Édgar Ramírez detalla su oscuro rol en Dr. Death: “Aquí la pregunta es cómo podemos defendernos de estafadores, narcisistas y manipuladores”

Édgar Ramírez detalla su oscuro rol en Dr. Death: “Aquí la pregunta es cómo podemos defendernos de estafadores, narcisistas y manipuladores”

El cirujano italiano Paolo Macchiarini pasó de prometer revolucionar el campo de la medicina a quedar expuesto como un fraude. Su historia –y la de la periodista de la que se enamoró– es el foco de la segunda temporada de la serie que llega hoy a Universal+. El actor venezolano detalla a Culto por qué no quiso conocer al hombre que interpreta y cuál es la conexión de ese personaje con Carlos el Chacal.


Arrogante y solitario, idealista y fanfarrón, el venezolano Ilich Ramírez Sánchez fue el terrorista más buscado del mundo durante varias décadas. Fue miembro del Frente para la Liberación de Palestina y luego fue el líder de su propia causa: la de Carlos el Chacal, como se le conoció popularmente durante la segunda mitad del siglo XX.

Bajo la dirección del francés Olivier Assayas, el actor Édgar Ramírez (Táchira, 1977) encarnó a ese personaje en Carlos, la alabada miniserie de tres partes que también se presentó como largometraje en el Festival de Cannes. La producción siguió exhaustivamente sus diferentes misiones por el mundo, hasta que fue capturado en 1994, con especial interés en sus impulsos y en la autoconsciencia que tenía de su propia imagen.

Foto: Scott McDermott/PEACOCK

El intérprete venezolano lo describe como “uno de los personajes más importantes de mi carrera” y lo menciona a raíz de que ahora da vida a otro narcisista: el cirujano italiano Paolo Macchiarini, cuya carrera vivió un giro cuando en 2011 realizó el primer trasplante de tráquea sintética del mundo. Suponía una revolución en el campo de la medicina, pero con los años se reveló que su invento tenía serias falencias, terminando en un escandaloso caso de negligencia médica. Su historia está al centro de la segunda temporada de Dr. Death, que debuta este miércoles 15 a Universal+.

También conocido por sus roles en El asesinato de Gianni Versace: American crime story (2018) y The undoing (2020), Ramírez percibió rápidamente a Macchiarini como un manipulador más que como a un villano. Por eso descartó de inmediato cualquier intento de conocerlo.

“Este personaje tiene claramente un desorden narcisista. La verdad, no me interesaría mucho conversar con él, porque estas personas no admiten error alguno. Las conversaciones son en círculo. No podría haber una comunicación diáfana, no habría una comunicación justa”, explica por videollamada con Culto. “Es muy aburrido hablar con personas con desorden narcisista, porque no hay manera de que admitan lo que hacen o la realidad, porque siempre la van a torcer”.

Esa personalidad lo habría llevado a engatusar a sus compañeros de profesión en Estocolmo, donde fue profesor invitado en el Instituto Karolinska, y a enamorar a la periodista Benita Alexander (Mandy Moore en la ficción). Trabajaba como productora de la cadena NBC en la época en que lo entrevistó y que iniciaron una relación amorosa que incluso llegó a una propuesta de matrimonio. Posteriormente también acusó haber sido víctima de sus engaños y manipulaciones.

Foto: David Giesbrecht/PEACOCK

“Este tipo logra estafarla emocionalmente, y eso es un talento. Un talento muy perverso”, apunta. “La pregunta aquí es cómo alguien puede dedicar sus más grandes talentos a engañar a otra gente. Aquí la pregunta es cómo podemos defendernos de estafadores, de narcisistas, de gaslighters, de manipuladores, como el personaje que yo interpreto”.

Paolo Macchiarini ocupó esos recursos no sólo en el plano profesional sino que también en la dimensión personal, lo que se constituye como la gran interrogante que para el actor sigue sin respuesta.

“Eso se convirtió en el motor durante la filmación, para seguir intentando entender a este personaje. Yo no necesito saber exactamente lo que mi personaje piensa y lo que siente en todo momento, porque así no funciona la vida. Los seres humanos la mayor parte de las cosas que hacemos ni siquiera sabemos por qué las hacemos. Y creo que eso también aplica con los personajes”.

Ramírez recuerda una escena específica que le presentó una gran dificultad: cuando el protagonista está atendiendo a una de sus primeras pacientes y le explica el procedimiento a sus padres.

“Cuando hicimos cambio de cámara tuve que salir un momento a la terraza del hospital en el que estábamos filmando y respirar un poco. Tuve una pequeña crisis de consciencia: ¿qué hago haciendo a este personaje? ¿Por qué me metí en esto?”, detalla. “La relación que yo he tenido con médicos a lo largo de mi vida ha sido muy íntima por condiciones de salud dentro de mi familia, de modo que esto es algo que para mí es muy personal”.

Foto: Barbara Nitke/PEACOCK

En ese sentido, Ramírez reconoce que pensar en su personaje como un hombre culpable de la muerte de sus pacientes era un obstáculo en vez de una guía durante el rodaje.

“Era un obstáculo emocional fuerte”, señala. “Yo trataba de concentrarme exactamente en lo que el personaje estaba viviendo y evitar que se filtraran mis propios juicios, porque, uno, iba a ser muy doloroso hacerlo, y además no es lo ideal juzgar a tu personaje. Eres tú quien está al servicio del personaje y no al revés”.

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