El trágico origen de Miño, la icónica canción de Los Bunkers inspirada en un caso real

El trágico origen de Miño, la icónica canción de Los Bunkers inspirada en un caso real

La banda penquista llega nuevamente al Festival de Viña y con uno de sus temas más representativos. Sin embargo, la historia tras la letra esconde la vida de un hombre que murió en protesta.


Una noticia conmocionó a Francisco y Mauricio Durán. Un hombre se había inmolado enfrente del Palacio de La Moneda, tras propinarse una puñalada y luego quemarse a lo bonzo.

“Porque tu propia tristeza se incendió” no es un verso al azar de la popular canción de Los Bunkers. Inspirada en el fallecimiento de Eduardo Miño, los hermanos compusieron la letra, impactados por el hecho y por el tratamiento informativo de los medios de comunicación.

El 30 de noviembre de 2001, un hombre de 50 años, padre de tres hijos y militante del Partido Comunista, decidió hacer un acto de protesta con su propia vida. Desde hace años se había dedicado a luchas contra la empresa Pizarreño, responsable de la muerte de su padre y de enfermar a centenares de trabajadores del sector por el uso de asbesto, un material tóxico que produce enfermedades graves, como el cáncer terminal.

Así, a las 00.10 del 1 de diciembre en la Posta Central, Miño falleció y su muerte fue a dada a conocer por las noticias. “Mientras estábamos en el proceso de composición, justamente ocurrió el caso de Eduardo Miño, nos tocó verlo en las noticias (...) También, estuvo la reflexión acerca de cómo los medios de comunicación informaron de la noticia. El hecho de que la pasaran y luego fueran a comerciales, pasaran los goles, y que a la semana después ya no fuera mucho tema, nos llevó a pensar de que era una buena idea escribir sobre él”, contó Francisco Durán a Culto en 2019.

La banda se encontraba en el proceso de preparar las canciones para su segundo disco, Canción de lejos. Lanzada antes que el álbum, Miño pronto fue un éxito, representativo del trabajo de Los Bunkers.

“Tiene un significado bien particular. Fue la primera canción que a nosotros nos abrió a un grupo más amplio. Fue un sencillo exitoso, fue la primera vez que yo escuché una canción nuestra fuera de mi ambiente natural”, indicó Mauricio Durán.

Es tan significativa esta canción, que es un clásico en los conciertos de la banda penquista. Son los fanáticos los encargados de cantar el último estribillo de la canción, tradición que se mantuvo en las dos previas presentaciones de Los Bunkers en 2007 y 2012.

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