Hyundai Creta: un buen salto en la dirección correcta

La segunda generación del SUV coreano es más grande, cómoda y refinada. No hay duda de que ahora es un producto más maduro, que anota mejoras en todos sus apartados. Junto con un diseño exterior que se sale del molde, eleva su percepción de calidad interior, al igual que su performance conductiva, la cual nos entrega por sobre todo un buen confort de marcha.




Al Hyundai Creta de primera generación lo conocí en noviembre de 2015, cuando nos invitaron a probarlo en Costa Rica. Lo manejamos desde Limón a Puntarenas, es decir, de océano (Atlántico) a océano (Pacífico), en un recorrido de unos 250 kilómetros aproximadamente.

Entonces, recuerdo que nos pareció un auto correcto al volante, sin problemas para moverse por el tráfico de la ciudad, ni tampoco por carreteras a cierta velocidad. Un auto capaz de trasladar a una familia completa -pequeña, pero completa- de forma cómoda por varias horas. En líneas generales, una buena propuesta de Hyundai para entrar a competir al segmento de los SUV.

Los años pasaron, sin embargo, y la novedad del Creta también, difuminándose en el hoy archi poblado segmento de los SUV compactos, liderado hoy por un modelo chino. De ahí, entonces, que ya le hiciera en falta una nueva generación que nos mostrara su evolución.

Esta llegó a fines del año pasado al país, junto con el facelift del Santa Fe. Lo primero que debo reconocer es que si bien en fotos el diseño del nuevo Creta no me impresionó, sí lo hizo en vivo, sobre todo por lo cambiado que está. Parece otro auto, pues pasó de un look de trazos simples, muy característico de su carrocería, a uno más atrevido, propio, moderno, que se distingue entre los demás.

La segunda generación del Hyundai Creta se arma sobre una nueva plataforma, la misma de su primo hermano Kia Seltos. Desde ahí toma forma su carrocería, cuyas líneas y elementos estéticos (entre ellos, una parrilla cromada, luces led, techo bicolor y unas llantas de 17″), lo hacen ver más imponente, parecer más grande y ancho de lo es incluso.

Igualmente, es más grande que el anterior Creta, ahora alcanza los 4.300 mm de largo, uno de los más grandes del segmento. Sus 2.610 mm entre ejes se notan en el interior, donde cuatro ocupantes se acomodan perfecto (con un buen espacio para la cabeza, brazos y piernas). Un quinto, en medio, más menudo o niño también viaja bien. Asimismo, ofrece buenos 416 litros de maletero.

Y si su transformación exterior llama la atención, el interior del nuevo Creta mucho más. Nuevas formas, colores y texturas elevan bastante la percepción de calidad respecto de la generación anterior. Todo se ve y siente bien ensamblado.

Si bien todo es plástico duro allí adentro, éste es de buena calidad. Tanto que hay partes del tablero que parecen ser de cuero -con costuras a la vista incluso-.

Su volante y palanca forrados en cuero junto con el botón Start/Stop y el freno de mano eléctrico le dan un aire moderno y sofisticado al centro de operaciones. No así su consola central, cuyo diseño adolece de ser un tanto espartano.

Allí se ubica una pantalla táctil de 8″ con una interfaz sencilla y conectividad para Apple CarPlay y Android Auto, muy fácil de operar y enlazar con el teléfono. Eso sí, no nos gustó que se desconectara de éste cada vez que apagamos el auto, habiendo que repetir el trámite al subirnos nuevamente.+

Por otro lado, el puesto de conducción nos resultó bastante cómodo, ofreciéndonos una posición más bien alta, con una buena visibilidad hacia todos lados y una sujeción lateral correcta.

Como un auto de corte familiar, otra cosa que nos gustó del Creta fue la cantidad de espacios para guardar objetos en el habitáculo, así como la salida de aire para las plazas traseras.

En términos de equipamiento en seguridad, la versión testeada (1.5 CVT Value) viene con seis airbags (frontales, laterales y de cortina), frenos ABS, control de estabilidad, cámara y sensor de retroceso, asistente de arranque en pendiente y monitor de presión de neumáticos. Lo justo y esencial.

Nos hubiera gustado, eso sí, que la misma dotación de airbags estuviera disponible para toda la gama del Creta, considerando que la versión de entrada solo trae doble airbag frontal, es decir, los obligatorios.

Vámonos ahora a la parte conductiva. El portafolio del Hyundai Creta 2021 ofrece dos opciones mecánicas: un 1.5 litros de 113 Hp, con caja manual de seis velocidades, o bien, con una CVT; y un 1.4 litros turbo con 138 Hp y transmisión DCT de siete marchas.

Nosotros probamos el primer bloque adosado a la caja automática, conjunto que cumplió con movernos con soltura por la ciudad. Más que rápido de salida (tampoco digo que sea lento), se mostró contundente sobre la marcha, generando niveles de aceleración satisfactorios para cualquier persona. Es cierto que los pasos de marcha se sienten un poco, pero nada impropio de este tipo de cajas.

En consumos, nos marcó un promedio de 11 km/l en un manejo exclusivamente urbano, con zonas de alto tráfico y otras de autopistas a buena velocidad. No es el más destacado en rendimiento, pero tampoco el peor.

Se nota que la suspensión está calibrada hacia el confort, pues amortigua bien sobre malas superficies, pero tampoco es que sea extremadamente blanda. De hecho, este Creta es bastante más rígido que el anterior, inclina menos y ofrece una correcta sensación de aplomo en autopista. La dirección, en tanto, tiene un peso agradable que no resta comodidad, pero sí da confianza.

Sin duda, el nuevo Hyundai Creta es superior a su antecesor en todos sus apartados. Se ve bien, se percibe bien y se maneja bien, además dispone de un equipamiento en confort y seguridad que nos hace más placentero y seguro nuestro viaje. Es un producto mucho más sólido y mejor preparado, algo que también se refleja en el precio ($15.890.000). Subió en un par de millones su valor, sí, pero todos los autos han hecho durante este último tiempo.

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