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La potenciación de autos empieza a ganarse un espacio

<p>Mario Pacheco se desempeñaba en el rubro de la construcción. Hace unos años, diversos inconvenientes lo hicieron buscar nuevos horizontes, acercándose al transporte. Hoy es un empresario independiente, y reconoce que en su área de trabajo despertó una pasión que tenía escondida. "Desde niño, siempre me gustaron los autos, pero nunca tuve un real acercamiento. [&hellip;]</p>

Mario Pacheco se desempeñaba en el rubro de la construcción. Hace unos años, diversos inconvenientes lo hicieron buscar nuevos horizontes, acercándose al transporte. Hoy es un empresario independiente, y reconoce que en su área de trabajo despertó una pasión que tenía escondida. "Desde niño, siempre me gustaron los autos, pero nunca tuve un real acercamiento.

Con el trabajo, conocí empresas y talleres que les sacaban partido a ciertos vehículos y comenzó a interesarme más el tema. Partí con un todoterreno, lo preparé, lo ajusté y después de un tiempo lo vendí, pues quería dar un paso hacia mayor potencia. Y como mi sueño siempre había sido los muscle car americanos, en febrero compré un Dodge Challenger SRT", dice Pacheco.

Pero el objetivo final no era sólo hacerse del emblemático pony car. Tras la adquisición comenzó la verdadera aventura de este fanático de las tuercas. "Para aprender del tema, busqué información y grupos relacionados con los autos potenciados. Así llegué al Club V8, donde me comentaron del taller AMC Performance. Fui a conocerlos, y me encantó el trato que me dieron, pues no se trataba de un lugar donde me trataran como a un cliente más. Me asesoraron, me presentaron un plan de trabajo y en eso estamos ahora. Hace muy poco me entregaron el Challenger, el cual gracias a un supercargador pasó desde los 485 a los 800 caballos de fuerza".

Como Mario Pacheco, cada vez son más las personas que se suman a un fenómeno que tiene mala imagen en algunos sectores, que se asocia a un mundo oculto, inseguro e ilegal, pero que mediante el trabajo profesional de diversos actores busca hacerse un espacio en Chile, tal como sucede en otros países, siempre mirando a Estados Unidos como el gran referente. Ahora, es cosa de tiempo para ver si se avanza por el camino correcto.

» Tres niveles

El tema de la potenciación no es nuevo en nuestro país. Según recuerda Eduardo Frías, conductor del programa Rock & Ruedas, de Radio Futuro, "en los años 90 comenzó a gestarse este tipo de fenómeno. Los hermanos Molina organizaban los cuartos de milla en Las Vizcachas y allá se vieron los primeros vehículos potenciados. Me acuerdo de un Suzuki Alto con motor turbo que le decían 'la pulga atómica', aunque para muchos el más llamativo era un Toyota Supra que importaron, y que tenía más de mil caballos de fuerza".

Las razones para este auge son variadas. Para "Walo" Frías, "es imposible obviar el avance de internet, que ha hecho mucho más simple a las personas adquirir la información". Otro aspecto que es imposible obviar es la situación del país, que ha visto un desarrollo muy fuerte a nivel automotriz en la última década.

Felipe Joui, director de UHP Store, empresa especializada con más de seis años en el rubro de la potenciación y que cuenta con la representación de una docena de importantes marcas del rubro, señala que "en los últimos años hemos visto un crecimiento en la industria automotriz a nivel general, y cada vez están llegando más vehículos de espíritu deportivo a nuestro país. Eso ha alentado a que muchas personas quieran avanzar al siguiente nivel en cuanto a prestaciones, aunque todavía estamos muy lejos de lo que encontramos en Estados Unidos".

Las opciones para "vitaminizar" los vehículos son diversas. Una alternativa es comprar el producto que se quiere incorporar al auto (escape, suspensión, chiptuning) y llevarlo a un taller, donde realizarán el trabajo.

Otra opción es llegar a un local especializado, tal como lo hizo Mario Pacheco con su Challenger. Según Cristina Catalán, fundadora del taller mecánico AMC Performance, "cuando llega una persona, lo primero que vemos es para qué quiere el cambio. Si es para andar en la calle o si es para correr en piques. Sobre eso, hacemos una evaluación y vemos qué es lo que más le conviene. Nuestra filosofía de trabajo es que progresemos en conjunto, que se establezca una relación de confianza con el dueño del auto, ya que será la única forma de que al final se consigan los resultados que se buscan. Así hemos crecido y nos hemos hecho un nombre importante en el rubro, al punto de que si antes no pasábamos de los cinco autos mensuales en el taller, ahora no bajamos de unos 45 mensuales".

En cuanto al proceso de potenciación, existen etapas que varían según el grado de intromisión que existe en los autos, aunque se debe tener claro que si se ingresa a este mundo, los costos económicos no serán menores, pues al subir la potencia de un vehículo, se debe considerar por añadidura un paso a sistema de frenos más poderoso y deportivo, o suspensiones que resistan de mejor manera y que favorezcan el dinamismo.

Teniendo ese punto como referencia, Felipe Joui entrega ciertas claves que permiten ir entendiendo y conociendo lo que es el proceso de potenciación. "Se puede hablar de niveles. El primer nivel es básicamente reprogramar la electrónica del motor para conseguir aumento de potencia, y es lo más simple de realizar en la potenciación. Se consigue modificando parámetros del motor, como el encendido y la inyección mediante un software. En UHP Store ofrecemos este servicio, demora desde 20 minutos y trabajamos con marcas reconocidas como Revo Technik y Upsolute Chiptuning. Los valores parten desde los $ 250.000, dependiendo del modelo y año del auto, y se puede incrementar la potencia en un 30%".

El nivel 2 ya modifica algunos elementos mecánicos que permiten aumentar la eficiencia del motor, principalmente a nivel de admisión y escape. Acá una de las marcas más reconocidas es Borla, cuyos productos dan la opción de elegir entre un sonido más conservador o más agresivo, ganando de paso más potencia y reduciendo el peso. En este caso, un silenciador básico tiene un precio desde $ 130 miln hasta un catback completo que puede alcanzar precios sobre el millón de pesos.

En la etapa 3 ya se cambian partes internas del motor, por lo que es lo más complejo. Y puede ir desde un aumento de cilindrada o la incorporación de árboles de levas deportivos que pueda contener un turbocompresor más grande o un supercargador, tal como el que mueve a Mario Pacheco en su Dodge Challenger.

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