¿Perfil de sheriff? Las apuestas en la Corte Suprema para el futuro fiscal nacional

Como experimentados jugadores de póquer, los ministros del máximo tribunal sólo lanzan miradas por encima de sus barajas y ninguno está dispuesto a mostrar sus cartas en la antesala a la audiencia pública en que participarán los 17 candidatos interesados en suceder a Jorge Abbott. Si bien hay jueces que aseguran que sólo tras ver las exposiciones de los aspirantes decidirán sus votos, las paredes del Palacio de Tribunales ya dan cuenta de quiénes podrían resultar vencedores en esta partida.


Diez minutos. Ese es el tiempo que tendrán este lunes 7 cada uno de los 17 candidatos que participan del concurso para ocupar el cargo de fiscal nacional. En esos 600 segundos deberán convencer al pleno de la Corte Suprema para ser elegidos e integrar la quina desde donde el Presidente Gabriel Boric escogerá a su candidato o candidata para dirigir el Ministerio Público por los próximos ocho años, propuesta que -de todas formas- debe ser ratificada por el Senado con una votación de quórum calificado.

En los pasillos del Palacio de Tribunales, en que poco a poco se retoman las funciones presenciales tras la pandemia, ya se siente la tensión. Y es que los abogados que aspiran a suceder a Jorge Abbott saben que el primer gran escollo que deben sortear es convencer a los 21 ministros del máximo tribunal de que ellos son los profesionales idóneos para liderar el organismo autónomo que está encargado de perseguir los delitos en Chile.

Hace siete años, en 2015, esta elección estuvo marcada por los casos Penta y SQM, en que se descubrió un modelo de financiamiento irregular de la política, investigaciones que estallaron en el seno de los partidos y cuyas esquirlas dañaron de forma transversal a las colectividades. Se criticaron reuniones que tuvieron algunos de los entonces postulantes con senadores y la nominación ese año, además, se cruzó con otro importante cargo dentro del aparataje estatal: la caída en la Cámara Alta del nombre de Enrique Rajevic como contralor general de la República y que había sido propuesto por la Presidenta Michelle Bachelet.

Siete años después, el escenario es totalmente distinto. Abbott, por edad (cumplió el máximo para ocupar el cargo que son 75 años), tuvo que dejar de ser fiscal nacional un año antes de lo que duraba su periodo de ocho años, lo que separó este concurso público, y las negociaciones políticas que conlleva (ver página 14), con el de Contraloría. Junto con esto, en la arena judicial los casos que involucraban a políticos fueron cerrándose y quedando atrás, y hoy la mayor preocupación de la ciudadanía está en otras áreas: el avance del crimen organizado, los delitos violentos y la penetración de carteles extranjeros.

Así las cosas, plantea un supremo, “la agenda actual de seguridad requiere hoy de un fiscal nacional con estilo de sheriff, que haga cumplir las leyes en Chile y que profundice la persecución penal para dar paz a los habitantes de este país”.

Cara de póquer

Un buen jugador de póquer se reconoce por su paciencia y porque cuando está seguro de su apuesta va con todo: all in.

Entre los supremos ya corren apuestas de quiénes podrían liderar la quina, y es que pese a que aún no se realiza la audiencia pública, los 17 candidatos son abogados y abogadas conocidos del rubro. Muchos de ellos han alegado frente a los jueces en sala y otros son conocidos por sus investigaciones. En esa línea, y sólo por su trayectoria y experiencia, ocho integrantes del máximo tribunal consultados para este reportaje se la juegan, en privado, por quienes ellos creen que tendrían altas posibilidades de contar con las preferencias de la cúpula del Poder Judicial e integrar la quina.

Nadie está muy dispuesto a mostrar sus propias cartas, pero sí sostienen que en conversaciones cotidianas, uno de los nombres que es visto con buenos ojos es el de Carlos Palma, el actual fiscal regional de Aysén. No pocos de los ocho consultados dan por hecho que estará en la quina y sostienen -esas mismas fuentes- que este candidato cuenta con el apoyo de las policías, en especial de la PDI, efectivos a los que privilegia al momento de realizar sus investigaciones.

Una mirada positiva también ha generado la irrupción, casi de “último minuto” del exfiscal Ángel Valencia, quien se desempeña como defensor y académico. Quienes lo conocen dicen que tras criticar durante años al Ministerio Público, a través de columnas de opinión y ensayos, decidió “tomar la guitarra y afinar las cuerdas”. Su candidatura también podría tener éxito en la primera parte del proceso, frente al pleno de la Suprema.

Si de mujeres fuertes se habla, dicen en tribunales, una de las postulantes con mayor opción que también asoma es la actual jefa jurídica y de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía Nacional, Marta Herrera. Debido a su trayectoria en el Ministerio Público es reconocida en las cúpulas del Poder Judicial y su rol como vocera también le ha dado mayor conocimiento respecto de otros aspirantes. Se destaca en la esfera judicial su carácter y también su perfil académico en su paso por la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, además de sus aportes a mesas de reformas legales.

En el plano de la experiencia, dicen los jueces consultados, salta a la luz la nueva candidatura del fiscal jefe de Santiago Norte, José Morales. Dos de los magistrados consultados hicieron hincapié en el valor de la insistencia del investigador de emprender un nuevo proceso para liderar y cambiar al Ministerio Público. También recuerdan, además, que la vez pasada también contó con el respaldo de la corte y empató en votos con quien finalmente fue propuesto como fiscal nacional, el entonces exfiscal regional de Valparaíso, Jorge Abbott.

El voto más de corte “feminista” en las altas esferas de tribunales, dicen los consultados, podría llevárselo candidatas como Nelly Salvo, secretaria general de la Contraloría, y Patricia Muñoz, actual defensora de la Niñez.

La primera de ellas, dicen en el palacio de Morandé con Compañía, cuenta con el respaldo de integrantes de “la vieja Concertación” y de aquellos jueces que fueron nombrados en gobiernos pasados. Es considerada una “delfina” del exministro del Interior Jorge Burgos, y de quedar en quina podría ser, señala un supremo, una buena carta para negociar, ya que contaría también con la simpatía de senadores de oposición. Lo que podría afectarle, comentan, es su cercanía con la administración Abbott. Antes de irse al ente fiscalizador, operó como una de las principales asesoras del exfiscal nacional y eso -dicen en tribunales- podría ser un peso difícil de sobrellevar.

Muñoz, en tanto, reconocida feminista y cercana al Presidente Boric, se hizo conocida en la Corte Suprema cuando el exdiputado RN Tomás Fuentes lideró un intento para removerla. El máximo tribunal rechazó tal petición y hay algunos que la mencionan como una buena opción por haber sido exfiscal y también haber estado fuera de la institución.

Quien ha aprovechado su fortuito paso como fiscal nacional, aunque subrogante, es el jefe regional de Los Ríos, Juan Agustín Meléndez. Por ser el más antiguo en el consejo, una vez quedó vacante el cargo fue nombrado -por ley- como interino. También es uno de los 17 aspirantes a quedarse en el cargo que ocupa “de pasada”, y en algunos sectores de la Corte Suprema sostienen que se han recibido mensajes de que podría ser una “buena carta de consenso”.

Con todo, las apuestas están abiertas y en un fin de semana, coinciden los propios candidatos, todo puede suceder. Y aunque por el momento sus nombres no generan tanto eco en las paredes del Palacio de Tribunales, no se descarta que Karinna Fernández, Emiliano Arias, Nayalet Mansilla, Eugenio Campos, Ricardo Peña, Rodrigo Ríos, Érika Maira, Iván Pavlov, Esteban Celis o Cristian Vargas puedan dar un golpe a la cátedra y convertirse en la sorpresa de la jornada.

Los 57 votos en disputa

Son en total 21 ministros los que integran en la actualidad la Corte Suprema. Si ninguno tuviera un inconveniente de salud, serán 19 los jueces que participarán de la audiencia del lunes 7 de noviembre. ¿Por qué no se consideran todos? Porque el expresidente del máximo tribunal, Guillermo Silva, finaliza su periodo el martes 8, por lo que decidió no participar del proceso de elección, por considerarlo “inadecuado”.

El segundo juez que hasta el momento no estaría incidiendo en la conformación de la quina es Jean Pierre Matus. A través de un escrito hecho llegar al pleno sostuvo que le afectaba -según él- una causal de inhabilidad. Esto, ya que una de las candidatas, la abogada de derechos humanos Karinna Fernández, se querelló en su contra y en esa investigación él continúa teniendo calidad de imputado. El magistrado invocó la causal de “tener esa parte concursante (Fernández) causa criminal pendiente contra este ministro al haber patrocinado, mientras se encontraba pendiente la ratificación de este ministro por el Senado, una querella sin que hasta la fecha se haya desistido de esa acción”.

Con todo, comentan supremos, será el pleno quien esa misma jornada decida si Matus puede o no participar del proceso. Como cada juez tiene derecho a tres votos, si se mantienen los 19 que -hasta ahora- participarían de la jornada, serán 57 votos en disputa para 17 candidatos. La última vez, quienes lideraron la quina, el actual secretario del Senado, Raúl Guzmán, y el jefe de Drogas de la Fiscalía Nacional, Luis Toledo, obtuvieron 11 votos cada uno.

Terminadas las exposiciones, los supremos se reunirán en pleno y uno a uno, desde el más nuevo al más antiguo, irán anotando en un papel sus tres preferencias, para que luego la relatora del máximo tribunal entregue su veredicto y con ello se termine la primera fase para elegir al cuarto fiscal nacional de la historia.

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