Cómo partió la Breretonmanía: el día en que Chile descubrió a Big Ben a través de un videojuego

El festejo de Ben Brereton después del gol a Venezuela (Foto: AFP)

El Football Manager, un simulador que contiene una completa base de datos de jugadores de todo el mundo, fue clave para allegar al delantero del Blackburn Rovers, quien se ha transformado en el nuevo regalón de los hinchas de la Roja. Su aporte ha resultado fundamental en el renacer de la Selección en las Eliminatorias.


Ben Brereton se ha transformado en el nuevo regalón de los hinchas de la Selección. En el aplausómetro y en las redes sociales su relevancia está a la par de la que se les asigna a figuras históricas de la Generación Dorada, como Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Gary Medel y Claudio Bravo. Los hinchas corean su apellido y hasta llegan a San Carlos de Apoquindo, el escenario de los últimos duelos de la Roja, ataviados con ropas alusivas al delantero del Blackburn Rovers que, desde Inglaterra, contribuye al fenómeno siguiendo como un fanático nacional más cada uno de los logros de su delantero estrella en la Roja. La sinergia es absoluta y se traduce en los altos rendimientos, con goles incluidos, que el ariete consiguió frente a Paraguay y Venezuela, en los duelos que marcan la resurrección del equipo de Martín Lasarte.

Pero, ¿cómo llegó Big Ben a la Selección? La forma en que el ariete fue reclutado para integrar el combinado nacional es una particularidad más que se añade a la que ya constituye su presencia en Chile. Un videojuego y la advertencia de un aficionado de los Blues and Whites terminaron siendo fundamentales a la hora de convertirlo en el principal “fichaje” de una Roja sedienta de un atacante de sus características y, sobre todo, de gol. Y hubo otro elemento clave: la insistencia de Reinaldo Rueda.

Brereton celebra el gol que le anotó a Venezuela (Foto: AFP)

El hincha clave

Los primeros indicios que apuntan a convertir a Brereton en el delantero que la Roja buscaba con imperiosa necesidad, ante la carencia de un jugador de área, sobre todo de sus características físicas, surgen en la época en que la Roja estaba al mando de Reinaldo Rueda. Hace un tiempo, el Lancashire Telegraph, medio inglés que le dedica cobertura al Blackburn Rovers, unió elementos para dar con la explicación de por qué Big Ben terminó jugando para Chile. Según la publicación. el primer indicio lo aportó Mark Hitchen, hincha del club e investigador del Football Manager, el juego en cuestión, que contiene una gran base de datos con información de una amplia parte de los clubes y jugadores en todo el mundo. “El club le hizo una entrevista donde contó que su madre era chilena. No la había visto... En esa época estaba trabajando en uno de los juegos con un amigo y me dijo ‘¿sabías que Ben Brereton puede jugar para Chile?’ Justo lo estaba actualizando para la nueva temporada, así que hice ese cambio”, explicó Hitchen a esa publicación.

El siguiente paso fue verificar que, efectivamente, Brereton podía ser considerado chileno e integrarse a la Roja. Otra vez, las redes sociales juegan un rol fundamental. En la cuenta del atacante había presencia de banderas chilenas y ya había fanáticos que, en diversas plataformas, aludían a la nacionalidad criolla.

El rol de Rueda

La información llegó a oídos de Reinaldo Rueda, cuyo cuerpo técnico activó rápidamente las gestiones. El actual seleccionador de Colombia se comunicó con el jugador y lo instó para que iniciara los trámites para que obtuviera la nacionalidad. El estratega se encargó personalmente de convencerlo de que diera el paso. El técnico estaba aterrado ante la falta de goleadores y buscaba soluciones con urgencia. Los llamados al atacante del Blackburn eran diarios. Paralelamente, el entrenador analizaba videos de sus actuaciones en la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés. Después de cada revisión, se convencía más de que era la opción que necesitaba. Y en cada diálogo se lo transmitía al jugador.

Eso así, el caleño fue claro en los términos que le ofreció al delantero para transformarse en eventual seleccionado. Si lo citaba, sería como una opción de ganarse el puesto, sin garantías de por medio. La advertencia, como también sucedió en los casos de Sebastián Soto y Niklas Castro, otras de las alternativa que exploró, fue que lo pensara bien, que midiera probables costos y beneficios. El jugador aceptó las condiciones y, finalmente, se convenció. En diciembre, la documentación ya estaba lista. Ben era un chileno más.

El resto es historia conocida y relativamente reciente: Martín Lasarte lo consideró para la fecha que incluía los duelos frente a Argentina, en Santiago del Estero, y Bolivia, en San Carlos de Apoquindo. “Me siento muy orgulloso. Es un gran honor entrenar para Chile. Me siento realmente emocionado por lo que vendrá en el futuro”, fueron sus primeras palabras, en inglés como flamante incorporación de la Roja. En esa declaración a los canales oficiales de la ANFP, Ben daba cuenta de las características de su juego. “Me gusta moverme entre los defensas para poder llegar al área y hacer goles”, puntualizaba. Luego, Machete lo llevó a la Copa América. Debutó el 14 de junio, en el duelo frente a Argentina, por la primera fecha del torneo continental. Ese día, apenas 13 minutos en el campo de juego le sirvieron para iniciar el intenso romance con los hinchas, que lo convirtieron en su nuevo ídolo.

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