Reseña de libros: de Sara Mesa a Yuri Soria-Galvarro

La escritora española Sara Mesa.

La Familia, la más reciente novela de la aplaudida escritora española; el relato de un náufrago de un pesquero ilegal en las violentas aguas australes, y un libro ilustrado que viaja por la historia desde el punto de vista de los niños, las mujeres y las migraciones, en las lecturas de la semana


La Familia, de Sara Mesa (Anagrama)

El padre tenía en su mano el diario de Martina, un diario de cubiertas rosas y con cerradura. “¡En esta familia no hay secretos!”, dijo el padre. Martina ocultaba la llave y no estaba dispuesta a entregarla. “Que yo sepa, nadie te ha prohibido escribir un diario, ni a ti ni a tus hermanos”, insistió el padre. “Es más, nos parece muy bien que os expreséis sin cortapisas, es un valioso ejercicio personal. Así que no lo entiendo. ¿De dónde nace esa desconfianza?”. Pese a lo que dice, esa casa y esa familia están atravesadas de grietas y secretos, bajo la presencia asfixiante de un padre que dice querer lo mejor para sus hijos. Sara Mesa, la aplaudida autora de Un amor, fija su ojo certero y su prosa despojada y precisa en una familia integrada, además, por una madre sin voz, dos niñas y dos niños, donde pesan los silencios y en la penumbra crecen las mentiras. Narrada como una novela coral, la historia puede leerse como una saga que se detiene en breves escenas cargadas de intensidad. En el centro de la historia está la tensión entre el amor y el daño: cómo la supuesta búsqueda del bien por parte de los padres puede herir profundamente a los hijos. Una novela que ilumina los bordes menos dulces de la imagen idealizada del hogar: la familia como un espacio opresivo y doloroso.

El Cóndor en el Agua, de Yuri Soria-Galvarro (Simplemente Editores)

El cuerpo de un cóndor sobre el mar es una visión inusual. Con las alas abiertas, en las frías aguas del Estrecho de Magallanes, bien puede confundirse con un náufrago o un ahogado. Esa es la imagen que vieron los tripulantes del Amanecer al salir de Punta Arenas rumbo a Malvinas para pescar bacalao. El barco ilegal tenía una tripulación de 76 hombres y era un infierno flotante de “delincuentes en potencia”, cuenta el narrador. “Estuve varios meses embarcado en esa jaula de fierro de sesenta metros, con las peores marejadas del mundo y rodeado de gente de mierda”, dice el protagonista, a quien llaman Tortuga y quien le cuenta al escritor la historia de este viaje fatal. Un cocinero abusivo, “el peor cabrón del barco”; tipos con la cara marcada como mapas por las cicatrices y las huellas del sol; veteranos que perdieron dedos en las faenas del mar; coreanos, españoles, uruguayos y chilenos conviven sobre cubierta en jornadas extenuantes, o en camarotes irrespirables, y siempre al borde de la muerte. Escrita con una prosa intensa y concisa, la novela es el relato de un náufrago, la historia de una tragedia atravesada por tempestades, maldiciones y sangre, y donde aparece lo mejor y lo peor del ser humano.

Yo y la Historia, de Fernando Marín y Loreto Urrejola, ilustrado por Gabriela Lyon (La Bonita Ediciones)

La presencia de los niños en la historia alcanza hasta las primeras eras, donde debían aprender a cazar y recolectar. En algunas culturas de la Antigüedad eran puestos a prueba para mostrar su valor. Habitualmente los hijos de los grupos más pobres debían trabajar junto a sus padres. La escuela estaba limitada a los niños de la elite gobernante, como en Grecia, pero no había mucho espacio para el juego. Alejandro Magno, por ejemplo, tuvo un profesor ejemplar: nada menos que Aristóteles. En ciertas comunidades indígenas de América, en cambio, los niños tenían un espacio propio, y junto con adquirir las habilidades para sobrevivir, tenían espacio para jugar. Recién en 1989 la ONU firmó la Declaración de Derechos del Niño, pero aun hoy suelen ser transgredidos. Estos son algunos de los datos que entrega Yo y la historia, un recorrido por la historia a través de los niños, las mujeres y las minorías, que explora en el pasado con rigor y sensibilidad, aportando valiosa información a través de un relato fresco y atractivas ilustraciones. El volumen repasa también la historia de las comunicaciones y las pandemias, subraya los desafíos que presenta el futuro y convoca a los jóvenes a escribir una nueva historia. Junto a títulos como Yo y el virus o Yo y la filosofía, el libro integra la colección Saber y Pensar de La Bonita Ediciones, sello que hace publicaciones bellas y de calidad para formar lectores y ciudadanos informados.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.