“Meses esperando una mísera máquina de café...”: el reclamo de Bassa por la supuesta falta de condiciones de la ex Convención

FOTO: LUIS ENRIQUE SEVILLA FAJARDO/ LA TERCERA

El exvicepresidente de la Convención, Jaime Bassa, se sumó a las críticas a la ceremonia de apertura del Consejo Constitucional, apuntando a las atenciones dadas a los nuevos encargados del proceso constitucional. Los registros elaborados por la secretaría administrativa de la Convención se contraponen a su cuestionamiento y constatan los servicios con lo que el órgano contó desde un comienzo.


Un garzón entregando un vaso de café. Esa fue la escena que provocó que, a las 19.29 horas de ayer, el exvicepresidente de la Convención Constitucional, Jaime Bassa, tuviera que salir a hacer un símil entre las condiciones en que funcionó el órgano que él encabezó durante seis meses y el nuevo Consejo Constitucional, que ayer comenzó sus operaciones y eligió a su mesa directiva.

En concreto, el abogado cercano al Frente Amplio publicó una historia en su cuenta de Instagram en que compartía una foto de la jornada de instalación del Consejo. En ella, el abogado escribió: “Meses sin un lugar donde comerse un sanguchito, esperando una mísera máquina de café y golosinas”. Y acompañó el mensaje con un emoji levantando los brazos.

Publicación de Jaime Bassa en Instagram.

Su publicación molestó a algunos de los exfuncionarios del órgano, quienes enfatizan que las condiciones en que comenzaron a trabajar los 155 exconvencionales distan de lo que acusa Bassa.

Por ejemplo, Máximo Pavez, quien se desempeñaba como subsecretario general de la presidencia mientras funcionaba la Convención y que ahora es miembro de la Comisión Experta, comenta que “es importante recordarle al exvicepresidente Bassa que la Convención se dio en el momento más complejo de la pandemia, por cuanto los estrictos protocolos que permitieron su funcionamiento presencial, prohibían el retiro de mascarillas, la distancia social y en consecuencia, absoluta prohibición de ingerir cualquier tipo de alimento o bebida en estos espacios de trabajo. Con todo, y a pesar de su calidad de vicepresidente, el señor Bassa no podría jamás haber pretendido que se le eximiera de las exigencias propias de un estado de pandemia y que fueron implementadas para todos los chilenos, sin excepción”.

“En cuanto a los espacios para comer, se recuerda que en todo momento existió un espacio dedicado exclusivamente para los convencionales, ubicado a dos cuadras del Congreso y que contaba con las condiciones sanitarias exigidas para funcionar”, agrega.

¿Qué dicen los informes?

Más allá de las declaraciones de quienes trabajaron en la Convención, el primer informe de la secretaría administrativa del órgano constituyente, publicado el 4 de agosto de 2021, da cuenta de los gastos en que se incurrió durante el primer mes de funcionamiento del organismo y constata que se contó con varios servicios desde un comienzo.

En el documento se especifica que durante la ceremonia de instalación del 4 de julio de 2021 “se dispuso un sistema de almuerzo individual” para cada uno de los convencionales asistentes, mediante la entrega de cajas individuales. También se puso a disposición “un sistema de cafetería durante toda la ceremonia (...), la cual se extendió por un periodo de 10 horas”.

Por otro lado, durante la primera semana de funcionamiento de la Convención, es decir, entre el 6 y el 8 de julio, “se entregó un servicio de cafetería y banquetería que incluyó un servicio para 160 personas, desde las 10.30 a las 17.00 horas de manera continua”. Este incluía té marca Dilmah, café de grano, leche, agua mineral con y sin gas, junto con galletas, “barras saludables” y brownies.

Adicionalmente a los servicios de alimentación entregados a los convencionales, durante la primera semana de funcionamiento del órgano “la mesa de la Convención Constitucional -encabezada por Elisa Loncon y Bassa en ese momento- solicitó un servicio de alimentación adicional durante la primera semana de instalación de la Convención que consideraba un sistema de menú a la carta, entregado en las oficinas del Congreso (...), según las necesidades que cada equipo estableciera”.

Elisa Loncon. Foto: Andrés Pérez.

El número de platos variaba en función de las “necesidades manifestadas”. Así, por ejemplo, y según se desprende de los registros, Loncon y Bassa solicitaron dos platos de ensalada César el 6 de julio. Entre el 7 y el 8 del mismo mes, pidieron un total de 11 y 12 almuerzos, respectivamente. Cada plato tenía un valor de $ 14 mil pesos, por lo que, en esos tres días, entre ambos se gastó un total de $ 384.000.

Sobre este punto, Pavez agrega que “se le prestó tanto a él (Bassa), sus asesores, y también al equipo de la presidenta, un servicio de almuerzo y cafetería personalizada (...), y que ascendieron a aproximadamente $ 400 mil la primera semana, $ 600 mil la segunda semana y $ 300 mil la tercera semana. Lo anterior, adicional a los servicios de hotelería y traslado financiados para cada uno de ellos, sin hacer uso de las asignaciones que son generalmente destinadas para asumir estos gastos, por cuanto durante el primer mes no existió reglamento emanado por parte del pleno de la Convención”.

Máximo Pavez. Foto: Andrés Pérez

El “menú a la carta” para la mesa directiva, según se desprende de los informes publicados por la secretaría, incluyó platos como pimentón relleno con verduras y queso azul, arroz saltado con pollo y salsa a la huancaína, y albóndigas con quínoa.

Previo a cumplir un mes de funcionamiento del órgano, Loncon dijo que “yo estoy trayendo mi comida de mi casa. En un espacio en mi oficina puedo comer, pero esas son condiciones mínimas (...). Aquí la gente ha bajado de peso, es verdad (...). Esa es la realidad con la cual ha empezado a trabajar la Convención Constitucional”.

Pero eso no es todo. En el tercer informe de la secretaría se menciona que, a raíz de una solicitud presentada por parte de la mesa directiva el 29 de julio y 5 de agosto de 2021, durante las semanas quinta, sexta, séptima y octava de funcionamiento de la Convención “se entregó un servicio de brunch a los convencionales los días de mayor asistencia, es decir, los martes, miércoles y jueves de cada semana”. El servicio incluía entrega de café permanente, líquidos y alimentos. En esas cuatro semanas, se gastaron más de $ 17 millones en brunch.

Además de la comida, en los informes se establece que tanto Loncon como Bassa contaron con traslado al interior de la Región Metropolitana. Solo en la primera semana de funcionamiento del órgano, Loncon gastó un total de $ 670 mil en diez traslados. El exvicepresidente, en tanto, $ 75 mil en tres.

En todo caso, Bassa no fue el único exconvencional que criticó la foto del garzón. “Tenían que llegar los republicanos para que ahora haya mozos que atiendan a sus señorías del Consejo Constitucional y Comisión Experta”, publicó Hugo Gutiérrez. “Sírvase, patroncito”, respondió Natividad Llanquileo.

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