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Ozzy Osbourne: su huella en Chile y el adiós a la leyenda que redefinió al rock

Fallecido el 22 de julio, Ozzy redefinió una era. Primero como fundador de Black Sabbath y luego como un solista que hizo del rock un espectáculo. Músicos, productores y comunicadores detallan a Culto el vínculo con su música y rememoran sus historias junto a él o con su leyenda.

Ilustración: Sandro Baeza

Apenas le soplaron el dato, el músico chileno Anton Reisenegger, partió hacia el hotel en el sector oriente en que se hospedaba Ozzy Osbourne. Ansiaba ver a su ídolo. Corría septiembre de 1995, y el “príncipe de las tinieblas” se presentaba por primera vez en Chile, en un inolvidable Monsters of Rock, en el entonces Teatro Monumental (hoy Caupolicán), junto a Paradise Lost y Faith No More (fue la vez en que Mike Patton recibió una andanada de escupos del público).

“Yo tenía una amiga que trabajaba en la producción del show y me contó que Ozzy iba a estar firmando autógrafos y sacándose fotos en el hotel”, recuerda el hombre que hizo historia en el metal criollo con Criminal y Pentagram, además de integrar las filas de Brujería. Así llegó al lugar junto a su pareja de entonces, con el deseo de tomarse una foto junto la leyenda.

“Habían puros tipos de los medios, no había ni un solo metalero, nosotros éramos los únicos”, recuerda el músico.

Ozzy Osbourne

Tras unos minutos de espera, Ozzy salió a saludar a los fans que lo esperaban. Anton se le acercó, se dispuso para la foto, pero en ese momento sudó frío. “Nos dimos cuenta que no teníamos cámara. En esa época no había celulares, ni nada, así que dijimos, ‘queremos una foto, pero no tenemos cámara’”.

Sorprendido, el mismo Osbourne decidió hacerse cargo del asunto. “Él empezó a decir ‘ya, a ver ¿quién tiene una cámara?¿quién tiene una cámara?’ Y justo apareció un tipo, nos sacó la foto y después me la mandó. Es un bonito recuerdo que tengo”.

Fallecido el pasado martes 22 de julio, en Buckinghamshire, Ozzy Osbourne es con seguridad el nombre más global en la historia del heavy metal. Un estilo del que fue pionero como cantante y fundador de Black Sabbath, la agrupación que hizo de los riffs pesados y la oscuridad un estilo. Y luego en sus años solistas en los ochentas, como el nombre que elevó el género a un espectáculo en toda regla, además de potenciar a jóvenes talentos como los guitarristas Randy Rhoads, Jake E. Lee, entre otros.

Fue en esos años, en que la música de Ozzy llegó al joven Alfredo Alonso. El hoy director de entretenimiento de la productora Bizarro es un declarado fan del “príncipe de las tinieblas”, y reconoce que conoció primero su música y luego derivó hacia Black Sabbath. “A los 11 años, un amigo me pasó de regalo el disco Blizzard of Ozz (1980). Ese y el Rock and Roll Over (1976) de Kiss, me volaron la cabeza. De ahí en adelante empezaron mis gustos personales en música y no cambiaron nunca más. Ozzy me marcó mucho”.

Esos discos ochenteros de Ozzy destacan por su colaboración con jóvenes guitarristas. Un detalle que Alfredo Alonso no dejó pasar en su momento y que marcó su camino como exponente de la guitarra. “Randy Rhoads, Jake E. Lee, Zakk Wylde, el mismo Brad Gillis que tocó con él en su disco en vivo (NdR: Speak of the devil, 1982), todos son algunos de los guitarristas que adoro y que me encantan”.

Por lo mismo, la música de Ozzy se volvió ineludible para los jóvenes aspirantes a guitarrista. “El riff que marcó a muchas generaciones fue el de Crazy Train, aunque obviamente al principio lo sacábamos como nos sonaba nomás -detalla Alfredo Alonso-. Y el solo que todos cuando éramos chicos queríamos llegar a tocar alguna vez, era el de Mr. Crowley”.

Aunque le gusta Black Sabath, incluso en la época que tuvo a Ronnie James Dio como cantante tras la salida de Osbourne en 1979, señala que siempre le llamó mas la atención la carrera de Ozzy en solitario. “Y también me gusta The Ultimate Sin (1986), que es un disco que a no mucha gente le gusta. Esas canciones, como Shot in the dark, me encantan”.

Más menos por la misma época, en la medianía de los ochentas, Alfredo Lewin vio por primera vez el video de Bark at the Moon, el mismo en que Ozzy interpreta a un científico loco que se transforma en hombre lobo. “Era muy en la onda del de Thriller de Michael Jackson, aunque después me enteré que el de Ozzy es un poco anterior. Me alucinó ese power de guitarra -dice al teléfono con Culto-. No era raro porque en ese tiempo, en el Canal 13 y especialmente en TVN tiraban mucho video de heavy rock. Pasaban videos de Iron Maiden, Fastway, Quiet Riot, Twisted Sister, AC/DC, y Ozzy estaba ahí entre medio”.

Por su lado, el músico chileno Ángelo Pierattini hizo la ruta contraria; conoció, y se volvió fan de Black Sabbath, y luego saltó a la obra de Ozzy. “El primero que tuve fue el Black Sabbath Vol.4 (1972). El Technical Ecstasy (1976) y el Sabbath Bloody Sabbath (1973), también fueron lo que más me gustaron -dice a Culto-. Tuve el VHS del Never say die, que lo compré en el Persa Bio Bío. Tuve más cercanía con Black Sabbath siendo que escuché Led Zeppelin de antes, porque su música era profunda y compleja”.

Algo similar le pasó a Anton Reisenegger. Primero conoció a Sabbath, cuando escuchó en la radio el disco en vivo Live Evil (1982), que tenía a Dio como cantante. Pero la curiosidad lo llevó a hurgar en las disquerías de la época. “Empecé a buscar y fui encontrando los primeros discos, que después me los compré en CD en Fusión. Los primeros cuatro discos de Black Sabbath fueron totalmente formativos para mí. El tema Black Sabbath, del primer disco, es el que da origen al heavy metal”.

La figura de Ozzy es única en el rock. No era un compositor, ni un letrista prolífico. Tampoco era un cantante muy dotado, pero su sensibilidad melódica y su sentido del espectáculo fueron notables e hicieron escuela. Algo que se advertía desde los días en Sabbath. “Yo siempre lo he encontrado un gran cantante a Ozzy, más allá de lo técnico. Me gusta mucho su manera de componer sus líneas melódicas, era un tipo muy melódico, muy conectado con los Beatles, incluso antes de saber de que él era loco por los Beatles y para qué decir de su performance en vivo -apunta Ángelo Pierattini-. El bajista de Sabbath, Geezer Butler, tenía una función como la de McCartney, hacía una línea de bajo por fuera del riff de la guitarra, haciendo una armonía, realmente”.

Black Sabbath

Para Alfredo Lewin, la clave para entender la importancia de Ozzy para el rock, es precisamente la obra de Black Sabbath. “Había algo en el tono de su voz, que lo hace partícipe de la creación de muchos subgéneros del heavy rock. Era la voz lúgubre que podía articular las letras y dotarlas de melodía. Sin eso, no hubiera tenido la chance de retomar una carrera como solista, algo que él estaba barajando de años, considerando los problemas que tenía con sus compañeros y su volátil personalidad”.

Tras ser expulsado de Sabbath, por sus problemas de adicción, la era solista de Ozzy despegó en los primeros años ochenta gracias a un eficiente cancionero, sus impactantes espectáculos en vivo y la capacidad de captar talentos. “Se rodeó de músicos muy bacanes e hizo discos increíbles. Para mi, el Diary of a Madman, el Bark at the Moon, No rest for the wicked, son tremendos discazos que están en la historia del heavy metal”, dice Anton Reisenegger.

La huella de Ozzy en Chile

Durante los años ’90, Alfredo Lewin se volvió un rostro familiar por su trabajo en programas como Headbangers Ball y en MTV Rocks, emitidos en la cadena norteamericana que popularizó los videoclips. En esos años pudo entrevistar a Black Sabbath y a Ozzy Osbourne. “Y siempre muy de cerca de Sharon, su esposa”, recuerda. “Era un tipo muy cordial, muy cariñoso. Siempre aparentó más edad que la que tenía, porque su motricidad era muy limitada”.

De esos días, Lewin recuerda una historia. La compañía Sony Music relanzó todo el catálogo de Ozzy Osbourne como solista en CD. Fue entonces que le comentaron que desde la discográfica lo requerían para entrevistarlo. “No era una entrevista para MTV, era una entrevista privada para que la compañía pudiera sacar imágenes y elaborar un press kit electrónico”, recuerda. “Yo decía, qué bacán, debe estar pidiendo que la entrevista la haga yo, para sentirse más cómodo”.

Ozzy Osbourne

Así, el comunicador arribó a São Paulo. “Nos juntamos y a los cincos minutos me doy cuenta de que Ozzy no se acordaba de quién era yo, quizás fue idea de Sharon. Pero él no estaba pasando un buen día, estaba como descolocado. No fue una buena entrevista”, recuerda Lewin. “Ozzy me firmó todos los discos de esa nueva reedición en CD. Yo veo esas firmas y me doy cuenta de que está firmando por alguien que tiene Parkinson. En sus firmas los trazos son absolutamente desiguales, le costaba agarrar el lápiz para firmar. Ahí yo tuve una impresión de que él tenía varios problemas que no eran tan públicos”.

La última vez que Ozzy Osbourne se presentó en Chile, fue en el 2018, en el marco del No More Tours 2, que efectivamente fue su despedida de los escenarios, antes de padecer una serie de complicaciones de salud. El show en el Movistar Arena fue producido por Alfredo Alonso, quien pudo conocer a su ídolo y tomarse una foto, la misma que compartió en las redes sociales en los últimos días. “Yo tenía posters suyos en mi pieza, el clásico poster de él con Randy Rhoads tomándolo en brazos…y de repente, estoy parado frente a él. Fueron unos pocos minutos. Él fue muy amable, yo estaba como un cabro chico conociendo a Mickey Mouse. Además, justo él estaba en una buena época. Si ves la foto, él sale súper bien, completamente lúcido y perfecto”.

Alfredo Alonso y Ozzy Fuente: Instagram de Alfredo Alonso

A renglón seguido, Alonso apunta un detalle de aquel último paso por Chile. “Yo tengo un dolor con ese concierto. Iba a ser en la Pista Atlética del Estadio Nacional, él lo marcó como su despedida, y a diferencia de otros artistas, fue su despedida. Y la venta no anduvo bien, lo tuvimos que mover al Arena. Y ahora que la gente dice ‘grande Ozzy’, o te dicen ‘¿y por qué no seguiste trayendo a Ozzy?’, porque no compraron tickets. El rockero habla mucho, pero a la hora de comprar tickets y apoyar a estas bandas, no va. Esa despedida debió haber sido mucho más majestuosa. Ahora, para los que estuvimos ahí, fue un lujo. Ozzy en el Arena, sonando increíble, Zakk Wylde bajando casi hasta el público para tocar un solo de guitarra, fue el sueño del pibe. Pero creo que merecía esa Pista Atlética llena”.

Ozzy Osbourne la-tercera

No estuvo en el Movistar ni en ninguno de los shows de Ozzy o de Black Sabbath, en el país, pero Rodrigo “Don Rorro” Osorio, el cantante del grupo Sinergia, tiene una peculiar conexión con la leyenda. Hace tres años lo tributó en el programa The Covers, de Mega, un espacio en que conocidas figuras se caracterizaban como iconos de la música.

“Don Rorro” se lució cantando temas como Perry Mason, No More Tears y dejó una muy buena impresión. Pero no era un fan, de hecho guardaba cierta distancia. “Yo tengo una formación muy católica, de hecho era como coordinador en una capilla, y con todo el tema de que era ‘el príncipe de las tinieblas’, me conflictuaba. Entonces evitaba escucharlo”, dice a Culto.

Eso sí, recuerda un disco que le llamó la atención. “A los 14 años escuché el Bark at the Moon, lo encontré muy bueno, pero yo sentía que no me hacía bien”.

Años después, le llegó la invitación para integrar la segunda temporada de The Covers. En principio probó varios personajes. “El Pollo Fuentes, Jorge González, Federico Moura, incluso le pregunté a varios próceres de la música chilena qué opinaban. Y fue Jorge Toro, mi mánager de ese entonces, el que me sugirió que imitara a Ozzy. Yo le dije: olvídalo”.

Tras mucho insistir, Don Rorro accedió a probar el personaje. “Y me llevé la sorpresa que toda la gente, mi familia, mis amigos, la gente de la SCD, todos me decían que hiciera a Ozzy porque me salía súper bien”. Fue entonces que, pese a sus conflictos, se decidió. Lo estudió a fondo, aprendió las letras y se dedicó a mirar todos los conciertos que pudo para entender su puesta en escena. “Incluso teníamos preparado el tema Black Sabbath, pero me eliminaron antes”, recuerda.

En uno de los conciertos que miró, Don Rorro notó que Ozzy solía coger baldes y lanzar agua al público. “Yo quería hacer lo mismo, pero en la producción me dijeron que no se podía, porque iba a quedar la cagada en el estudio. Entonces me dijeron, ‘pero tenemos fuego’. Así que hicimos toda la performance, me ponía a un lado, y salían rayos de fuego, después al otro lado. Fue sensación. Y empezó a ocurrir que llegaba un montón de gente del canal cuando grababa mis presentaciones. Terminaba los ensayos y se escuchaba a la gente aplaudiendo. Tenía barra”.

Pese a sus aprensiones, el cantante de Sinergia conoció a fondo al “príncipe de las tinieblas” y hoy tiene una opinión más formada. “Yo sigo conflictuado, porque tengo una creencia cristiana muy fuerte, pero encuentro que su trabajo es extraordinario, es admirable, es innovación pura. Y tiene toda esa cosa enigmática, que también es parte de su espectáculo. Fue un precursor de lo que hoy entendemos como el metal. O sea, antes de Black Sabbath, nadie abordaba el rock de la manera como lo abordó Sabbath, nadie”.

El último adiós de Ozzy

La muerte de Ozzy Osbourne, ocurrió apenas 17 días después del espectáculo Back to the Beginning, en su natal Birmingham. Un show de despedida que reunió a la flor y la nata del metal y el hard rock; participaron leyendas de la talla de Metallica, Slayer, Guns N’ Roses, Pantera, entre otros. Fue la última vez en que él subió al escenario, y cantó, sentado en una silla, en dos breves sets, uno de su material solista y otro en que reunió por última vez a la formación original de Black Sabbath.

Ozzy se vio muy disminuido, pero aún al límite de sus fuerzas se las arregló para cantar con cierta holgura en los dos sets. Incluso el de Sabbath, que originalmente era de 6 temas, se debió acortar a 4, debido al delicado estado de salud del cantante (según Tony Iommi, se eliminaron los temas Black Sabbath y Fairies Wear Boots). Igualmente, fue un momento emotivo.

Ozzy Osbourne

Para los entrevistados, ese adiós estuvo a la altura. “Me pareció increíble. De las mejores cosas que he visto este último tiempo, como un gran espectáculo de entretención y sobre todo, el homenaje en vida a un artista. Back to the Beginnig me sonó más como un guiño a la relación de Birmingham con Black Sabbath, pero todo era sobre Ozzy. Me pareció muy bonito y fue espectacularmente bien producido. Ozzy se vio muy digno”, dice Alfredo Lewin.

Por su lado, Angelo Pierattini reflexiona sobre ese adiós: “Yo creo que ahí quedó clarísimo que Ozzy es un fenómeno cultural, un tipo que creó algo que no existía. En la música creo que es lo más difícil dejar un legado de esa magnitud. Vi encantado el show, me gustó la performance de todos los grupos, que hiciera ese set solista y después con Black Sabbath, increíble”.

La posta la toma Anton Reisenegger. “No lo vi entero, pero me pareció súper digno. Me imaginaba que iba a estar sentado, que no se iba a poder un concierto entero, pero lo encontré una despedida totalmente a la altura. Me encantaría haber estado ahí”.

Desde su lado, “Don Rorro” detalla que solo vio algunas imágenes del show, pero pudo formarse una impresión. “Me parece que fue un tremendo espectáculo y sin duda que un hito histórico en la historia del rock y la música popular, o sea, estuvo Pantera, Metállica, Slayer. Para su delicada condición de salud, estuvo colosal. Hizo un tremendo espectáculo ahí en el trono, cantó bastante bien. Sin duda que se despidió a lo grande”.

Con su experiencia organizando conciertos, Alfredo Alonso también se mostró entusiasta con el adiós. “Yo creo que ese concierto fue una forma de sanar y agradecer a toda la gente que estuvo con él durante todo estos tiempos. Fue un lujo. Yo creo que él se fue con el corazón lleno y dejó a los fans con el corazón lleno”.

Ilustración: Sandro Baeza

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