Nuevo proceso constituyente: la batalla por los bordes que se apresta a dar Chile Vamos

El viernes pasado se retomaron las conversaciones en un extenso encuentro en el ex Congreso Nacional. Continuarán en el mismo lugar el próximo jueves y viernes. FOTO: KARIN POZO/AGENCIAUNO

Al día siguiente del plebiscito, los presidentes de RN, la UDI y Evópoli acudieron a La Moneda a reunirse con Boric, reiteraron su compromiso por una nueva Constitución y se sentaron a conversar, coincidiendo en varios puntos con el oficialismo. El viernes, sin embargo, pusieron sobre la mesa una serie de condiciones para iniciar la redacción de una nueva Carta Magna, con los cuales buscan dejar fuera del itinerario a los extremos.


La palabra bordes (línea que limita la parte exterior o más alejada del centro de una cosa) ha pasado de ser un término poco usado en política a tener una presencia habitual en las conversaciones de Chile Vamos y en las tratativas con el oficialismo, que continuaron este viernes en la sede del Congreso en Santiago.

Justamente eso fue lo que discutieron el miércoles en una reunión-almuerzo en la sede de Renovación Nacional los presidentes, secretarios generales y algunos parlamentarios de Chile Vamos, a quienes el dueño de casa, Francisco Chahuán, esperó con un menú infalible: pollo a la plancha con arroz y ensaladas.

La tarea no era fácil: definir el rayado de cancha que, a juicio del bloque opositor, debe encauzar la elaboración de la nueva propuesta constitucional, que se aleje “lo más posible” de lo que fue la anterior Convención.

Para ello, el timonel de RN instaló en el comedor una gran pizarra blanca y plumones de colores para ir anotando los “principios básicos”, que dos días después (viernes 23) expondrían a sus pares oficialistas.

El encuentro, que se extendió por más de tres horas, se realizaba tras una semana en que en forma muy sigilosa dirigentes emblemáticos de RN y la UDI, que hasta ahora habían estado mirando el partido desde afuera, transmitieron a sus presidentes que debían enfrentar la negociación con el oficialismo con la clara ventaja que les dio el triunfo del Rechazo y hacer sentir al gobierno, y especialmente a los partidos de Apruebo Dignidad, la derrota sufrida en el plebiscito de salida.

Un punto de inflexión en Chile Vamos fue la reunión del lunes 12, en que los presidentes del Senado, Álvaro Elizalde, y de la Cámara, Raúl Soto, salieron anunciando un acuerdo de cinco puntos en torno a una nueva Carta (redactada por un órgano ciento por ciento electo por la ciudadanía, paritario, asesorado por expertos y ratificado por un plebiscito de salida con voto obligatorio) y que salió a valorar la vocera Camila Vallejo.

Y aunque los jefes de partido hayan desconocido el acuerdo esa misma tarde, todo lo ocurrido ese día rearticuló a exlíderes del sector, que pidieron internamente poner la pelota en el piso y establecer límites al nuevo proceso constituyente en barbecho.

“Acá se produjo un escenario en donde más del 60% de los chilenos dijo que quería mantener los pilares fundamentales que han llevado adelante el desarrollo en nuestro país, y eso hay que escucharlo y saber leerlo. Eso no significa no cambiar nada, pero significa también mantener muchas cosas de nuestro actual ordenamiento”, dice la expresidenta de la UDI Jacqueline van Rysselberghe, una de las exdirigentas que ha levantado la voz internamente advirtiendo una actitud un poco condescendiente que, a su juicio, ha tenido el bloque opositor en las primeras reuniones con los partidos que respaldaron el Apruebo.

“Los acuerdos se cumplen, esa ha sido la conducta histórica de la UDI, pero eso no significa dejar de ejercer en plenitud el rol de oposición que nos corresponde”, advierte el exministro Claudio Alvarado, desde Chiloé, su ciudad natal.

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Jacqueline van Rysselberghe ha hecho presente su postura al interior de la UDI

Las diez exigencias de Chile Vamos

En el documento titulado “Principios del nuevo proceso: mayor presencia de la institucionalidad y distancia con el proceso anterior”, RN, la UDI y Evópoli proponen un comité que redacte principios que delimiten la elaboración de un nuevo texto. Y tras cartón enumeran 10 intangibles “fundamentales para dar seguridad a los chilenos”, compartidos por sus presidentes la mañana del viernes. Estos son:

1.- Unidad de la nación chilena.

2.- Existencia de tres poderes del Estado autónomos e independientes.

3.- Un Congreso bicameral compuesto por una Cámara de Diputados y Diputadas y un Senado

4.- Protección del derecho a la vida.

5.- Igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.

6.- Protección del medioambiente.

7.- Protección de la propiedad, haciéndola extensiva a los fondos previsionales y al aprovechamiento de las aguas.

8.- Consagración expresa de Carabineros y las fuerzas de orden.

9.- Derecho a elegir en materia educacional, de salud y previsional.

10.- Banco Central autónomo.

Fuentes de Chile Vamos reconocen que esta es una base de 10 puntos que pueden ser negociables. Pero al mismo tiempo indican que la estrategia apunta a dejar fuera de las tratativas a los sectores políticos más extremos, tal como lo señaló el expresidente de la UDI Ernesto Silva, el sábado 17, en una entrevista en La Tercera: “Chile ya conoce de acuerdos en que no han estado presentes los extremos. Ojalá todos sean parte, pero si es necesario hay que avanzar con la mayor cantidad de fuerzas que promuevan un acuerdo positivo. Republicanos dice que se escuche a la gente, que no quiere una nueva Constitución”.

En RN y la UDI están conscientes de que el discurso de los republicanos en contra de una nueva Convención penetra muy fuerte en militantes de ambos partidos, especialmente de zonas conflictivas, como La Araucanía y la zona norte del país.

Por ello, mantener el orden de sus bancadas parlamentarias es uno de los grandes desafíos de Chahuán, Javier Macaya y Luz Poblete, que hasta ahora lo han logrado.

El senador Manuel José Ossandón (RN), quien ha sido parte de las conversaciones en Chile Vamos y con el oficialismo, asegura que hoy, desde el PS a la UDI, hay una serie de principios compartidos, entre ellos, la existencia del Senado, la autonomía del Banco Central y la independencia del Poder Judicial, etc.

“Más que bordes, son principios que, yo te diría, una gran mayoría está de acuerdo, es decir Chile Vamos y la centroizquierda completa. A Apruebo Dignidad y al PC no los he escuchado. Lo que se está conversando no es un problema de izquierda o derecha, es un tema de cómo interpretar el sentido común de la gente que votó el 4-S”, señala Ossandón, quien asumió esta semana la jefatura de su díscola bancada.

Consultado acerca de cómo logrará alinear a sus 11 compañeros en el Senado, que han manifestado posturas muy diferentes respecto a la forma de continuar el proceso, Ossandón responde inmediatamente: “Mi posición es muy simple: tenemos que buscar un mecanismo lo más democrático posible, validado por la gente, que evite una cocina política y un circo como el que tuvimos en la pasada Convención”.

Las negociaciones continuarán este jueves y viernes, esta vez con la presencia de la ministra de la Segpres, Ana Lya Uriarte, y bajo la solemnidad del antiguo hemiciclo del Senado, el mismo escenario en que meses antes se fue construyendo la propuesta constitucional rechazada el 4-S.

Los históricos asoman la cabeza

En la UDI nadie pone en duda el mérito de la dupla Macaya-Pepa Hoffmann en la conducción de la campaña del plebiscito y tampoco la promesa de redactar una nueva Constitución que deje atrás definitivamente la del 80.

También se les valora el buen resultado obtenido en las parlamentarias de noviembre del año pasado que, junto a los congresistas obtenidos por RN, fue un resguardo que dio tranquilidad al sector ante un eventual triunfo de Gabriel Boric, que se concretaría un mes después (la UDI tiene nueve senadores y 23 diputados).

Sin embargo, varios militantes históricos han cuestionado el apuro con que acudieron a La Moneda a reunirse con Gabriel Boric el día después del plebiscito y el haberse sentado tan rápidamente a negociar la continuidad del proceso.

Un exministro UDI, que prefiere hablar en off, explica la temperatura actual en la colectividad de calle Suecia: “Sabíamos que la probabilidad de ganar estaba, pero no por la diferencia con la que se ganó. Está claro que hay que cumplir los compromisos, en eso no hay ninguna duda, pero hemos manifestado que hay que hacer sentir la derrota a los perdedores. Y eso significa dejar que el agua corra, que ellos hagan su autocrítica, y no cambiar tan rápidamente la discusión al carro de ellos”.

“Me parece bien que las directivas de Chile Vamos y también de la ex Concertación estén tomándose el tiempo para ver cómo seguir avanzando, cambiando aquello que hay que cambiar, pero manteniendo aquello que la gente dijo que no quería cambiar”, señala la exsenadora Van Rysselberghe, quien desde Concepción precisa que no tiene ningún interés en volver a la primera línea y que se encuentra feliz ejerciendo su profesión de siquiatra.

Pablo Longueira es otro de los extimoneles de la UDI que han interrumpido su alejamiento de la política para entregar su postura ante el nuevo escenario posplebiscito: el exsenador ha transmitido que el surgimiento de Amarillos y de la centroizquierda que votó Rechazo es un hito clave en nuestra historia política postransición reciente y que la UDI y Chile Vamos deben continuar la alianza que se produjo con el Rechazo en la elaboración de la nueva Carta Magna. Y eso significa esperar que se conviertan en partidos.

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Pablo Longueira ha transmitido internamente que hay que esperar a Amarillos y a la Centroizquierda por el Rechazo que se institucionalicen para ser incoporados al nuevo proceso constituyente.

“La UDI tiene que ser audaz en el sentido de tratar de incorporar esas miradas e ir trabajando material en conjunto con ellos, que el día de mañana ojalá nos permitan tener una mayoría política distinta”, señala otro exdirigente.

Fuentes de la UDI cuentan que, junto con respaldar la conducción de Macaya hasta ahora, algunos presidentes regionales han manifestado la falta de participación en las decisiones en torno a la continuidad del proceso constitucional.

“Ha habido y hay una suerte de crítica, más que a la conducción de Macaya, que algunos pudieran calificar de blanda, cosa que yo no creo, a una falta de participación de las bases”, señala un miembro de la comisión política. Y agregan que algunos dirigentes han estado conversando con Víctor Pérez y Felipe Salaberry, entre otros, la posibilidad de levantar una lista en las elecciones internas de diciembre, y que estarían pensando en preguntarle próximamente a la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, si estaría disponible.

Carlos Larraín: “La continuidad del proceso no puede ser la disculpa para escamotear una derrota del programa de la izquierda”

En RN sucede algo parecido. Al senador Chahuán se le reprocha un exceso de protagonismo que lo ha llevado a hacer algunos juicios que no han caído bien al interior de la colectividad y a respaldar una Convención, pese a que un grupo de sus senadores se había manifestado en contra.

El 7 de septiembre se le consultó al senador si habrá una nueva Convención Constitucional, respondiendo que “nosotros hemos mostrado disposición para que ello ocurra y estamos disponibles”.

“Estoy seguro de que la gente no quiere una nueva Convención”, afirmó el senador Juan Castro al día siguiente.

Los sectores más duros también han reprochado -en los órganos internos- no haber hecho sentir al gobierno y a la izquierda más radical el golpe que significó la derrota del Apruebo, como creen que ellos sí lo habrían hecho si es que hubiera triunfado el 4-S.

“La continuidad del proceso constituyente no puede ser la disculpa para escamotear una derrota amplia de todo el abanico de torpezas inhumanas que contiene el programa de la izquierda, cristalizado en el gobierno actual”, señala el expresidente de RN Carlos Larraín, otro de los dirigentes que tras el plebiscito volvió a asomarse en política, pese a la oposición de su familia.

Según fuentes de RN, Andrés Allamand también ha seguido desde Madrid los acontecimientos posteriores al referéndum, pero muy soterradamente, ya que su cargo de secretario general iberoamericano le impide cualquier participación en política interna.

Desoyendo una solicitud familiar, Carlos Larraín ha vuelto a la política en estas semanas. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

Piñera sondea a candidatos a constituyentes

Quien ha desplegado, sin problemas, una intensa agenda relacionada con el nuevo proceso constitucional es Sebastián Piñera. Junto con fijar su postura, el expresidente se reunió a mitad de semana con la directiva de RN, a quienes les manifestó estar dispuesto a colaborar junto a otros exmandatarios.

Piñera también se ha juntado varias veces con Cristián Larroulet -en su oficina y la de su exjefe de asesores en la Universidad del Desarrollo- para compartir miradas y repasar nombres de excolaboradores que pudieran ser potenciales candidatos al próximo órgano constituyente.

“Piñera sabe que esta nueva Convención es muy importante, ya que es difícil que el país vuelva a rechazar una nueva propuesta. Y si eso ocurriera, el exmandatario ha comentado que sería el caldo de cultivo perfecto para el arribo de un gobierno de corte populista o autoritario, que podría ser liderado por el Partido de la Gente, Republicanos o el PC”.

Piñera se reunió el miércoles con la directiva de RN, presidida por Chahuán, y se mostró disponible para apoyar el nuevo proceso.

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