Mauricio Soria y la crisis migratoria en Iquique: “Cuando hay caos, el lumpen es el que gobierna”

El alcalde de Iquique, Mauricio Soria. Foto: I. Municipalidad de Iquique

El alcalde iquiqueño relata que lleva meses pidiendo apoyo al gobierno, sin resultados concretos. Asegura que plazas y la playa de Cavancha están siendo ocupadas desde hace más de un año por las personas que han llegado por Colchane o alrededores, y que esta semana se registró "la guinda de la torta", cuando un grupo de extranjeros golpeó a un carabinero y le generó fracturas en su rostro.


La agresión a un carabinero a manos de un grupo de extranjeros, que dejó al uniformado con diversas fracturas en su rostro, fue el último hito de la difícil convivencia que se respira en Iquique, marcada por la crisis migratoria. Tras la golpiza al uniformado, centenares de iquiqueños se volcaron a las calles con cacerolazos o en caravanas para manifestar su repudio ante lo ocurrido. Las autoridades locales acusan al gobierno de abandono, además de asegurar que existe un aumento en la sensación de inseguridad.

Debido a estos motivos, ayer el alcalde de Iquique, Mauricio Soria (independiente, con cupo PPD), visitó La Moneda para exponer a las autoridades una situación que, asegura, está totalmente “fuera de control”.

¿Cómo le fue en la reunión que sostuvo en La Moneda?

Le traspasé toda la información que tenía a la subsecretaria (de Prevención del Delito, María José Gómez) y a sus asesores, la misma información que había comentado anteriormente con el fiscal regional de Tarapacá, Raúl Arancibia. Es realmente serio lo que está pasando en el norte, es un tema nacional, no un problema solo del norte o algunas localidades. Ha quedado demostrado que no tenemos el control de nuestra frontera y eso es un grave problema para Chile.

¿Cuál es la situación que hoy vive Iquique?

Este tema va más allá de la migración, sino que se trata de seguridad pública. Los iquiqueños sienten miedo de salir a la calle, de ir a la playa, nunca habíamos enfrentado algo como lo que estamos viviendo. Lo que le pasó al carabinero el martes, a plena luz del día, es el claro ejemplo de que aquí hay una situación que no se está controlando, porque si se agrede así a un policía, ¿qué le queda al ciudadano?

Vecinos cuentan que es común ver grupos de personas en esquinas del centro, también que las plazas y la playa están llenas de carpas.

Es que esto es algo que viene desde hace mucho tiempo, no es solo de ahora. Lo que vivimos el martes fue la guinda de la torta y por eso llegó a conocerse a nivel nacional, pero esto está pasando hace mucho tiempo, ese es el reclamo de los iquiqueños y les está pasando a las personas todos los días. Yo veía que tarde o temprano algo así ocurriría.

Foto: AgenciaUno
Lienzo que el martes colgó el gobernador de Tarapacá, culpando al Presidente Sebastián Piñera por la crisis migratoria en su región.

¿Por qué se llegó hasta este punto?

Porque no se tomaron las políticas correctas para abordar el control de la frontera. Aquí se han dejado estar las autoridades involucradas y ha quedado demostrado que los controles que se han implementado no son suficientes. Estamos en una situación crítica.

¿Qué autoridades se han dejado estar?

Las decisiones se toman desde el poder central, en Santiago. Se descartó que los funcionarios públicos de la región tomaran las decisiones y, al final, le dejaron la carga de controlar todo este proceso migratorio a la Seremi de Salud de Tarapacá, que no tiene los medios para hacerlo. Este tema debió abordarse a través de los ministros, el de Relaciones Exteriores y el de Interior, porque es un problema país. No lo pueden dejar en manos del alcalde de Colchane, de Iquique, de intendentes o seremis. El problema migratorio en Sudamérica es algo que ha movido cifras mundiales de personas en los últimos años y nosotros, por más que queramos colaborar, no podemos encontrar soluciones, porque no tenemos los medios. Es el gobierno el que debió haber impartido las políticas públicas para haber controlado este problema.

¿Cuándo comenzó a notarse este problema en Iquique?

Yo diría que hace algo más de un año, pero ¿qué se hizo? Se escondió el tema, la autoridad quiso visualizarlo poco y apenas se dio a conocer. Pero el problema nunca paró, nunca. Las fronteras cerradas que se veían por televisión nunca fueron ciertas para nosotros, el otro Chile que vive en Tarapacá.

Miles de personas marcharon el 15 de enero por Iquique, para protestar contra la delincuencia que afecta a la comuna.

¿Qué le han dicho del futuro gobierno?

He conversado con un asesor de la futura ministra de Interior y vamos a comenzar a reunirnos desde febrero. La idea es entregarle toda la información a este nuevo gobierno, que aunque ahora no tiene ningún poder de acción, sí necesita llegar bien preparado a lo que va a tener que enfrentar desde marzo en el norte de Chile.

¿Teme por una escalada de violencia entre iquiqueños y migrantes?

Sí, es algo que puede ocurrir, pero espero que no lleguemos a eso, porque los iquiqueños no somos así. Pero lo que ocurrió el martes, donde la gente salió en caravana por las calles de la ciudad, o cacerolazos frente a la comisaría en apoyo al carabinero herido, demuestran el nivel de presión y de descontento que estamos viviendo. Eso es lo que les fuimos a transmitir a las autoridades de Santiago, que parece que no entienden lo que pasa en regiones, por eso hay que ir hacia ellos para que hagan algo.

¿Por qué el problema se ha concentrado en su comuna?

Es que no hay una política migratoria clara. Hoy, una persona entra a Chile y si quiere no hace cuarentena, no se le toman sus datos, entran y salen como quieren de las residencias sanitarias, no se le lleva a Extranjería o simplemente se les deja en la calle. Todo eso genera el problema, pues, al no haber control, no se sabe quiénes son estas personas. Y cuando hay caos, el lumpen es el que gobierna.

Se está pidiendo el Estado de Excepción Constitucional para su comuna. ¿Está de acuerdo con la medida?

Es que ya estamos con medidas de excepción hace tiempo: tenemos a los militares en las fronteras y a la Armada custodiando el borde costero. Creo que lo que hay que hacer es escuchar al fiscal regional. Él sabe lo que hay que hacer, pero no tiene los medios para desarrollar bien su trabajo.

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