Louisa May Alcott inédita: se descubren siete relatos y cinco poemas escritos bajo seudónimo

Louisa May Alcott inédita: se descubren siete relatos y cinco poemas escritos bajo seudónimo.

Max Chapnick, un académico estadounidense, hizo un reciente descubrimiento de material desconocido de la fundamental autora estadounidense. En sus palabras, se trata de textos experimentales y “menos pulidos” que el trabajo posterior de Alcott, e incorporan elementos góticos y melodramáticos, además de sentimentales. Todo bajo el seudónimo de E.H. Gould. Esta es la historia.


Buscaba otra cosa y encontró otra. Así puede resumirse el tránsito de búsqueda que realizó el académico estadounidense Max Chapnick, Profesor asociado en la Northeastern University de Boston (EE UU). En 2021, en el marco de una investigación sobre Louisa May Alcott, la escritora estadounidense del siglo XIX y autora del clásico Mujercitas, Chapnik buscaba afanosamente un cuento llamado El fantasma, que figuraba mencionado en una Antología.

“Se sabía que Alcott había escrito algunos relatos de seudociencia y en el prólogo de una antología de sus cuentos se mencionaba una lista de sus trabajos que ella realizó, y en la que figuraba uno, The Phantom, que yo no lograba encontrar”, señala Chapnik en declaraciones recogidas por El País.

Buscando en bases de datos en línea de publicaciones periódicas literarias de mediados del siglo XIX, Chapnick encontró una historia con el título de El fantasma. Parecía haberlo hallado. Sin embargo, un detalle llamó su atención. El relato no estaba firmado por Alcott, sino por “E.H. Gould”, por lo que inicialmente descartó que fuera de la oriunda de Pensilvania. Sin embargo, un pensamiento lo atrapó: “Oh, espera, ¿y si es ella? ¿Qué pasa si es sólo otro seudónimo que estaba usando?”.

Al leer El fantasma, Chapnick notó una pista que le hizo estar todavía más seguro de su tesis. Se trata de una parodia del famoso Un cuento de Navidad, de Charles Dickens (1843). La historia está escrita “a su estilo”, asegura Chapnik en The Guardian, además se trataba de un autor que a ella le gustaba. “Le encantaba Dickens y actuó en muchas adaptaciones de Dickens”, agrega.

En El País aportó otros antecedentes del cuento: “Es una versión de esa misma historia, aunque con Alcott el villano no es solo avaro, sino que chantajea a una mujer para intentar doblegarla y que se case con él porque ella es pobre”.

Al seguir tirando del hilo, buscó otros relatos firmados por E. H. Gould. Sus descubrimientos los acaba de publicar en la revista académica de la John Hopkins University Press (The Journal of Nineteenth-Century Americanists). En el paper, asegura haber descubierto otros seis relatos, cinco poemas y un texto de no ficción, publicados entre 1857 y 1860 en The Olive Branch, una publicación de Boston bajo el seudónimo de Gould.

Aunque asegura que no ha encontrado “prueba irrefutable” que vincule a la autora con el seudónimo, y que es “probable” que las historias sean de ella, en los mismos trabajos desenterrados Chapink asegura que hay ciertas pistas: “En uno de los cuentos el apellido del personaje principal es Alcott. También el título del texto de no ficción es el nombre de su casa de la infancia, The Wayside”. Aunque pone la pelota al piso, “también es posible que no sea ella”.

En todo caso, en aquella época, la práctica de usar seudónimo en el mundo literario estaba muy extendida. De hecho, el académico señala que Alcott escribió novelas góticas sensacionales bajo el nombre de AM Barnard. Aunque señala que no pudo encontrar referencias al nombre Gould en las cartas de Alcott. Incluso, Chapnik destaca una motivación ulterior para estos seudónimos, porque le permitieron a Alcott escribir sobre asuntos que le interesaban, “pero que su círculo habría considerado poco apropiados, como el consumo de drogas, la avaricia, la pobreza o cuestiones de género...Alcott no tenía dinero, pero sí conexiones, y escribir con otro nombre le daba libertad y le permitía mejorar su economía”.

¿Cómo es este nuevo material? Chapnik asegura que al The Guardian que son textos experimentales y “menos pulidos” que el trabajo posterior de Alcott, e incorporan elementos góticos y melodramáticos, además de sentimentales. “Lo bueno de trabajar en Louisa es que todavía hay más por ahí”, aseguró, porque hay historias en las listas de Alcott y a las que se hace referencia en sus cartas que no se han encontrado.

“Me gusta ser parte de esta comunidad multigeneracional de detectives de Alcott -dijo el profesor de la Universidad Northeastern-. Quiero que más personas intervengan y se pregunten si es Alcott, que más personas se sientan inspiradas a entrar en este archivo”.

Alcott, unas de las autoras renombradas del siglo XIX estadounidense, comparte panteón con nombres clave del período como Emily Dickinson, Ralph Waldo Emerson, Jane G. Austin, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne o Walt Whitman. Falleció a los 55 años, en 1888. Su novela clásica es Mujercitas, de 1868, adaptada al cine siete veces, la más reciente por la directora de Ladybird y Barbie, Greta Gerwig, en 2019.

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