“Si camino no hablar, nada venir”: la historia del legendario spot que inmortalizó a Luis Alarcón

FOTO: SEBASTIAN ÑANCO

La recordada pieza publicitaria ochentera fue dirigida por el cineasta Silvio Caiozzi y protagonizada por el fallecido actor. Su versión final estuvo llena de complicaciones y casi no salió al aire de la manera en que fue conocido.


El fallecido actor Luis Alarcón, además de hombre de teatro y televisión, fue el protagonista de uno de los spots publicitarios más legendarios de la pantalla chica, instalado en la memorabilia pop. Un trabajo audiovisual a cargo del cineasta Silvio Caoizzi.

En el libro Enciclopedia Pop de Chile, de Sergio Paz e Ignacio Bazán, detallan la trastienda del spot. En este, Alarcón interpreta a un parco indio vestido a la usanza de los nativos de norteamérica, dueño absoluto del camino y de su entorno; casi como sacado de un western.

Todo comenzó por la desesperación de la marca Firestone. “La empresa andaba mal de finanzas en tiempos en que los neumáticos Good Year dominaban sin contrapeso el mercado nacional. Entonces se decidió hacer una última campaña publicitaria antes de abandonar definitivamente la lucha con la competencia. Si la campaña no andaba, Firestone se iba de Chile. Así de simple”, detallan en el mentado libro.

Una agencia trazó el concepto central, el del indio y el camino, pero originalmente iba en plan caricaturesco. Luego se contactó a Caiozzi. A él le gustó el concepto, pero decidió darle un giro. “Caiozzi se fue por un camino diferente y decidió jugar con el ruido del viento y el silencio del desierto. En ese contexto, Alarcón cumplía el rol de un indio parco y conocedor absoluto de su entorno que terminaba sorprendiéndose con la suavidad de los neumáticos Firestone. El comercial era artístico y entretenido a la vez, como un buen corto cinematográfico”, detallan.

“A la agencia de publicidad le encantó el resultado y luego se lo mostró a la cúpula de Firestone. Los gerentes dicen que lo que ven está bien, pero uno de ellos pide una copia para mostrársela a algunos amigos”. Al día siguiente llamaron de vuelta. Increíblemente, habían hecho una observación; el spot les pareció lento y fome ¿sugerencia? ponerle música. Caiozzi no lo podía creer.

“Caiozzi quedó totalmente descolocado. Ponerle música al spot significaba irse en picada contra el concepto mismo del comercial. El director discutió lo que pudo, pero en la agencia le dijeron que era eso o nada. Resignado, Caiozzi accedió a llamar a un amigo músico para ver qué podía hacer”, detallan.

“Llamé a Domingo Vial para que viera el comercial con la idea de que él le pusiera la música. Cuando se lo mostramos, Domingo estaba rojo de rabia y apenas terminó de correr la cinta dijo que el film estaba perfecto así, que él no le ponía ni una sola nota de música a las imágenes. Luego pegó un portazo y se fue”, recuerda el director de Julio comienza en julio en el mismo texto.

Pero los plazos apremiaban y se decidió sacar el spot al aire sin música. Mientras, la pidieron a Caioizzi que buscara alguien que cumpliera con el encargo de poner música. Pero para sorpresa de todo, el comercial del indio fue éxito instantáneo. La pieza incluso ganó el León de Oro de Cannes. Al final, bastaba con el silencio.

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