Las turbulencias diplomáticas que tensionan a la Cancillería

Varias designaciones en embajadas y agregadurías han generado polémicas que ha debido administrar la ministra Antonia Urrejola. ¿La última? La designación de Germán Berger -hijo de la diputada PC Carmen Hertz- terminó en sanción al cónsul general en Barcelona.


No han sido días fáciles para la canciller Antonia Urrejola, cuya cartera sumó una nueva polémica esta semana en torno al nombramiento de Germán Berger -hijo de la diputada Carmen Hertz (PC)- como agregado cultural en España.

La secretaria de Estado -cercana al Partido Socialista- ha tenido que enfrentar varias controversias desde que llegó a liderar el ministerio en marzo pasado, las que -en buena parte- han respondido a los nombramientos diplomáticos definidos por el Presidente Gabriel Boric, pero que por su cargo ha tenido que tramitar y comunicar.

Polémica y sanciones tras nombramiento de Berger

El jueves 7, el embajador de Chile en España, Javier Velasco, efectuó una anotación de demérito en contra del cónsul general en Barcelona, Jaime Ferraz. Así se pretendía dar punto final a la polémica que el funcionario había abierto a inicio de semana luego de que se filtrara una advertencia suya a la Cancillería por los efectos políticos que podría traer la nominación de Germán Berger en la agregaduría, la que se asignó en la capital catalana y no en Madrid.

Según publicó Ex-ante, el diplomático señaló en una comunicación formal al ministerio que se debió ponderar la posibilidad de que el independentismo catalán utilizara “ese argumento en su causa política, lo que no se condice exactamente con los intereses de nuestra política exterior”.

La filtración del reclamo cayó como un balde de agua fría en Urrejola y su entorno, donde el lugar de destinación de Berger era sujeto de debate desde hace meses. La polémica, además, estalló a solo días de que la ministra retornara de una visita oficial a España y que había sido considerada como exitosa por la Cancillería.

Urrejola -según quienes han conversado con ella- estaba muy molesta. Y es que pese a que se consideraba un “error administrativo” no haber advertido a Ferraz sobre el desembarco de Berger, se consideró como un acto de mala fe haber hecho público el reclamo. La controversia motivó una reunión de Urrejola con el embajador de España en Chile, Rafael Garranzo, quien -según fuentes de la Cancillería- no manifestó ningún reparo sobre el nombre del cineasta.

La polémica -sin embargo- también se activó en el Congreso, donde la oposición advirtió que impulsaría una censura en contra de Hertz, quien además de ser madre de Berger es presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja. El hecho de que la diputada saliera a defender a su hijo públicamente y agudizara el conflicto a nivel político, acusando un “veto”, tensionó aún más a la canciller. Sobre todo, porque tras ello la instancia acordó citarla para una próxima sesión.

La mano del Presidente

Los compromisos adquiridos por el propio Mandatario respecto a designaciones en cargos en el exterior también han sido foco de tensiones para la Cancillería, que -aunque no tiene reparos políticos en los nombramientos- ha debido manejar sus efectos.

El mismo Presidente Boric se comprometió antes de asumir a no utilizar las embajadas como “premios de consuelo” y a no nombrar dichos cargos en base a criterios políticos. Ese compromiso, sin embargo, se puso en duda cuando designó, por ejemplo, a la excandidata presidencial Paula Narváez como embajadora ante la ONU, o a sus cercanos Javier Velasco y Sebastián Kraljevich en cargos tan estratégicos como las embajadas de España y la OEA, respectivamente.

Asimismo, el nombre de la embajadora de Chile en Londres, Susana Herrera, también sorprendió en círculos diplomáticos, dada su inexperiencia y la relevancia estratégica que tiene el Reino Unido para Chile. Su designación, sin embargo, respondió a una petición que le hizo el Frente Regionalista Social al Mandatario.

El “fail” con Depolo

En distintos círculos diplomáticos y en la misma Cancillería se está instalando la idea de que -por la relevancia de las relaciones con Brasil- se hace poco sostenible mantener la designación de Sebastián Depolo como embajador en ese país. A casi tres meses de la solicitud de agreement, el gobierno liderado por Jair Bolsonaro aún no entrega una respuesta oficial, dilación que se ha entendido como una señal política de desacuerdo con su nombramiento.

Así, la apuesta es que una eventual victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de octubre pueda destrabar la ratificación de Depolo. El problema es que en ese escenario el excandidato a senador podría recién desembarcar en Brasil en marzo próximo, lo que desde un punto de vista diplomático sería inviable.

El fantasma del Segundo Piso

El rol que ha jugado la jefa de asesores del Presidente, Lucía Dammert, quien se ha sumado a sus dos giras internacionales, ha provocado suspicacia en sectores oficialistas, desde donde han advertido que no corresponde a su ámbito de acción involucrarse en materias de política exterior.

Aunque en La Moneda han descartado rivalidades entre ella y Urrejola, lo cierto es que la idea de que Dammert está jugando a ser la “canciller en las sombras” es resentido, por ejemplo, en sectores del Partido Socialista.

Las tensiones entre la asesora y la canciller replica las vividas en gobiernos anteriores, donde figuras similares a Dammert -como Benjamín Salas en el gobierno de Sebastián Piñera o Marcos Robledo en el de Michelle Bachelet- cosecharon tempestades con los ministros de Relaciones Exteriores respectivos.

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