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Muerte de Miguel Uribe Turbay aumenta presión sobre Gustavo Petro a menos de 10 meses de las elecciones en Colombia

El precandidato presidencial de Centro Democrático había sido señalado como un posible sucesor de la derecha por el propio expresidente Álvaro Uribe.

La muerte de Miguel Uribe Turbay aumenta la presión sobre Gustavo Petro a menos de 10 meses de las elecciones. Foto: @migueluribet

La Fundación Santa Fe de Bogotá lamenta informar que el senador Miguel Uribe Turbay ha fallecido a la 1:56 de la madrugada de hoy”, decía un comunicado del hospital donde el senador y precandidato presidencial del Centro Democrático se encontraba hospitalizado desde haceía dos meses tras sufrir un atentado durante un acto de campaña. El ataque contra el político de derecha, cercano al expresidente Álvaro Uribe Vélez y fuerte crítico del actual gobierno de Gustavo Petro, rememora una época de violencia política en Colombia.

Uribe Turbay falleció a los 39 años tras ser baleado por un sicario de 15 años durante un mítin político en Bogotá el pasado 7 de junio, en el que recibió dos disparos en la cabeza y otro en una pierna, siendo sometido a varias cirugías que no impidieron el fatal desenlace la madrugada de este lunes. El senador y firme presidenciable para las elecciones de mayo de 2026 fue atacado mientras hablaba ante simpatizantes en un parque de la capital del país.

Después de innumerables esfuerzos por salvarle la vida, el político que daba agigantados pasos por convertirse en presidente, falleció, despertando una oleada de solidaridad en todo el país, con miles de ciudadanos acercándose a los alrededores del centro hospitalario durante el tiempo que estuvo luchando por su vida.

Una persona sostiene un cartel de campaña del senador colombiano Miguel Uribe Turbay, del partido opositor Centro Democrático: Foto: Archivo

El joven político de 39 años era ampliamente conocido por el electorado, pero quien lo señaló como posible sucesor fue el mismísimo expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). El senador pertenecía al Centro Democrático, partido liderado por el exmandatario, quien fue condenado a 12 años de prisión domiciliaria a inicios de este mes tras ser declarado culpable de soborno de testigos y fraude procesal en primera instancia. A pesar de compartir apellido, no eran parientes.

Líder prematuro, con tan solo 40 años habría dirigido un país de haber ganado las elecciones. De hecho, sus aspiraciones le llevaron a ocupar un asiento en su Bogotá natal como concejal, a la temprana edad de 26 años, y no se desligó de las altas esferas políticas de la capital hasta el año 2022, cuando encabezó la lista del Centro Democrático al Senado, invitado por el expresidente Uribe. Se convirtió en el senador más votado del país con 226.922 votos.

En el camino ocupó importantes cargos en la alcaldía que le valdrían la entrada en la simbólica lista de la organización internacional One Young World: Uribe Turbay formó parte de los 10 políticos jóvenes más influyentes a nivel mundial, recuerda la cadena BBC.

Joven, intrépido y ajedrecista: las tablas de la política fueron su particular campo de batalla y Álvaro Uribe lo vio como su posible sucesor, escribe el medio France 24. “Atentaron contra una esperanza de la patria”, aseguró el exmandatario el día que Turbay fue tiroteado en un parque del barrio Modelia, al occidente de Bogotá.

El senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay junto al expresidente Álvaro Uribe Vélez. Foto: Archivo

El ataque también tiene un peso político y simbólico, ejerciendo presión sobre el actual presidente Gustavo Petro, el primer político de izquierda en gobernar Colombia. Uribe Turbay fue crítico del mandatario desde que entró en las bancadas, cuando Petro era alcalde de Bogotá y lo siguió siendo hasta el último día, como Presidente.

Responsabilidad indirecta de Petro

Uribe Turbay ingresó a la política en 2012, tras ser elegido concejal de Bogotá con el apoyo de líderes liberales. Su etapa en el concejo coincidió con el mandato de Petro como alcalde de Bogotá, y se posicionó como uno de sus críticos más acérrimos, cuestionando la implementación del programa de recolección de basura y las políticas sociales del municipio.

Dos días antes del ataque ambos se enfrentaron en redes sociales, y el Presidente cuestionó sus críticas. “¿El nieto de un expresidente que ordenó la tortura de 10.000 colombianos hablando de ruptura institucional?”, escribió el jefe del Ejecutivo. El senador replicó que Petro “tomó las armas y participó en un grupo criminal”, refiriéndose al grupo guerrillero M19.

Hasta ahora Uribe Turbay no figuraba como favorito en la contienda presidencial. Sin embargo, se le percibía como una oposición en ascenso. A un año de las elecciones, Colombia experimenta una creciente polarización. El gobierno de Petro ha experimentado sucesivas crisis y derrotas políticas, lo que lo ha llevado a adoptar un tono más agresivo contra sus oponentes.

Al respecto, Iván Garzón, cientista político, exinvestigador de la Comisión de Verdad de Colombia y académico de la Universidad Autónoma de Chile, explica a La Tercera que “desde el momento del atentado hubo una responsabilización del Presidente, básicamente por dos factores. Primero, el lenguaje que él ha utilizado en sus discursos públicos y en X suele ser muy incendiario y de criminalizar y culpabilizar de ciertos problemas del país a la oposición”.

“Y, por otro lado, porque ha sido ya una costumbre del gobierno de Petro el uso y abuso de estas bodegas de influenciadores. En Colombia se llaman bodegas porque existe la idea de que son contratadas por los políticos y que son parte de una especie de grupo oculto de estas bodegas de influenciadores que han convertido el ambiente en redes sociales mucho más tóxico”.

“Obviamente esto no nació con el gobierno de Petro. Pero sí es verdad que en los últimos años ha sido una de las características de su gobierno, básicamente porque es un presidente que al igual que Trump, ha renegado del papel de la prensa tradicional y ha convertido las redes sociales en su medio de comunicación predilecto”, explica Garzón a este medio.

Otro elemento que refuerza la eventual responsabilidad de Petro es que “hay también una sospecha de responsabilidad por omisión de la unidad estatal de protección a los candidatos. O sea, de los que prestan el servicio de escolta a los candidatos. La escolta de Miguel Uribe se había reducido justo en los días previos al atentado y por eso ha habido también una sospecha de que el gobierno había sido, cuando menos, negligente”, agrega el analista.

“De hecho, lo que se hubiera esperado es alguna responsabilidad política por parte del director de esa unidad que es nombrado directamente por el Presidente, y eso no ocurrió. Entonces, eso es un factor que sí está flotando ahí en el ambiente y que es muy inquietante”, indica a este medio.

Después del pronunciamiento de la Presidencia de Colombia y de otras autoridades del país, finalmente Petro expresó su opinión en X respecto al fallecimiento de Uribe Turbay después de varias horas de que se conoció la noticia. Afirmó que su gobierno tiene como eje “el cuidado y la expansión de la vida” y rechazó que se persiga a la oposición. “No es la venganza el camino de Colombia. Por venganzas llevamos décadas de violencia. No más”, señaló, al insistir en que la investigación avance con apoyo de expertos internacionales y que toda persona, “sea de cualquier ideología”, merece protección y seguridad. “Nos duele la muerte de Miguel, como si fuera de los nuestros. Es una derrota. Cada vez que cae un colombiano asesinado es una derrota de Colombia y de la Vida”, aseguró.

El fantasma de la violencia

La muerte de Uribe Turbay, en plena campaña presidencial de cara a las elecciones de 2026, trajo de vuelta un viejo fantasma a Colombia: los violentos asesinatos de políticos y candidatos presidenciales que sembraron el pánico entre la población del país en las décadas de los 80 y 90. Y llega en medio de un tenso clima electoral, cuando hay fuertes y frecuentes críticas de un lado a otro del espectro político mientras los distintos partidos preparan sus cartas de cara a la cita electoral del próximo año.

El país creía cicatrizada aquella herida, una que la memoria colectiva había intentado conjurar -en relatos, documentales, películas y libros- para que no se repitiera, dice el diario colombiano El Tiempo. El precandidato presidencial, además, era hijo de la periodista Diana Turbay, quien fue secuestrada por un grupo vinculado al cartel de Medellín y asesinada durante un intento de rescate en 1991. Su historia se relata en el libro “Noticias de un secuestro”, de Gabriel García Márquez. Y era nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala, quien gobernó Colombia de 1978 a 1982.

En las últimas décadas en Colombia mejoraron sustancialmente las cifras de seguridad y en 2016 se consiguió un acuerdo de paz histórico entre el gobierno y la guerrilla de izquierda Farc. Según la fundación InSight Crime, dedicada a la investigación de la seguridad en América Latina y el Caribe, en 2024 Colombia registró una tasa de asesinatos de 25,4 por cada 100.000 habitantes, la más baja de los últimos cuatro años.

En 1990 la tasa de homicidios superaba los 70 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, esta tasa sigue siendo junto a la de Ecuador, Brasil y Honduras de las más altas de la región. Políticos, miembros de la fuerza pública, sindicalistas, medioambientalistas y líderes sociales viven bajo frecuentes amenazas de muerte, presiones y atentados. Y diversos grupos armados libran una cruenta disputa territorial en el país, enfrentados también a la fuerza pública.

“El mal todo lo destruye, mataron la esperanza. Que la lucha de Miguel sea luz que ilumine el camino correcto de Colombia”, expresó el expresidente Uribe Vélez en X. Mientras que el comando del Centro Democrático expresó: “La violencia que nos carcome arrebató a Miguel Uribe Turbay, un hombre cuyo legado de servicio y amor por Colombia nos inspira a todos. Su lucha por la vida fue una prueba para nosotros, y su partida nos deja un vacío imposible de llenar”.

El pésame de Estados Unidos

También se pronunció al respecto el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quien escribió en X: “Profundamente entristecido de enterarme de la trágica muerte del senador colombiano Miguel Uribe Turbay. Estados Unidos permanece en solidaridad con su familia y el pueblo colombiano, ambos en luto y demandando justicia para aquellos responsables”. El jefe de la diplomacia estadounidense ya se había manifestado el mismo día del atentado contra el político colombiano, cuando condenó la acción y apuntó contra la retórica del presidente Petro.

Estados Unidos condena enérgicamente el intento de asesinato del senador Miguel Uribe. Esto constituye una amenaza directa a la democracia y es resultado de la violenta retórica izquierdista proveniente de las más altas esferas del gobierno colombiano. Tras haber presenciado de primera mano el progreso de Colombia en las últimas décadas para consolidar la seguridad y la democracia, no puede permitirse volver a tiempos oscuros de violencia política. El presidente Petro debe moderar su discurso incendiario y proteger a los funcionarios colombianos”, señaló entonces en X.

“Acompañamos en oración a la familia, los seres queridos y los partidarios de Miguel. Los responsables de este ataque deben comparecer ante la justicia”, agregó el secretario de Estado.

Por su parte, el secretario adjunto del Departamento de Estado, Christopher Landau, expresó: “Al igual que muchos otros en los Estados Unidos que se preocupan profundamente por Colombia, envío mis condolencias a su familia y al pueblo colombiano y hago un llamado a las autoridades colombianas para una resolución rápida y transparente de este asesinato político”.

Hasta la fecha, el Centro Democrático aún no ha definido su candidato oficial a la presidencia para los comicios de mayo de 2026. La campaña en Colombia aún está en sus etapas iniciales. Así que “es difícil aventurar que esto va a empoderar a un candidato del Centro Democrático, porque no hay una figura que resalte entre los candidatos. Lo que sí se puede avizorar es que esto constituye un impulso para ese sector político”, dice Garzón a este medio.

Creo que sí va a terminar generando un impulso en un sector político que había estado muy a la defensiva con el gobierno y que ahora, con este mártir político, amplía la base de simpatía y de popularidad entre la gente. Porque sí hay una conmoción importante en el país, pues esto era algo que había dejado de pasar desde hacía más de 30 años. Entonces sí genera como una conmoción de que estas cosas vuelvan a suceder”, asegura.

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