Profesora feminista y “subversiva”, la asesora de género del Mineduc que tendrá a su cargo el proyecto de ley de Educación Sexual Integral

Camila Arenas, docente de filosofía de 35 años, activista del feminismo y quien hiciera campaña por Gabriel Boric, es la persona responsable de redactar una de las políticas más emblemáticas del ministerio dirigido por Marco Antonio Ávila.


Cuando a Camila Arenas la despidieron por ‘subversiva’ del Colegio San Andrés-El Bosque de Maipú, para sus entonces alumnos fue un duro golpe. Y es que la profesora de filosofía y hoy asesora del Ministerio de Educación en materia de género y encargada de la Unidad de Género de la misma cartera, era una de las más queridas para ellos, quienes reconocían en la docente de 35 años un estilo cercano, sin pelos en la lengua y con numerosas experiencias de pelear todo hasta el final o no callar bajo ningún aspecto, lo que, según sus propios exestudiantes, en todo momento les intentó inculcar. Ejemplos abundan.

Siempre nos enseñó que teníamos que decir las cosas, que nos hiciéramos escuchar, que sacáramos la voz cuando fuera necesario”, rememora Ileinng Palma, justamente una de las alumnas que la tuvo como profesora jefa entre 2013 y 2014 en dicho establecimiento, quien asegura que Arenas “era una profe muy moderna, joven, chora en el buen sentido”.

Ileinng aporta con uno de esos ejemplos: “La recuerdo como una guerrera, porque logró lo imposible: hacer que fuéramos de gira de estudios. Éramos la primera generación; ningún curso había hecho una salida. Gracias a la persuasión, entrega y compromiso que tuvo lo logramos”.

Pero no es todo, puesto que la misma exalumna enfatiza que “la profe Cami siempre sacó la voz por nosotros”, antes de señalar que “eso sí, era un poco comunista, se iba como en la profunda y siempre que nos explicaba algo que le apasionaba decía la frase ‘poh loco’. Ella fue dentro de toda una buena etapa en la vida adolescente”.

Esos alumnos que dicen haberla conocido de cerca, en 2014 le regalaron para su cumpleaños una taza con su nombre, el símbolo femenino y un puño en alto.

Y quizás algunos -o todos- de los hechos antes descritos fueron los que llevaron a la dirección de ese establecimiento a despedirla por razones subversivas que la propia Arenas describió a sus cercanos en su momento. Esto, sin embargo, no fue motivo para que su excurso no incluyera su nombre en el polerón de graduación e incluso le confeccionara uno a ella misma.

Fue muy difícil y bastante triste saber que se iba del colegio”, señala Manuel Milaqueo, otro de sus estudiantes. Aun así, recuerda, se juntaron con ella para entregarle dicha prenda y despedirse.

El propio Milaqueo coincide con su excompañera y asegura tener muy buenos recuerdos de la profesora, de quien dice que “siempre fue una persona muy sencilla para hacer sus clases y por sobre todo siempre nos motivó a seguir nuestros sueños”. Coincidencia o no, este año Manuel terminará sus estudios de pedagogía en educación física y asegura que “una de las imágenes de profesora ejemplar que tengo es de ella”.

“Hoy en día tiene un cargo bastante importante y sé que en base a los principios que nos demostró tener cuando fue mi profesora hará una labor incluso por sobre las expectativas que se tienen”, cierra.

Y así como ellos, Bastián Carrasco, otro exestudiante de Arenas, aunque del Colegio Atenas de La Florida, dice recordarla “con mucho cariño, porque ella es parte de los pocos profesores que me marcaron en la juventud. Este grupo de docentes me inspiraron a estudiar pedagogía, porque quiero enseñar los mismos valores que Camila nos enseñó”.

La veta feminista

Profesora feminista de Convergencia Social’. En casi cada descripción de perfil, Camila Arenas luce con orgullo su profesión y convicciones, así como el ser parte del Frente Feminista de Convergencia Social (CS).

Nacida el 7 de octubre de 1986, lleva 15 años vinculada a temas de género y educación desde lo profesional, pero también desde el activismo feminista y los derechos de las mujeres. Es profesora de filosofía con un magíster de la U. de Chile en la misma área y, entre otras cosas, en 2012 fue parte de la organización del primer Congreso de Educación No Sexista que se realizó en Chile.

Pero no es lo único, puesto que entre 2019 y 2020 colaboró con el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Mineduc en materias de género en un piloto de educación continua, así como también en el Sename de Puente Alto y en un programa de alfabetización de adultos en La Pintana.

En ese camino ha recorrido Chile impartiendo clases y talleres sobre su especialidad, tanto para estudiantes como trabajadores, por lo que, según sus cercanos, ha estado en al menos 50 liceos y colegios del país. Además, ha hecho clases en colegios e instituciones de educación superior y diseñado estrategias pedagógicas en la Corporación Villa Grimaldi y en Londres 38.

Creció y estudió en La Florida. Por eso no resulta coincidencia que haya trabajado en un proyecto de educación popular de un campamento en la comuna donde vivió gran parte de su vida (específicamente en el barrio San José de la Estrella).

Tres veces oficializó sin éxito su candidatura a elecciones populares: en mayo 2021 a concejala de La Florida, en 2020 quiso ser constituyente por el distrito 12 (La Florida, La Pintana, Puente Alto, Pirque y San José de Maipo), mismo distrito donde en noviembre de 2021 quiso ser diputada en una campaña que decía buscar avanzar hacia un Congreso “que acompañe y defienda las transformaciones que Chile necesita, para que todas y todos puedan tener una vida digna y segura”. Su slogan, en ese momento, fue “con letra de profe escribamos Chile”. Una de sus propuestas aquella vez era una rebaja del 20% de la tarifa del transporte público a las mujeres, a propósito de la brecha salarial entre hombres y mujeres, que en ese entonces rondaba esa cifra.

Arenas, hincha de la U y con una hija -Aurora- de casi ocho meses, salió muchas veces a marchar por una educación pública gratuita y de calidad, pero también por otras causas, como No + AFP, derecho a la vivienda, migración, pueblos originarios o aborto, entre otros. Su vocación izquierdista es herencia de su padre, quien según cuentan en los pasillos del Mineduc, la llevó a decenas de marchas, principalmente los 1 de mayo y 11 de septiembre. Cuando murió Hugo Chávez, Arenas expuso en sus redes: “Hugo está más vivo que nunca”.

¿Cómo llegó al Mineduc? En el entorno de Educación dicen que razones hay varias. Una es que Arenas ha sido siempre reconocida en el ambiente como una activa feminista y experta en género, con marcadas cercanías, entre otras, a Antonia Orellana, ministra de la Mujer, y a María Francisca Bello, hoy diputada.

Ya en su nuevo rol, de hecho, un día ingresó a las oficinas del Mineduc a la par de las dirigentas secundarias que habían llegado protestando. Una imagen decidora y no casual, en el entendido que las estudiantes estaban exigiendo una solución a los problemas de violencia de género.

Al ministro Marco Antonio Ávila lo conoció el día del triunfo del Apruebo para el plebiscito sobre una nueva Constitución, siendo ambos apoderados en La Florida. Menos de dos años después, ella pasaría a asesorarlo. “Quiero agradecer al ministro por esta nominación. Será un honor trabajar junto a un colega para desde el Mineduc avanzar hacia una educación sin sesgos de género. Vamos a trabajar incansablemente por la dignidad y felicidad de las y los estudiantes de Chile”, dijo el día que la presentaron en la cartera. Estos dichos los ha acompañado de otros bien claros: “Personalmente llevo más de una década luchando por una educación sin sesgos de género, no sexista y con una perspectiva sexual integral. Así que la emoción es mucha. Nunca más sin las estudiantes. De la mano del feminismo, vamos a vencer”, dijo, por ejemplo, el 17 de marzo.

Arenas es o ha sido parte de la Alzada Feminista, la Red Docente Feminista, el Movimiento Docente Organizado, el Movimiento Político Socialismo y Libertad, Construyendo Escuela de la Izquierda Libertaria, la Dirección Nacional Macrozonal Centro de Convergencia Social y también ha editado libros de educación. Así también estuvo en el ciclo de conversatorios ‘Hacia una Educación no sexista’ del Mineduc, lideró “muy feliz” según le dijo a sus cercanos el primer encuentro de transversalización de género con todos los servicios del Ministerio del que es parte, e integró la Mesa por Barrio República a propósito de la violencia que se dio a inicios de año en ese sector. Antes había hecho activa campaña por Gabriel Boric en las presidenciales.

De hecho, en una de las casi 20 fotografías que ella ha subido a sus redes sociales este año se le puede ver con el Presidente con un texto que dice así: “Hace dos años legalizamos Convergencia Social y hoy somos el partido del presidente electo. Orgullo por ser de las que no solo nos quedamos post revuelta, sino que seguimos construyendo organización y creyendo en este proyecto colectivo”.

La profesora, quien ha viajado por Uruguay, Colombia, Argentina, Perú, Brasil, Alemania, España, Holanda, México o Guatemala y quien se refiere al territorio mapuche como Wallmapu, todos los 8 de marzo para el Día Internacional de la Mujer acude a algún liceo a hablar de educación no sexista y ya en 2018 decía que ese tipo de enseñanza no está en la palestra pública.

Hoy, en cambio, es ella la persona a cargo de la implementación del plan estratégico de género del Ministerio como encargada del Proyecto de Ley de Educación Sexual Integral. A su vez es la coordinadora y responsable de la mesa interministerial de género que comprende a las subsecretarías y servicios relacionados con el Mineduc. “Llevamos 30 días en el cargo y ya tenemos una jornada. Vamos abriendo caminos responsablemente”, ha dicho al respecto.

Según explican desde el Mineduc, dentro de los componentes que buscará abordar ese futuro proyecto de ley están el promover actitudes responsables ante la sexualidad; dejar atrás el enfoque sanitario basado solo en lo reproductivo y genital, para pasar a un enfoque formativo y pedagógico sobre sexualidad y afectividad; promover los principios de igualdad y no discriminación; y formar en el autocuidado.

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