Vote por mí: Los mejores y peores jingles políticos de la historia chilena

Benditos sean los períodos de campaña en que la creatividad musical vuela en nombre del pueblo dejando joyas entre marchas, plagios y dudosos covers. Este es el catálogo de canciones inolvidables y otras para enterrar de la política chilena de todos los tiempos.


El coro emotivo y optimista. La música de fusión. El sinuoso bajo fretless en manos de Jaime de Aguirre, delineando el mayor clásico que ha dado la historia de los jingles de campaña en este país -Chile, la alegría ya viene-, una canción que en vez de ponchos negros, guitarras y barbas, proponía color y esperanza en el retorno a la democracia.

La letra y melodía que musicalizó la derrota de Pinochet tiene una antesala de éxitos en campaña, que se remonta a la candidatura de Arturo Alessandri en 1920. El futuro parlamentario y rector de la Universidad de Chile, Juvenal Hernández, en ese entonces un veinteañero estudiante de leyes, acomodó una letra en torno a la melodía de Cielito lindo, compuesta en 1882, un clásico entre clásicos del cancionero mexicano.

“Sí, ayayai,

Barros Borgoño,

espérate a que Alessandri,

Cielito lindo,

te baje el moño”

A pesar de las consignas en pos del pueblo y las libertades en una época de alta creatividad artística, el formato favorito de los jingles entre los 60 y los 70 fue la marcha militar. En la campaña de 1964 que llevó a Eduardo Frei Montalva a la presidencia, se impuso Sol de septiembre, escrita por Miguel Arteche y Juan Amenábar.

Convertida en banda sonora de La Patria Joven, una caminata de adherentes que culminó en Santiago el 21 de junio de 1964, los demócratacristianos suelen emocionarse con el primer verso -”Brilla el sol de nuestras juventudes…”-, mientras el peak del himno repite enérgicamente el apellido Frei como si se tratara del oktoberfest.

En esa misma campaña de 1964 está el origen de otro clásico del jingle político: Venceremos.

Compuesta por Sergio Ortega y Claudio Iturra, fue desempolvada para el cuarto intento presidencial de Salvador Allende en 1970, y refaccionada entre Ortega y Quilapayún. El pulso castrense reincide.

En Viva Chile! (1973), el primer álbum de Inti Illimani editado en el exilio, una nueva versión del himno de la Unidad Popular coincidía con las características de La Nueva Canción Chilena, más cerca de la guitarra que del redoble militar.

Otro clásico de la UP fue El Pueblo unido jamás será vencido, también fruto del trabajo entre Sergio Ortega y Quilapayún. Una vez más el ritmo marcial marca la canción, convertida más tarde en un canto de lucha universal.

Ortega, compositor, pianista y militante comunista comprometido con la Unidad Popular, autor de himnos para el Partido Radical, las Juventudes Comunistas y la Central Unitaria de Trabajadores, escuchó el grito en boca de un joven en una manifestación en la Alameda, a tres meses del golpe.

Una semana más tarde, tras dirigir el programa Chile dice no a la guerra civil en el Canal 9 de la Universidad de Chile, se dirigió con amigos a su casa, se sentó al piano y la canción salió a borbotones. “Reproduje el canto de la gente en mi cabeza”, relató, “el canto que no se podía contener, la melodía completa explotó de mí (...)”.

“Avanzan ya banderas de unidad,

y tú vendrás marchando junto a mí

y así verás tu canto y tu bandera florecer”.

Con la llegada de los militares las marchas siguieron siendo, con mayor motivo, carne de canciones propagandísticas. Con letra de Germán Becker, música de Luis “Chino” Urquidi, y las voces de Paz Undurraga, Antonio Zabaleta y el propio Urquidi, se editó el himno Alborada, nostálgico de las armonías de Los Cuatro Cuartos.

Los versos alaban a los miembros de la junta y la acción golpista.

“En el azul de septiembre

blanca luz de la alborada

puedo formar la bandera

con mi sangre derramada.

Para izarla muy alto

se unieron cuatro espadas”

Mientras la canción del No sintonizaba con la world music de moda para el plebiscito de 1988, el jingle a favor de Pinochet persistía en el formato orquestal y relamido de la balada festivalera. Esta especie de We are the world a $990, con cantantes y artistas amantes de las charreteras, no solo era anticuada musicalmente, sino que su letra arrancaba con un adjetivo en desuso: inolvidado.

“Un horizonte de esperanza

nace un septiembre inolvidado”.

Los locos años 90 prodigaron uno de los mayores hitos del jingle político chilensis: ¡Uno como usted! de Arturo Frei Bolivar, para la campaña rumbo a La Moneda de 1999.

El inolvidable estribillo de esta pieza con la picardía de una carta de ajustes, era una contradicción total. Frei Bolívar integra uno de los clanes políticos más prominentes en la historia de Chile, incluyendo dos mandatarios. No era precisamente “uno como usted”.

Los ciudadanos tampoco creyeron el eslogan. Su convocatoria es una de las más bajas de una candidatura presidencial. Apenas 26.812 votos, un misérrimo 0,38%, una de las tres peores votaciones de todos los tiempos para quedarse con La Moneda.

***

“Si hay tribunales asumiré las consecuencias”, declaró Ricardo Jeldes en 2008, luego que el sello EMI anunciara acciones legales por utilizar la melodía de We are the champions de Queen en su campaña a la alcaldía de Quilpué, con letra adaptada.

Cantante aficionado con un par de discos a su haber, Jeldes aprovechó la exposición para anunciar un tercer álbum con canciones propias y las reminiscencias progresivas de Yes y Emerson, Lake & Palmer.

“No pretendía más que subir una canción que fuera ganadora”, se defendió, “así que le pido disculpas a Queen”.

No fue champion.

Salió segundo.

Probablemente Aleste también merecía disculpas por la utilización del clásico pop Hay un límite, en la candidatura a diputado del ex general director de carabineros Alberto Cienfuegos en 2009, por las comunas de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. El grupo The Green Patrol cantaba prometiendo que el ex general iba a superar el doblaje.

“Hay un límite que rompe Cienfuegos

El doblaje que ya no va más”.

Demasiado optimismo. Salió tercero con apenas 12,61% de la votación.

Eduardo Topelberg es un pionero de la escena metalera chilena como baterista de los seminales Pentagram y Dorso, hasta que en 2012 derivó en la política como concejal por Ñuñoa. Su jingle que machaca la frase “arte, espacio y respeto” con voz cavernícola, es una declaración de principios digna de Peter Capusotto y sus videos.

Andrés Peralta. 42 años. 105 kilos. 1,92 de estatura. 45 de calzado.

El candidato a Core por Arica de la UDI revelaba estos datos en el jingle de campaña Vota Peralta de 2017, protagonizado por un trío de chicas con poca ropa posando con herramientas de trabajo pesado, furioso lápiz labial rojo, y gestos de película softcore. “Somos las Satisfaction Girls, le estamos regalando este video a nuestro amigo personal Andrés Peralta”, dicen hacia el final del clip, abiertamente basado en la canción y el video de Satisfaction del DJ Benny Benassi, single electro house de mediano éxito en Europa, publicado en 2012.

Peralta había presionado la misma tecla al rebautizar el hit Pluma Pluma Gay como Arica tú, Arica yo en 2013. Cuatro años más tarde el horno no estaba para bollos con aroma sexista. El video fue criticado hasta por correligionarios y lo bajaron a las 13 horas de su publicación.

Una de las participantes, la estudiante universitaria y promotora Allison Suárez, denunció engaños en la grabación por la cual recibió 25 mil pesos.

“Se supone que era un video chistoso, una parodia para que la gente se divirtiera (...)”, se quejó, “pero no, salió mal, salió grotesco”.

Peralta obtuvo sólo 760 sufragios, equivalentes al 1.18% de la votación.

***

Si el dinosaurio Barney se uniera a Miranda! saldría algo parecido al jingle de la campaña a constituyente del abogado Rodrigo Mallea, actual “candidate a diputado por el distrito 9″, según cuenta en su página web, el mismo distrito por el que compitió en mayo pasado, sin alcanzar la Convención Constituyente.

“Rodri constituyente

ini-tini

para que no se ignore más

a la gente”.

Míralo aquí.

El profesor e historiador Juan Luis Ossa tampoco resultó electo como constituyente por el distrito 26, pero se dio el gusto de grabar un cover de Rosa... Rosa para promover la candidatura, un clásico del primer álbum de Sandro publicado en 1969.

Adivinaron.

Reemplazó “Rosa” por “Ossa”.

Puedes corroborarlo acá.

“El distrito nueve, es lo que me mueve”, rapea Erika Olivera en pos de la reelección en la cámara de diputados.

Al decir “rapea” es precisamente eso. Un decir.

En cambio, la cumbia moviliza los jingles de Paulina Núñez, que va por la senaduría de Antofagasta, y de la candidata presidencial Yasna Provoste.

Mientras la letra de la actual diputada que aspira a la cámara alta es kilométrica, los versos de la candidata a La Moneda son pura economía.

La postulante al senado Karina Oliva sorprendió con sus coreografías minimalistas cuando fue candidata a la gobernación de la región metropolitana, como suele intrigar con sus explicaciones jeroglíficas de la contingencia.

De alto impacto el jingle y video donde aparece junto a candidatos como Ana María Gazmuri y Tomas Hirsch del partido Comunes en vista a la próxima elección, que plagia de comienzo a fin El rap de los comunes de la campaña española Hacemos posible lo imposible. La canción fue lanzada a comienzos de este año por la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la candidata de los Comuns a la presidencia de la Generalitat, Jéssica Albiach.

Cualquier similitud no es coincidencia.

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