El “escándalo del papel mural” y sus dichos sobre la pandemia: Boris Johnson en tela de juicio a una semana de elecciones locales

El primer ministro británico, Boris Johnson, debate durante el período de preguntas en la Cámara de los Comunes en Londres, hoy. Foto: Reuters

El ente que supervisa las finanzas políticas de Reino Unido informó que inició una investigación formal sobre la costosa remodelación del departamento donde vive el primer ministro en Downing Street. Johnson también tuvo que salir a negar una polémica declaración que se le adjudicaba: "No más jodidos confinamientos, dejemos que los cuerpos se apilen por miles".


Cuando apenas alcanzaba a saborear el éxito de la vacunación y las medidas de desconfinamiento en Inglaterra, el primer ministro británico, Boris Johnson, se encuentra en medio de una tormenta política a una semana de que se realicen elecciones locales en las que el liderazgo de los conservadores será puesto a prueba.

El ente que supervisa las finanzas políticas de Reino Unido, la Comisión Electoral, informó que inició una investigación formal sobre la costosa remodelación del departamento donde vive Johnson en Downing Street y advirtió que existen “motivos razonables” para sospechar que se ha cometido un delito.

La Comisión Electoral tiene el poder para imponer multas por violaciones a las normas del gasto y puede canalizar casos a la policía. El organismo ha estado revisando si los fondos que se emplearon para las obras deberían haber sido declarados bajo la ley de donaciones políticas, mientras que Johnson afirma que recibió un préstamo de su Partido Conservador para la obra.

El anuncio del organismo de control del gasto político ha aumentado la presión sobre Johnson para que explique el financiamiento del trabajo en el departamento en el número 11 de Downing Street, donde vive con su novia, Carrie Symonds. Si la comisión descubre que el Partido Conservador no declaró una donación del conservador Lord Brownlow, tiene el poder de multar al partido con hasta 20.000 libras esterlinas (US$ 27.800).

El artista político Kaya Mar sostiene una de sus pinturas del primer ministro británico, Boris Johnson, en la que tiene un lienzo que dice corrupción, cerca de la entrada de Downing Street. Foto: AP

Si el organismo cree que no se declaró la donación de forma intencional, remitirá su hallazgo a la policía, que podría iniciar una investigación penal. Se espera que la comisión también investigue a Johnson, porque fue el destinatario de la donación. Según la ley electoral, el premier era responsable de declarar cualquier dinero que recibiera del partido en el registro de intereses de los miembros, incluso si finalmente la donación se devolvía.

A través de un comunicado, la comisión insinuó que estaba examinando si se había cometido más de un delito. “Hemos estado en contacto con el Partido Conservador desde finales de marzo y hemos realizado una evaluación de la información que nos han proporcionado”, dijo. “Ahora estamos satisfechos de que existen motivos razonables para sospechar que puede haber ocurrido un delito o delitos. Por lo tanto, continuaremos este trabajo como una investigación formal para establecer si este es el caso”.

La polémica se desató la semana pasada, cuando el exasesor principal del premier, Dominic Cummings, que renunció en noviembre pasado, acusó a Johnson de financiar con donaciones privadas la renovación de su departamento oficial. Cummings, conocido por ser el estratega político de la campaña del Brexit, reveló que le dijo a Johnson que el plan era “poco ético, estúpido y posiblemente ilegal”.

Vista de los pisos superiores del número 11 de Downing Street, donde estaría ubicado el departamento de Boris Johnson, en Londres. Foto: AP

Un portavoz del Ejecutivo aseguró el martes que, más allá del presupuesto gubernamental atribuido al mantenimiento, las obras
-por hasta 200.000 libras esterlinas (US$ 278.000) según la prensa local- fueron pagadas por Johnson.

Como se esperaba, Johnson fue cuestionado hoy por este tema en la sesión de preguntas y respuestas en la Cámara de los Comunes: “He pagado personalmente por la remodelación de Downing Street”. Sin embargo, no respondió cuando le preguntaron si le habían prestado el dinero para la obra.

Johnson insistió que había “cumplido totalmente” con el código de conducta. “Cualquier otra declaración que tenga que hacer, si cabe alguna, será con la asesoría de Lord Geidt”, agregó en referencia al exsecretario privado de la reina Isabel II, quien es el asesor en normas ministeriales recién asignado por el premier.

El rol de Carrie Symonds

Pese a que Boris Johnson gana un sueldo de 150.000 libras anuales (US$ 208 mil) como primer ministro, la prensa británica ha señalado que de todas formas tiene problemas económicos. Ello, porque antes ganaba 250.000 libras anuales por su trabajo como periodista (como columnista de The Telegraph, entre otros) y además tuvo que asumir el alto costo de su divorcio con Marina, su ahora exesposa. Es por eso que la lujosa remodelación del departamento en Downing Street ha llamado la atención.

El premier esta semana con su novia, Carrie Symonds, tras volver a Downing Street. Foto: AP

Detrás de la controversia por la remodelación del departamento, que se conoce como el Wallpapergate (escándalo del papel mural) se encuentra la novia de Johnson, Carrie Symonds.

La prensa británica ha señalado que Cummings y Symonds nunca se llevaron bien, por lo que muchos sospechan que esa es la razón de que el exasesor haya filtrado la información sobre el financiamiento de la remodelación. “Es triste ver cómo la oficina del primer ministro ha caído muy por debajo de los estándares de competencia e integridad que merece el país”, escribió Cummings en su blog.

Cuando Cummings fue despedido en noviembre del año pasado se señaló que su salida habría sido orquestada por el triunvirato compuesto por Allegra Stratton, la secretaria de prensa del premier; Munira Mirza, jefe de políticas, y Symonds.

Por ese entonces se señaló que la mujer de 32 años, quien alguna vez fue la directora de comunicaciones del Partido Conservador y asesora de varios políticos, era quien realmente mandaba en Downing Street.

Boris Johnson y Dominic Cummings en Downing Street, en septiembre de 2019. Foto: AFP

Como ejemplo de la mala relación en el gobierno, la prensa local dio a conocer que Cummings y sus aliados utilizaban tres emoticones para referirse a ella: la cabecita de una princesa rubia seguida de dos manís, como diciendo la “princesa loca” (el plural de nut o frutos secos significa “loco” en inglés). O la mencionaban usando el seudónimo de Cersei (Lannister), en alusión a la malvada reina consorte de la serie Juego de Tronos.

“Que los cuerpos se apilen por miles”

En medio de esta controversia, Johnson ha tenido que enfrentar filtraciones de comentarios y, algunos medios, han apuntado a Cummings por ser la fuente de eso.

El periódico Daily Mail afirmó el lunes que durante una reunión el primer ministro dijo: “No más jodidos confinamientos, dejemos que los cuerpos se apilen por miles”. Sin citarlo como fuente de esta revelación, el periódico aseguró también que Cummings guardaba grabaciones de audio y registros escritos de reuniones importantes.

Downing Street negó tajantemente la información publicada por el Daily Mail, que revelaba los detalles de la reunión que Johnson mantuvo el 30 de octubre de 2020 con sus asesores para evaluar decretar un tercer confinamiento, que finalmente se declaró en enero de este año. Reino Unido tiene más de 127 mil fallecidos por la pandemia.

El primer ministro británico, Boris Johnson, en la Cámara de los Comunes, en Londres. Foto: AP

La cadena BBC y el canal ITV dicen que diferentes fuentes les han corroborado lo escrito por el periódico. Hasta ahora, todas son fuentes anónimas, pero el famoso periodista Robert Peston advierte que uno de los testigos estaría dispuesto a hablar públicamente.

Cummings ha negado ser la fuente de las filtraciones y también dijo que él no entregó a la prensa los mensajes de texto intercambiados entre Johnson y el empresario del imperio de aspiradoras James Dyson, que es donante del Partido Conservador, al que habría prometido arreglos fiscales a cambio de la fabricación de respiradores para los hospitales en Reino Unido.

También niega estar detrás de la filtración que reveló cómo el primer ministro atendió una petición del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, en relación con una oferta que este último hizo para comprar el equipo de fútbol Newcastle United.

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