Viña 2003: el Festival que fue de la guerra a la paz

Los Prisioneros en Viña 2003. Archivo Histórico / Cedoc Copesa

El evento de hace dos décadas estuvo marcado por la guerra que se desarrollaba en Irak y que tenía en alerta al mundo. Muchos músicos hicieron alusión a esa contingencia.


Hace 20 años se vivió una de las ediciones más singulares en la historia del Festival de Viña, con nombres cumbres del rock latinoamericano, una sólida parrilla nacional y la consolidación de nuevas estrellas del pop. Viña 2003 promocionaba su parrilla robusta -como era entonces- con noches de hasta cinco invitados que incluían humoristas, músicos y los poco celebres números de variedades. Gigantes como INXS, nuevos ídolos como Juanes y David Bisbal, románticos consagrados como Luis Jara y Ricardo Montaner y mucho, pero mucho rock en español: Maná, Charly García, Joe Vasconcellos, Gondwana, Lucybell y Los Prisioneros.

Ese verano pasó a la historia por los detalles del caso de corrupción del MOP (Ministerio de Obras Públicas), el éxito de Protagonistas de la Fama, la idealizada relación amorosa de Kenita Larraín e Iván Zamorano y las protestas contra la invasión de George Bush a Irak. 10 millones de personas reunidas alrededor de las principales capitales del mundo marchaban para retrasar lo máximo posible la decisión del gobierno norteamericano de invadir el país de medio oriente, y hasta en Chile, unas cuantas decenas de personas protestaban en el Paseo Ahumada celebrando el valor de nuestro “pacifista choripán” en contraste de la “irascible hamburguesa”.

Entonces el Estado Chileno tenía un rol fundamental, como parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el Presidente Ricardo Lagos golpeaba la mesa sin aceptar presiones.

Ángel de amor

Maná fue la banda encargada de abrir el festival, la noche del 19 de febrero. Un repertorio concentrado en sus éxitos y en su álbum Revolución de amor (Ángel de amor, Eres mi religión, Mariposa traicionera). Fher Olvera, vocalista, fue enfático antes de interpretar Cuándo los ángeles lloran: “Estamos protestando contra la guerra, Latinoamérica no quiere guerra, Latinoamérica es un continente amigable, pacífico. Quisiéramos que las grandes potencias arreglaran sus diferencias con el diálogo, con la plática, como seres humanos que somos”, (dedicada además a Chico Mendes, activista medioambiental asesinado en Brasil). Al finalizar el show, Fher ya sin chaqueta, mostraba una polera con el símbolo de la paz.

No fue la única manifestación pacifista de la noche. El actor Diego Muñoz, parte del elenco de la próxima teleserie de Canal 13, Machos, asistió como parte del jurado de la competencia internacional. Al saludar al público mostró un cartel que decía “No a la guerra”, que conversaba virtuosamente con la pancarta de Greenpeace que desde la galería decía “No a la guerra del petróleo”.

Yo no quiero ir a la guerra

Menos explícitos fueron los shows de Diego Torres y Lucybell. En el caso del cantante argentino, su discurso se limitó a solicitar un “cambio para la región latinoamericana”, sin especificar el contenido antibelicista de su canción Color esperanza, encargada de cerrar la set.

Una presentación programada como el show estelar de la segunda noche, pero que quedó en el olvido frente al debut de Juanes una hora más tarde. Lucybell, en cambio, omitió el tema, pero el histórico ex baterista del grupo, Francisco González, lució una camiseta roja con la palabra “PAZ” en el pecho. Un show que sería la más importante de la banda dentro del certamen y alcanzaría el estatus de consagratoria, llevándose una de las pocas gaviotas de oro de la edición.

Gondwana, fiel a su estilo, se refirió a la guerra y más. Durante la interpretación de Chainga langa el grupo liderado por Quique Neira, en medio de un jam, dejó espacio al vocalista para recitar un discurso inolvidable. “Esta canción está dedicada a las personas que aman la naturaleza, especialmente a las plantas ¿Por qué si usted va a Jamaica puede disfrutar del buenísimo vino chileno, aquí en Chile yo no puedo disfrutar de la buenísima mariguana jamaiquina? A legalizar la paz, el mundo necesita fumar la pipa de la paz”. La segunda oportunidad de Gondwana en Viña del Mar marcaría el fin de la carrera de Quique Neira en el grupo.

Latinoamérica es grande

La cuarta noche fue la más tensa y política de todas. La planificación consideraba al grupo Bafochi para la obertura, pero la euforia del público obligó a suspender el número y adelantar la presentación de Joe Vasconcelos ¿La razón? Los Prisioneros. El trío estaba a punto de protagonizar unos de los espectáculos más memorables en la historia del Festival y, como dijo Franco Simone (jurado entonces) a La Tercera, “Los Prisioneros son un fenómeno social”. Y su show lo fue.

Una hora y treinta minutos de concierto saldaban una deuda histórica con la banda de Jorge González. En los días previos, la prensa se mostró hostil con la banda y viceversa. El público pifió cada mención al grupo antes de su debut como trío en el lugar y la trastienda del concierto sumó resguardo policial, hospedaje en Quintero y rígido hermetismo.

Pero una vez que la banda comenzó a tocar, los 15 mil asistentes rugieron como pocas veces antes hizo el monstruo. Esa noche Los Prisioneros mostraron a millones de personas un show irrepetible y político, lleno de menciones contra la prensa, la iglesia, el poder político y, cómo no, la guerra de Vietnam.

La canción elegida fue Latinoamérica es un pueblo al sur de EE.UU., donde González aprovechó los espacios instrumentales para su discurso: “El ejército de Estados Unidos dice que hay que ir a la guerra, toda Latinoamérica le chupa el miembro y está dispuesta a avalar esa matanza, para que luego los mismos yanquies nos vendan el petróleo a precios de alza. George Bush dice que hay que ir a matar a los árabes, pues tienen la reserva de oro más grande. Y él necesita porque él precisamente es un tejano millonario y dueño de una petrolera”.

Menos vinculada con la guerra de Irak fue No necesitamos banderas, utilizada como un lenguaje pacifista con Argentina, Perú y Chile, que sirvió también para responder a la prensa por los ataques recibidos por sus dichos semanas antes, donde aseguraba que le avergonzaba ser chileno.

De Charly García a Luis Jara

No todo fue polémica y mensajes políticos en la cuadragésima cuarta versión del Festival de Viña del Mar. Viña 2003 destacó por algunos de los shows más importantes, curiosos y consagratorios que se han desarrollado en su era moderna, así como algunos bochornos que pasaron sin pena ni gloria.

Juanes fue uno de los grandes espectáculos. Con apenas dos discos bajo el brazo (y el primero sin ser editado en Chile), realizó un show de 40 minutos que opacó a Diego Torres y lo consagró como uno de los artistas con mayor proyección. Un repertorio basado principalmente en los hits de su aclamado álbum Un día normal (2002), que contó con la participación de Javiera Parra en la canción Fotografía. Las Últimas Noticias lo llamó “Un Lenny Kravits latino”.

INXS se presentaba en Chile como el número anglo más importante del certamen. Jon Stevens debía suplir el rol del fallecido Michael Hutchence. Una tarea difícil pero que, para los estándares que el público esperaba, cumplió con creces. La banda destacó por un show impecable cargado de éxitos clásicos, además de la simpatía de sus integrantes, que se sumaron a los programas satélites de Canal 13. Tanta fue su disposición que hasta aparecieron en la casa estudio de Protagonistas de la Fama.

La quinta noche vio el debut de Charly García en la Quinta Vergara. Un espectáculo que, como apreció La Tercera, se realizaría frente a un público más expectante y curioso por alguna “locura” que podía hacer el cantante, que por su talento. Criticado por la prensa especializada y llenando páginas por sus fiestas y excesos en la Ciudad Jardín, el show de Charly hoy es recordado como un hito único, con momentos graciosos, tensos, pero también de gran envergadura musical, como la participación de Pedro Aznar en Tu amor y Mientes.

La armada romántica tuvo de dulce y agraz en Viña 2003. David Bisbal llegaba con más esperanzas que un ramillete de hits. Su revancha el año 2005 sería mucho mejor que su tímida presentación del 2003.

Asimismo, Diego Torres, Ricardo Montaner, Rosario y Los Nocheros presentaron shows que cumplieron con lo requerido, más no pasaron a la historia del festival de Viña, siendo opacados por nombres como Juanes y Franco Simone.

Sin embargo, Luis Jara cuenta una historia distinta. Para el cantante esta presentación fue de lo más alto de su carrera, presentándose la última noche y marcando el peak de sintonía con 48 puntos de rating. Impulsado por el éxito de su disco homónimo del 2002, ese que incluyó los hits Mañana y No sé olvidarte, el Monstruo premió al cantante y animador.

Luis Jara.

Para el olvido fueron las bochornosas presentaciones de Porto Bahía y Willy Sabor, la cancelación de la brasileña Kelly Key, además de las duras pruebas que debió sortear el humor en una de sus ediciones más difíciles, con Mauricio Flores, Vanesa Miller y Natalia Cuevas.

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