Culto

“Una pastoral espacial”: llega Orbital, la novela ganadora del Booker Prize

Escrita por la inglesa Samantha Harvey, el volumen acaba de llegar al país vía Anagrama. En sus páginas, cuenta las peripecias de seis astronautas en la Estación Espacial Internacional a lo largo de 24 horas. En ese tiempo realizan profundas reflexiones sobre la vida en el planeta, y es lo que sostiene la novela. Ha obtenido una buena recepción internacional.

“Una pastoral espacial”: llega Orbital, la novela ganadora del Booker Prize Copy: Urszula Soltys

“Girando en torno a la Tierra en su nave espacial se sienten tan unidos, y tan solos, que incluso sus pensamientos, sus mitologías íntimas confluyen a veces. Tienen de vez en cuando los mismos sueños”. Son las primeras líneas de Orbital, la novela de la escritora inglesa Samantha Harvey, flamante ganadora del Booker Prize 2024, y que acaba de llegar a nuestro país en idioma castellano vía Anagrama.

En sus páginas, relata las peripecias de seis astronautas en la Estación Espacial Internacional a lo largo de 24 horas, en la que orbitan 16 veces en torno al planeta. Un tópico que es propio de la literatura de ciencia ficción, o fantástica, pero que Harvey le da una mirada más literaria al indagar en las conversaciones de los personajes, en sus miradas del mundo, que ellos ven como un lejano punto azul.

Eso es lo que destacó el Jurado del Premio Booker sobre la novela. “Con un lenguaje lírico y agudo, harvey hace que nuestro mundo nos resulte extraño y nuevo...Celebramos la ficción que no encuentra respuestas, sino que cambia la pregunta sobre lo que queríamos explorar. Nuestra unanimidad sobre Orbital reconoce su belleza y ambición. Refleja la atención extraordinaria e intensa de Harvey al mundo precioso y precario que compartimos”.

No solo los astronautas tienen voz. El relato alterna otros puntos de vista, como el de un extraterrestre, el de un robot, y el de un hombre prehistórico.

Nacida en Kent, en 1975, Samantha Harvey estudió Filosofía en la Universidad de York y en la Universidad de Sheffield. Completó su formación con un máster en Escritura Creativa y un doctorado en la Universidad de Bath Spa. Es autora además de otros libros, como el ensayo autobiográfico Un malestar indefinido, y las novelas The Wilderness (galardonada con el Premio Betty Trask y el Premio AMI Literature en 2009), All Is Song, Dear Thief y The Western Wind. Es decir, es una escritora con cierta trayectoria, pero que hasta ahora había obtenido un reconocimiento más marginal. Su sorpresivo triunfo en el Booker la posicionó en otra esfera.

De hecho, Orbital ha sido muy elogiada por los principales medios del mundo. Por ejemplo, el señero The New York Times dijo de este volumen: “El libro es de una belleza deslumbrante. Además, carece casi por completo de trama. Ninguna raza alienígena invade la nave. Ningún planeta consciente enloquece a la gente. La tecnología funciona. Los astronautas son profesionales consumados. Uno es descrito como el corazón de la nave, otro como sus manos, un tercero como su conciencia. Ningún juicio pone a prueba estas afirmaciones, y ningún acontecimiento llega para revertirlas o reforzarlas”.

Para el NYT, el fuerte de la novela no está tanto en la historia, sino en las cavilaciones de sus personajes, su interior. Importa el cómo más que el qué. “Orbital es un relato asiduo, cotidiano, de personajes cuya principal ocupación es servir a la divagación sobre el espacio profundo, el tiempo cósmico, el cambio climático, el sentido de la vida, la existencia de Dios, la naturaleza del progreso. Siempre apasionados y a menudo conmovedores, estos riffs invariablemente se desvinculan de los personajes que los inspiran y carecen de la influencia del pensamiento mediado".

Por su lado, el The Guardian opinó: “Orbital es un libro esperanzador que estudia a personas que actúan según su esperanza. Es un libro del Antropoceno, resistente a la fatalidad. Quizás echemos de menos la ira incesante que se despertaba en The Shapeless Inease y las mordaces y directas formas de expresión que encontró. Pero Orbital ofrece una apreciación vehemente del mundo en una variedad de tonos y situaciones".

“Rusos, japoneses, estadounidenses, británicos, italianos: se ofrecen como emblemas de la cooperación humana. Una voz narrativa se alza para anticipar la crítica obvia: ‘Su esperanza no los hace ingenuos’. Eso es suficientemente convincente, hasta que se levanta la vista de la página”.

Vouge España señala que Orbital es “el libro más recomendado de 2025″, y agrega: “Lejos de la estructura habitual de la ficción tradicional, y en una era dominada por la autoficción confesional, Harvey construye una obra que no es ni una cosa ni la otra, sino que orbita entre varios géneros: novela, poema, ensayo filosófico. Y también entre varios narradores: el de un extraterrestre, el de un robot y un marinero prehistórico. Este coro de perspectivas —que nos vuelve a recordar a la pintura de Velázquez— logra un efecto curioso: que las grandes preguntas existenciales dejen de ser abstractas".

“Orbital sorprende también al trascender lo científico para adentrarse en lo metafísico y prefiere una reflexión sobre el anhelo más antiguo: el de haber llegado al cielo para descubrir qué nos aguarda más allá. La divinidad se filtra en cada una de sus páginas, en la canica azul que flota en la oscuridad, en esos instantes donde lo cósmico y lo cotidiano se entrelazan, como concluye uno de los protagonistas de la obra: ‘La Tierra, vista desde aquí, es como el cielo’”.

La misma Harvey comentó en entrevista con The Guardian que, efectivamente, Orbital tiene menos que ver con la ciencia ficción que con una escritura reflexiva. “Me gusta Alien tanto como a cualquiera. Nunca consideré que esta novela fuera en contra de la ciencia ficción, pero tampoco que tuviera mucho que ver con ella. Lo concebí como una pastoral espacial: una especie de escritura sobre la naturaleza, con una ligera nostalgia por lo que está desapareciendo. No solo en la Tierra, sino también en la propia Estación Espacial Internacional, este artefacto tan retro que va a ser desorbitado tras 23 años de oscilar a 28.000 kilómetros por hora".

“Vivimos en una época de veracidad en primera persona...¿a quién le importaría lo que diga una mujer de Wiltshire sobre cómo sería estar en el espacio? Quizá la respuesta sea que la imaginación tiene un futuro al que la experiencia no puede llegar. La página web de la NASA tiene cientos de diarios fascinantes, aunque bastante monótonos, escritos por astronautas en el espacio. Pensaba que hay una laguna, una especie de laguna metafísica, una experiencia mágica que no se documenta como a mí me gustaría".

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