Bárbara Riveros: "Si no fuese figura pública, quizás sí saldría a marchar"

Bárbara Riveros
Foto: Mario Tellez.

La triatleta repasa su amarga temporada en cuanto a resultados y en la que debió replantearse todo desde el inicio por una lesión.



Bárbara Riveros (31 años) no sabe cómo definir esta temporada. Fue la más negativa en cuanto a resultados, porque no pudo conseguir nada de lo que se propuso. Y lo peor estuvo en Lima 2019, donde una fascitis plantar le recrudeció en un desgarro del que aún se recupera. Ahí, debió pausar su lucha por clasificar a Tokio 2020 y replantearse todo desde el inicio, a menos de un año de los que espera sean sus últimos Juegos. Aun así está tranquila.

¿Temporada amarga?

Si lo miro desde el punto de vista de resultados, fue la peor temporada deportiva en mi vida. Pero si lo veo con más profundidad creo que me dejó mucho para reflexionar. No puedo decir qué enseñanza me dejará este año porque aún estoy intentando entender el mensaje que la vida me quiere entregar, pero fue un año de mucho aprendizaje.

¿De qué hitos está sacando enseñanzas?

Partí con una molestia en el tibial posterior el año pasado; Pucón me dejó con una fascitis plantar, pero nunca sufrí una rotura; en los Juegos de Lima ya sufrí el desgarro. Ahí ya pagué las consecuencias. La enseñanza es de saber escuchar a tu cuerpo, porque a menos que no estés sufriendo una crisis, no la quieres asumir.

¿Es usted la autoexigente o también sufre de presiones externas?

Es un poco de todo. Trato de hacer todo lo que el entrenador (el australiano Brett Sutton) dice, pero no te podría decir que fue culpa de él. Mi padre dice que al final el ser deportista de alto nivel en algún momento te pasa la cuenta y quizás eso no lo supe identificar. También el COCh siempre quiere que corras, pero fui yo quien no supo parar. Así es la vida: dura, pero hay que aprender de ella.

¿Cómo ha evolucionado su lesión?

Está mejor, pero aún no me dan el alta.

¿Alcanzará a estar lista para conseguir la clasificación a Tokio?

De febrero a mediados de mayo se disputarán las copas del mundo. Ahí deberé estar siempre entre las 10 primeras para poder clasificar. Lo veo difícil, pero no imposible. Todo dependerá de cómo corra.

¿Serán estos sus últimos Juegos?

Sin duda. No fue fácil convencer a mi entrenador de estar buscando la clasificación, pero ya estoy aquí. Él se dedica a la larga distancia y sentía que tratar de clasificar a Tokio y dedicar un año y medio más era una pérdida de tiempo. Le dije que para mí era algo importante cerrar el proceso (olímpico) y poder ir.

Y ha vivido su recuperación en Chile justo dentro del estallido social.

Me impresiona lo lucrativo que puede llegar a ser la educación, la salud y las AFP, aunque de ellas no tenía tanto conocimiento porque no tengo fondo de pensión. Pero es algo que me choca mucho, porque se lucra con cosas básicas. Ir al colegio o desarrollar la vida en Suiza es mucho más barato que en Chile y eso que el ingreso per capita es mucho mayor. Son muchas cosas que en Chile no tienen relación. Este es un sistema que realmente hace que la gente deje de vivir, que viva para pagar, con niveles de estrés muy altos para tener una vida digna. Las cosas básicas no pueden ser un negocio, es así de simple.

¿Estaba en Chile el 18 de octubre?

Estaba en Suiza, pero recuerdo que estaba entrenando y escuché en la radio lo que estaba pasando. Fue fuerte, porque para que salga en la prensa suiza debe ser algo muy grave. Ahí conversé con mi hermano y me contó todo. Veo y leo pocas noticias, pero me gusta conversar con la gente y recuerdo que en la clínica Meds, mientras me recuperaba, una chica me contaba que el año pasado se hicieron muchas marchas contras las AFP, pero el Gobierno no hizo absolutamente nada. Eso ratifica que el ser humano reacciona con extremos, porque se tuvo que llegar a este nivel de violencia para que el gobierno escuchara. Y aún no escuchan bien, porque se han enfocado en castigar a la violencia y el vandalismo, que la hay, pero no se han puesto los pantalones para solucionar los verdaderos problemas.

El Ironman 70.3 de Pucón se suspendió debido al estallido social y usted reaccionó muy molesta.

La verdad es que en su momento entendí la decisión, pero el día en que se hizo el anuncio recibí un llamado de la Municipalidad y me manifestaron que los pasaron a llevar y que fue una decisión unilateral de U. Católica, siendo que ellos decían que fue en conjunto con la comuna. Me hago responsable de mis palabras, como ellos se deben hacer responsables de sus decisiones y faltaron a la verdad. Eso me molestó. Entiendo que se exponían a mucho, a que incluso le podrían quitar la licencia de Ironman al evento, pero no estoy de acuerdo a que mientan.

Una bandera de lucha potente ha sido la feminista. ¿Cómo ve el empoderamiento de su género?

Lo respeto, pero nunca he sido feminista. No porque no lo sea, sino porque creo que los resultados o logros hacen que te respeten. Es un poco lo que pasó con Gabriela Mistral. Creo que es difícil que de aquí a 20 o 30 años más las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, porque vamos en contra de una cultura que lleva siglos arraigada.

Una cultura marcada por estereotipos. A usted, por usar el pelo corto, la encasillan en uno. ¿No está de acuerdo en cambiar todo eso?

Sí, es cierto. Ni siquiera en Australia, pero en Europa, todos estos prejuicios casi no existen. Me parece espectacular que Chile se abra a pensar de una forma mucho más amplia. El problema es que somos un país marginado geográficamente y somos nosotros mismos nuestros referentes… Eso hace que no haya contrastes y no seamos críticos con nosotros, sino muy conservadores.

¿Si no fuese la triatleta que es, saldría a marchar o a hacer la intervención de Las Tesis?

No creo. No lo sé en verdad. Si no fuese una figura pública, quizás sí saldría a marchar, pero creo que una debe ser mucho más visionaria y generar un impacto social de otra forma y ahí ser mucho más estratega para entregar un mensaje.

¿En qué va el trabajo con su fundación?

Más que mi fundación, estoy trabajando en dejar algo a la comunidad de Pucón. Así nació la idea. Para mí, el Ironman de Pucón es lo que es por su gente. Anda a cualquier otro lado y no tiene la misma acogida que tiene acá. Creo que hay que dejar algo de agradecimiento por todo eso, si lo puedo conseguir a través de mi fundación o como sea, lo haré. Específicamente, ahora estamos colocando todas las energías en la creación de una piscina para la comunidad, donde junto a mi padre y el alcalde estamos trabajando para ello. Si resulta, le ayudará a mucha gente.

¿Podría haber pronto una piscina en Pucón?

Ese proyecto está avanzando. La municipalidad ya nos entregó los terrenos, por otro lado tenemos al IND, que nos ayudó con el preproyecto de la piscina de Independencia, lo que es un ahorro de tiempo y dinero. Por ahora hay un mix entre la Municipalidad, el gobierno regional y el IND, pero aún está en pañales.

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