Moción de vacancia: Analistas peruanos desmenuzan el nuevo laberinto político que enfrenta Vizcarra

Foto: Reuters

Pese a que la salida del mandatario peruano aún debe ser discutida y aprobada por el Congreso, sus posibles efectos ya generan preocupación. Cinco analistas conversaron con La Tercera sobre qué podría pasar con la moción, y cómo podría agravar la crisis política.


A nueve meses del fin de su mandato y en medio de una complicada lucha contra la pandemia, el Presidente peruano, Martín Vizcarra, enfrenta nuevamente un proceso de vacancia, a menos de un mes de haberse librado del anterior.

“El pretexto, que no es poca cosa, es una declaración de un colaborador eficaz de la justicia que dio un testimonio diciendo que cuando el Presidente Vizcarra era gobernador de Moquegua, en 2013, recibió un soborno para asignar una obra pública”, señaló a La Tercera Augusto Álvarez Rodrich, director del canal RTV y columnista del diario La República.

Pese a que la Constitución peruana protege al mandatario de estas acusaciones hasta que termine su mandato, el Congreso puede presentar una moción de vacancia por “incapacidad moral permanente”, que es de lo que fue acusado Vizcarra.

El Presidente peruano, Martín Vizcarra, en Lima. Foto: AFP

Sin embargo, el proceso no es seguro. Primero deberá ser discutido y posteriormente aprobado, lo que no es muy probable según los expertos. “Las principales fuerzas políticas del Congreso han anunciado que no votarán por una nueva vacancia, pese a las evidencias presentadas hasta el momento. Por ahora, prefieren que la fiscalía investigue y que Vizcarra afronte las consecuencias a partir del 28 de julio de 2021, cuando deje de ser Presidente”, dice el periodista y politólogo peruano Pedro Tenorio.

“No hay vicepresidente y el que asumiría la Presidencia sería el titular del Congreso, que no tiene mucho prestigio. Lo peor es que sería un gobierno del Congreso, con cuotas de poder para los grupos allí presentes. Es un Congreso populista, con gente claramente corrupta. No inspira confianza”, agrega el sociólogo y ex ministro del Interior, Fernando Rospigliosi.

Pese a que es poco probable, los analistas no descartan que el escenario pueda cambiar en unos días. “Con un Congreso tan desastroso, nunca se sabe. La posibilidad de la vacancia de Vizcarra es baja pero no es cero. No se puede descartar que, en dos semanas, Perú tenga otro Presidente de la República”, advierte Álvarez.

Martín Vizcarra habla con periodistas en Lima. Foto: Reuters

Para los peruanos, el proceso parece vivirse con cierta indiferencia. “Están más preocupados por cómo se combate la pandemia y sus consecuencias económicas que en alentar la salida de Vizcarra. Los actuales partidos y sus líderes están muy desprestigiados, por lo que Vizcarra se beneficia en esa comparación. Hasta hace poco sus niveles de aprobación a su gestión se situaban por encima del 50%, pese a los evidentes errores de su administración al enfrentar la crisis derivada del coronavirus”, señala Tenorio.

Alto desgaste

Sin embargo, los constantes escándalos sí han afectado a Vizcarra, aunque no se vea reflejado en sus niveles de aprobación. “Como figura política, si bien superó la primera vacancia, quedó muy desgastado y va a necesitar una inyección de energía moral para acabar su gestión y poder sacar de su cabeza que tendrá el mismo atribulado destino de los expresidentes que han dejado el poder desde el 2001”, dice Paola Ugaz, corresponsal del diario español ABC en Perú, agregando que “la vacancia sumaría incertidumbre en el plan sanitario contra el Covid-19, la reactivación económica y la atención social, pero sobre todo en lo electoral. Si vacan a Vizcarra no tendríamos ninguna certeza de que habrá elecciones en abril de 2021 y eso puede abrir una caja de Pandora, donde el presidente del Congreso sea el próximo Presidente y no sabemos hasta qué fecha se quede en el puesto”.

Luzmila Soto vende agua de coco junto a su hija en Lima. Foto: AP

Perú se encuentra en pleno proceso electoral, en el que este escenario “podría ser aprovechado por los grupos más radicales, más populistas, que buscan capitalizar el descontento, incluso con el actual Presidente sustituto”, de acuerdo al politólogo Carlos Meléndez.

Sin embargo, Tenorio advierte que el proceso “no influye a favor de nadie, aún. No hay partido o líder opositor que capitalice la eventual caída de Vizcarra. Es más, muchos se cuidan de no parecer desestabilizadores del mandatario, como Keiko Fujimori, que ha ordenado a su bancada en el Congreso no promover ninguna moción de vacancia”.

Los expertos están de acuerdo en que lo menos dañino para el país sería dejar que Vizcarra termine con su mandato en julio y juzgarlo entonces. “Una transferencia anticipada de poder generaría inestabilidad política en la gestión pública, salvo que se establezca rápidamente un Ejecutivo temporal de amplio consenso político, pero dada la fragmentación de fuerzas políticas, esta posibilidad luce distante”, opina Meléndez.

Un hombre descansa en una moto que lo llevará al trabajo en Lima. Foto: AP

Rospigliosi piensa que la situación es complicada, ya que ambas opciones implican graves consecuencias. “Tendría un impacto muy fuerte cambiar de gobierno a seis meses de las elecciones, provocaría más inestabilidad de la que ya existe. Pero también es cierto que Vizcarra en el poder es un peligro, si antes su gestión era mala, ahora el país está a la deriva. Está derrochando miles de millones de dólares, repartiendo dinero que no se invierte adecuadamente, sino que se desperdicia o se va en corrupción”, señala el sociólogo peruano.

Lo mejor sería cumplir con el calendario electoral y llegar a una transferencia ordenada del poder en julio, la población no quiere más sobresaltos”, concluye Tenorio.

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