El Deportivo

Un feroz Chelsea golea al PSG y se convierte en el flamante campeón del Mundial de Clubes de la FIFA

A los londinenses les bastó con un brutal primer tiempo para dejar al descubierto una cara desconocida de los parisinos, que llegaron con chapa de favorito. De la mano de Cole Palmer, los Blues se impusieron 3-0 y se quedan con esta renovada corona. Solo por ser campeón, recibe 40 millones de dólares.

El Chelsea festeja con el trofeo del Mundial de Clubes, incluido Donald Trump.

¿Quién podía detener al súper Paris Saint-Germain de Luis Enrique, el equipo que exhibe el mejor fútbol? Enzo Maresca y su Chelsea. Lo que no pudieron hacer elencos como el Bayern Múnich y el Real Madrid, lo logró el tradicional cuadro de Londres, que ha revitalizado su estatus luego de épocas convulsas y cuestionadas. Con expresión de lucha, la final duró menos de 45 minutos, porque los Blues hicieron los deberes con prontitud.

Una victoria de 3-0 les entregó a los ingleses el honor de convertirse en el flamante campeón del nuevo Mundial de Clubes de la FIFA, recibiendo con los brazos abiertos un trofeo fastuoso y un enorme premio en dinero.

Es innegable que el favoritismo estaba del lado de los franceses, por la extraordinaria temporada que han construido, ganando todo lo que se les cruzó y con exhibiciones futbolísticas de alto vuelo, como ante el Inter de Milán en la final de la Champions y la semifinal del Mundial ante el Madrid de Xabi Alonso. Pero el Chelsea tenía la fórmula no solo para neutralizar el poderío del cuadro de capitales qataríes, sino que supo hacerle daño y convertir en un equipo “común y corriente” a una máquina que venía aceitada.

Los ingleses, quizás con sorpresa, fueron segundos en su grupo, detrás del Flamengo. Eso les permitió instalarse en un lado del cuadro más “amigable”, evitando a cucos como el Bayern (que fue segundo tras Benfica), el Real Madrid y el propio PSG. Además, con las eliminaciones del Inter y del Manchester City, el panorama se abrió. De hecho, desde octavos que no enfrentaba a un europeo. Dos de las plantillas más caras del certamen (y de Europa), sobre los 1.000 millones de euros, se enfrentaron por la corona y donde los pronósticos se fueron desmoronando apenas sonó el pitazo inicial.

Luego del show de apertura que contó con Robbie Williams y Laura Pausini, más la presencia en las tribunas de Donald Trump y su esposa Melania, junto a Gianni Infantino, se dio un partido en el cual el Chelsea partió tomando el control. Una declaración de intenciones que se reafirmaría tras los primeros 45′. La presión ejercida por los dirigidos del italiano Maresca incomodó de sobremanera a un PSG que gusta de tener el dominio y la pelota. Las transiciones veloces y profundas le daban vértigo al partido. Los parisinos empezaron a despertar y a salir del encierro. Doué contó con un par de opciones.

Chelsea, campeón

Quien se robó la película fue Cole Palmer. El canterano del Manchester City encontró en los Blues un lugar donde ha brillado. Nada menos que en la final anotó dos goles. Y calcados. En los 22′, abrió el marcador con un remate ajustado a un palo. Todo nació de un balón largo del portero Sánchez hacia Malo Gusto, quien ganó por la banda derecha. Los de azul le cargaron la franja a Nuno Mendes, ganándole la espalda, aprovechando los espacios.

En la media hora llegó el 2-0, demasiado parecido al primero. Palmer otra vez saca un disparo de zurda hacia un palo de Donnarumma, en una secuencia que ocurrió precisamente por la misma banda izquierda del rival. El PSG estaba desconcertado, mostrando inusitadas grietas defensivas, a raíz de la presión alta de los londinenses. Profundizando la diferencia en el marcador, en los 43′ llegó el 3-0 de Joao Pedro, quien le picó el balón a Donnarumma tras un pase filtrado de... Cole Palmer. ¿Por dónde se produjo la acción? Por el lado de Nuno Mendes.

Con solo el 30% de posesión en la primera mitad, el Chelsea mostró un aspecto feroz y veloz, con la convicción necesaria para enfrentar con energía a un PSG que sufrió un aterrizaje forzoso.

Luego de un desmedido entretiempo que duró 23 minutos, que incluyó otro show (con J Balvin y Coldplay, entre otros), se esperaba que el campeón de Europa saliera con otra disposición, con un ánimo de cambiar la sorprendente mala cara que había desnudado en el lapso inicial. Sin embargo, aquello no sucedió. Uno que otro atisbo ofensivo contó como para descontar. Por ejemplo, en los 52′, cuando Dembélé tuvo una chance clara pero el arquero Robert Sánchez lo evitó. Pero poco más. Los cambios de Luis Enrique tampoco resultaron. Las caras eran indicio de que querían rápido el final, para salir de vacaciones.

El Chelsea, mediante las salidas rápidas, bien pudo aumentar la diferencia, sin embargo no lo consiguió. Pero daba lo mismo, porque la victoria estaba en el bolsillo. Y por ende, la corona del mundo (el rival terminó con 10 por la expulsión de Joao Neves). Los ingleses ya habían ganado el Mundial de Clubes, pero en el formato antiguo. Fue en febrero de 2022 (edición 2021), cuando superaron a Palmeiras. Es la frutilla del postre para una campaña de transición, pero con objetivos alcanzados, como clasificar a la próxima Champions y quedarse con la Conference League.

Económicamente, los londinenses recibirán un suculento premio de la FIFA. Solo por ser campeón del Mundial, recibe 40 millones de dólares. A esto hay que agregar todo lo que ganó a lo largo del torneo y el incentivo solo por participar. El monarca puede alcanzar un tope de US$ 125 millones.

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