Roberto Bolaño y la nueva visita a los sepulcros de vaqueros

Se publicó en Estados Unidos una nueva edición, en formato paperback, de uno de los títulos póstumos de Roberto Bolaño, compuesto por material inédito del autor de 2666 escrito en su mayoría durante los 90, y que sirvió como una especie de ensayo para los títulos que publicó después. Es una estación más dentro del derrotero que ha seguido su obra post mortem, que no ha estado exenta de polémicas por el cambio de casa editorial, de Anagrama a Alfaguara, en 2016.


Fue publicado en 2017, es decir, 14 años después de que un problema hepático acabara con su vida. Se llama Sepulcros de vaqueros, y agrupa tres novelitas breves -escritas en su mayoría durante los 90- que Roberto Bolaño Ávalos nunca vio publicadas. Ese año, llegó a las librerías nacionales vía Alfaguara.

Sepulcros de vaqueros siguió su derrotero de traducciones y llegadas a otros mercados, y hace solo unas semanas se anunció su edición en los Estados Unidos, a través de Random House, en el formato paperback (de bolsillo). El libro ya circulaba en tapa dura, pero con este formato vuelve a la circulación.

Con traducción de Natasha Wimmer, se conforma, decíamos, de Patria, Sepulcros de vaqueros y Comedia del horror de Francia. La primera está fechada entre 1993 y 1995 según explica su viuda, Carolina López, en el prólogo. Tiene tintes claramente autobiográficos, ya que el protagonista, Rigoberto Belano, habla de su padre, un campeón de boxeo, quien no quiso ser parte de la Policía de Investigaciones y tuvo un hijo, “el poeta de la familia”. Esto en un claro guiño a Arturo Belano, su alter ego, uno de los protagonistas de Los detectives salvajes.

Además, relata cómo Belano y una amiga, Patricia Arancibia, huyen de una fiesta tras enterarse del golpe de Estado contra Salvador Allende. De ahí se suceden una serie de relatos dispersos, fragmentarios, que de alguna manera Bolaño ocupó como laboratorio para futuros relatos. “Es una secuencia de pases tempranos en el mismo material. De nuevo, nuestro protagonista se llama Belano, pero aquí es ‘Rigoberto’, una especie de ur-Arturo. Aquí también vemos el golpe, pero lejos de galopar hacia él, Rigoberto permanece pasivo y se deja arrastrar”, señala el crítico literario del New York Times, Garth Riesgo Hallberg.

“Nuestra fascinación proviene principalmente de detectar, en medio de la metralla narrativa, destellos de obras futuras y caminos no recorridos -añade Riesgo-. El Messerschmitt que escribe en el cielo de Estrella distante, la escena de escape de Los detectives salvajes, el equivalente a una estantería de Literatura nazi en Américas: todos están presentes, pero como lo que Elena Ferrante ha llamado frantumaglia , el revoltijo primordial del que procede el el artista extrae y elabora lentamente la obra”.

Luego viene el relato que le da el título al libro, Sepulcros de vaqueros, fechado entre 1995 y 1998, que a su vez se divide en cuatro partes: el aeropuerto, el gusano, el viaje, el golpe. Para Riesgo, es el mejor de los tres que componen el volumen. “Es un relato de la juventud perdida del doble ficticio de Bolaño, Arturo Belano. Los lectores pueden recordar a Arturo de Los detectives salvajes donde interpreta a un joven poeta incendiario en el México de mediados de los 70, y de una serie de cuentos que lo encuentran tamizando las cenizas de la edad adulta por las brasas del real visceralismo”.

“En efecto, las novelas son un preludio, las historias una secuela, cada una de las cuales señala con urgencia la escala de la explosión biográfica que debe estar en el medio -añade Riesgo-. Parecería casi una violación de la ‘poética de la inconclusión’ llenar ese espacio faltante. Pero aquí es precisamente donde la novela tiene éxito”. De alguna forma, con Sepulcros de vaqueros, Bolaño vuelve a esos años iniciáticos, entre Santiago y Ciudad de México.

Y el coro de novelitas lumpen termina con Comedia del horror de Francia (es imposible no hacer un viaje mental a su célebre poema Prosa del otoño en Gerona, con un título de similar métrica y ritmo). Una narración fechada entre 2002 y 2003, según López, y es un relato en plan cómico. “Como sugiere el título, es lo más divertido, es menos una novela que una anécdota peluda -dice Riesgo-. Caminando a casa desde la playa después de un eclipse solar, un joven poeta escucha el timbre de un teléfono público en una calle desierta”.

“Cuando responde, una voz inubicable comienza a iniciarlo en las costumbres populares de una sociedad secreta llamada Grupo Surrealista Clandestino. ‘O el Grupo Surrealista en la Clandestinidad’, admite la voz -sigue Riesgo-. El torbellino de la cotidianidad inexpresiva y el presentimiento de Twin Peaks encajarían fácilmente junto con las historias anteriores de Bolaño. Pero al igual que con el título de la novela, las ironías aquí se profundizan por nuestro conocimiento previo del mundo que realmente le espera al poeta: laissez-faire donde él quiere estar comprometido. Con puño de hierro donde sería libre”.

El secreto del mal

Sepulcros de vaqueros, es uno de los libros “nuevos” que han salido al mercado tras la muerte de Bolaño. Los primeros en ese sentido fueron la colección de cuentos El gaucho insufrible, en 2003, publicado poco después de la muerte del autor, en julio de ese año; y la esencial novela 2666, en 2004.

Ambas vieron la luz bajo la española editorial Anagrama, la casa donde Bolaño publicó siempre en vida. Luego vinieron otros libros póstumos que se fueron encontrando entre los manuscritos del autor: El secreto del mal (2007), La Universidad Desconocida (2007), El tercer Reich (2010), y Los sinsabores del verdadero policía (2011).

Pero en 2016 hubo un giro, y los derechos de publicación de Bolaño pasaron a manos de la multinacional Penguin Random House, la que comenzó a republicar todo el catálogo -21 libros- a través del sello Alfaguara. La decisión corrió por cuenta de la viuda, Carolina López, poseedora de los derechos. “Me enamoró su proyecto editorial y la capacidad que vislumbré de que la obra pudiera crecer en cuando al número de lectores; para mis hijos y para mí es esencial”, explicó en ese año en declaraciones recogidas por EFE.

El cambio, según explicaba ese año el agente literario Andrew Wylie, obedecía nada más que a “razones editoriales”. Sin embargo, la polémica se desató cuando Ignacio Echevarría, amigo de Bolaño y quien editó los títulos póstumos desde 2666 a El secreto del mal, argumentó que la verdadera causa del cambio era debido a razones personales. “Mi buen entendimiento con Carmen Pérez de Vega, la mujer con la que Roberto Bolaño mantuvo un larga y estrecha relación sentimental durante los últimos años de su vida”, dijo al suplemento El Cultural.

López no solo descartó ese argumento, también criticó los contratos que se habían firmado con Anagrama y lo señaló como una razón de peso para cambiarse a Alfaguara. “Me percaté de que en 2005 Anagrama había formalizado sin mi autorización un pacto por el cual estábamos pagando comisiones mucho más altas de lo habitual -dijo a El País, de España-. Si las comisiones rondaban de costumbre el 20%, mis hijos y yo pagábamos entre un 35% y 55%”.

Incluso, acusó que Anagrama “amplió el límite de ejemplares que podía editar hasta la inverosímil cifra de 5.000.000 cuando los topes de los contratos anteriores eran de 20.000 ejemplares. Además, cuando se firmó el referido contrato en 2005, ya había caducado la vigencia de varias obras por haberse superado el límite de edición”.

De todos modos, Echevarría contraatacó en El País e insistió en su punto. “Nunca hasta ahora me he referido a la vida privada de Carolina López ni de sus hijos. Me he limitado a dejar constancia de la relación de Roberto Bolaño con Carmen Pérez de Vega, y lo he hecho movido por el escándalo que me producía la insistencia de Carolina en negar esa relación y la prepotente manera en que ha acosado a Carmen Pérez”.

Como sea, a contar del 2016, en Alfaguara comenzaron a publicarse otros libros inéditos, como El espíritu de la ciencia ficción (2016); la edición conjunta de Diario de bar (escrito junto con A. G. Porta) y Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (2018); la Poesía reunida (2018), que compila toda la obra poética de Bolaño en un solo volumen; Cuentos completos (2018), que incluyó un relato inédito; y A la intemperie: Colaboraciones periodísticas, intervenciones públicas y ensayos (2018). Todo, además de las reediciones de sus otros libros.

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