La batalla ganada por Sebastián Villegas, el primer futbolista que recibe una pensión vitalicia por accidente laboral
El exdefensor recibió una patada en la cabeza, hecho que le provocaría múltiples fracturas craneofaciales, un coágulo en el cerebro y su retiro del fútbol. Luego de más de cuatro años del accidente y casi dos de trámites, en las que el SIFUP siempre lo guió, celebra la resolución.
El 23 de agosto de 2017 cambió la vida de Sebastián Villegas para siempre. El defensa estaba enfrentando su primer partido por Deportes Antofagasta, su nuevo club. ¿El rival? San Marcos de Arica. Corrían cerca de 50 minutos del encuentro válido por los octavos de final de la Copa Chile cuando el atacante del cuadro ariqueño, Matías Campos López, se dispuso a patear al arco. El aguerrido zaguero bloqueó el tiro del ariete y en el rebote pretendió bloquear el segundo remate con la cabeza. No obstante, en una jugada fortuita, Campos López le propinó un puntapié a Villegas en el cráneo.
Ahí cambió todo para el defensor, quien afirma nunca haber perdido la conciencia. Recuerda mucho dolor, sangre, vómitos y la cara de preocupación de todos los presentes. Era un sentimiento conjunto, pues, además de lo visiblemente fuerte del golpe, Villegas resultó con múltiples fracturas faciales, lo que lo llevó a pasar por operaciones para reconstruir su cara y un extenso proceso -marcado por la negligencia de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS)- que le produjo un increíble deterioro de su salud mental.
Pese a “las ganas de volver a jugar y de ganarle al accidente”, la situación se volvió insostenible, y a más de cuatro años del terrible suceso, el exjugador consiguió lo esperado: una pensión vitalicia por accidente laboral por tener un 40 por ciento de discapacidad para realizar su trabajo. El proceso lo llevó adelante con la ayuda del Sindicato de Futbolistas profesionales.
“Tengo un coágulo en el cerebro. Ese examen debí hacérmelo de rutina después de operado y no me lo hice. Me lo hice recién cuatro años después. Fue una negligencia por parte de la mutual. Después de la operación, los procedimientos que recibí por su parte fueron solo ir al maxilofacial y al cirujano plástico. Me decían que estaba bien, que quedé bien. Me cuesta ver, pero no me hicieron exámenes en los ojos. Nunca hubo un tratamiento, nunca me llevaron al neurólogo, nunca me hicieron ningún tipo de examen después de operado”, indica Villegas, quien se enteró cuatro años después del coágulo que tiene en su cerebro, motivo por el cual tuvo que abandonar su profesión.
Decaimiento de su salud mental
Tras el accidente, Villegas tuvo la esperanza de volver a jugar y desde el primer momento trabajó para eso. Fueron semanas en cama y meses sin poder entrenar, lo que significó que su vuelta costara en demasía. En noviembre de 2017 le dieron el alta y volvió a Rangers de Talca, pero fue complejo. “Fue como aprender a caminar porque estuve tres semanas acostado. Mi entrenamiento era caminata y tenía mucha presión en la cabeza, fue difícil, hasta que lo logré. Me costó casi un año recuperarme y ponerme bien físicamente, como yo pensaba que podía competir bien. Perdí mucha musculatura, fue casi como empezar de nuevo”.
Los miedos estaban presentes, pero todo cambió drásticamente cuando en mayo de 2018 recibió un codazo “en una jugada de fútbol” por parte de Diego Ruiz, exdelantero de Iberia. El hecho le desencadenó una gran crisis y un estrés post traumático grave. “Cuando me di cuenta que no podía competir de igual a igual y debía seguir un tratamiento, lloraba. Lloraba por no poder hacer lo único que sabía hacer, para mí era una tortura tener que entrenar o jugar. No podía entrar a una cancha. Fue difícil tener que decirle a mi familia que no podía trabajar”, comenta Villegas. La incertidumbre se volvió protagonista. “No sabía cuánto duraría la licencia, después empecé con el tratamiento para volver. Me cambiaron muchas veces de psicólogo y de psiquiatra, y fue complicado porque yo no veía avance. Perdí mi independencia por tanto medicamento”, añadió.
El exjugador hace hincapié e insiste en que el proceso que vivió no se llevó a cabo de la manera adecuada. “Cuando me dijeron que podía volver, yo no me sentía preparado y tuve que acudir a un especialista particular, fue todo muy tedioso. Hubo meses en los que no me pagaron la licencia y tuve que acudir hasta a la televisión para que la ACHS se hiciera cargo. En general, no fue muy prolijo el tratamiento. No tuve una línea específica”.
“Cuando pude volver a jugar, lo hice durante un año más o menos, pero los primeros seis meses me costó jugar. Después, cuando pude y sentía que estaba encontrando mi nivel, me pegan el codazo. De ahí en adelante, todo fue sufrimiento, todo era pelear conmigo mismo. Evitaba chocar, lo que era una de mis mayores virtudes como defensa. Tengo otras operaciones en la cara anteriores al accidente, todo por chocar. Una vez perdí la memoria por un cabezazo, nunca le tuve miedo a esas cosas, si yo tenía que chocar con los gigantes iba e iba a ganador, pero después no quería saltar a cabecear ni con alguien más bajo en estatura que yo. No puedo recibir golpes en la cabeza o exponerme de esa manera. Yo puse en riesgo mi vida tres años sin saber. Entonces no es menor, yo me podría haber muerto. Lo que más suave que me podría haber pasado es quedar con epilepsia y yo sin saber, para mí la negligencia fue demasiado grande por parte de la ACHS”, complementó Seba.
“Hoy estoy un poco más tranquilo, asumiendo que ya está listo todo. Aún no presento los papeles porque me falta recaudar algunas cosas para firmar la jubilación, pero yo tengo 31 años y estoy jubilado, me levanto y quedó desocupado. Es un cambio de vida bien drástico. Asumí que voy a tener mi pensión, que aunque uno siempre espera más, me da tranquilidad. Tengo cinco hijos y ya tengo que rebuscármelas para seguir generando un poco más de plata porque no voy a ganar ni la mitad de lo que ganaba cuando estaba bien. Todo lo que yo perdí en este tiempo, en dinero, en proyección, también es un tema, pero eso ya lo perdí”, sentenció sobre el tema.
Años batallando por la pensión
“Para que una persona pueda tener una pensión por discapacidad a través de una mutual, tiene que cumplir con ciertos requisitos. Uno de estos requisitos es tener 108 semanas con licencia médica”, comentó Alfredo Valenzuela, abogado del Sindicato de Futbolistas Profesionales (SIFUP) y asesor de Villegas.
Después de más de un año y medio realizando trámites, la intendenta de Seguridad y Salud en el Trabajo, Pamela Gana, le dio la razón a Villegas, y el retirado futbolista fue reingresado a la ACHS para que lo evaluaran. En septiembre del año pasado la mutual le realizó un escáner para ver analizar su parte neurológica. Dicho escáner fue decisivo porque arrojó el coágulo en el cerebro y el riesgo que corría al ejercer la profesión. “Esto significó que en el mes de enero fuera dado como persona discapacitada y se le pensionó a través de la mutual. El SIFUP está preocupado de sus jugadores, pero también está ocupado de que todos sus asociados reciban las mejores asesorías y este caso no fue la excepción. Después de dos años de tratamiento y de pelear con la mutual, llegamos a un buen puerto”, complementó Valenzuela.
El Deportivo tuvo acceso al dictamen que favoreció a Villegas. Según el documento, el exdeportista posee “un 40 por ciento de discapacidad”. De ese porcentaje la mitad es por el “TEC leve complicado” que sufrió y que le produjo un “déficit atencional postraumático”. En tanto, la otra parte es por un “trastorno de estrés postraumático crónico”.
En ese sentido, el otrora zaguero se refirió a lo desgastante del proceso. “Quería que se decidiera lo que iba a pasar conmigo, con mi futuro, ahora tengo que ver cómo empezar a generar un poco más de plata para mantener a mi familia, los ahorros se acaban y uno tiene proyectos. Cuando hay una negligencia de por medio alguien tiene que hacerse cargo y responder. Pero dentro de todo, me deja tranquilo saber que tengo una base para lo que va a ser mi futuro. Durante estos días tengo que ir al neurólogo y lo más seguro es que esté con tratamiento toda mi vida, pero no es lo que me complica. Ya sé que está definido todo y ya no tengo que estar esperando si me van a jubilar”.
Un precedente dentro del fútbol nacional
Sebastián Villegas se convirtió en el primer futbolista profesional en recibir una pensión vitalicia por acidente laboral a nivel nacional. Su caso es diferente al de Pablo Otarola, quien también recibe una pensión, pero que se accidentó conduciendo su automóvil. “Marcamos un hito. Uno tiene que hacer las cosas bien, tiene que consultar y exigir lo que a uno le corresponde. Uno desde la ignorancia evita muchas cosas y hay que aprovechar este beneficio que te dan, que al final es lo que te corresponde”.
Villegas agradeció el rol que cumplió el Sindicato de Futbolistas Profesionales en su caso. ”Es segunda vez que recurro al SIFUP. Otra vez marqué un precedente porque fui el primer jugador en autodespedirse y demandar a su club, y gané. Los demandé por incumplimientos laborales y les gané, fue una lucha que duró cerca de dos años y el Sifup siempre estuvo ahí. El Sifup a mí no me cobra nada, ellos me pagaron exámenes particulares, ellos hicieron todo. ellos siempre te van a ayudar, pero uno tiene que estar dispuesto a hacer lo que ellos dicen. Uno siempre quiere hacerlo a su manera, pero yo me entregué a ellos porque necesitaba su ayuda y ellos me la dieron. Se portaron un ‘7′ conmigo”.
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