaboración con Jamie Spears y su abogada Vivian Lee Thoreen.

—Britney tiene miedo de su padre y no volverá a actuar si él sigue a cargo de su carrera —expresó el abogado durante el juicio.

El tribunal fijó otra audiencia para el próximo 16 de diciembre, instancia en la que se volverá a discutir el escenario económico de la artista. Por su parte, el movimiento #FreeBritney llamó a hacer manifestaciones frente al juzgado durante el conflicto legal, como una muestra de apoyo para que Spears recupere su autonomía.