El mapa de las tomas y movilizaciones estudiantiles en dos meses de clases

Santiago y Providencia, las comunas donde se ubican la mayoría de los establecimientos educacionales emblemáticos de la Región Metropolitana, han visto manifestaciones en más de 10 recintos en lo que va corrido de año.


Tras dos años de pandemia y clases a distancia, 2022 se suponía que iba a ser el año de la vuelta a las clases presenciales. Y si bien el año escolar arrancó el 2 de marzo con esa consigna, al poco andar las tomas y protestas estudiantiles que se habían dejado de observar, aparentemente por las cuarentenas derivadas del Covid-19, volvieron a ser protagonistas.

El problema, dicen quienes las han presenciado de cerca, es que si bien las demandas estudiantiles pueden ser válidas, entendibles e incluso alcanzables, los hechos de violencia que en varios casos derivan de ellas desvían el foco de todo.

Las autoridades tienen identificados los orígenes de los hechos violentos, así como también están al tanto de qué establecimientos están movilizados, paralizados o en toma y, con ello, pueden eventualmente ser foco de conflictos.

En ese sentido, desde el Ministerio de Educación han monitoreado con especial énfasis las tomas en el Internado Nacional Barros Arana (Inba) y Liceo de Aplicación (ambos de Santiago) y liceos Siete y Lastarria (los dos de Providencia), además de las movilizaciones de los santiaguinos Instituto Nacional y Liceo Barros Borgoño.

Pero no son los únicos. Desde la Dirección de Educación Municipal de Santiago (DEM) detallan a La Tercera que actualmente los liceos que se encuentran con paralización de actividades son el Liceo de Aplicación, el Inba (ambos tomados) y que durante esta jornada paralizaron el Isaura Dinator de Guzmán y el Confederación Suiza.

Pero, además, en las últimas semanas estuvo tomado el Liceo 1 Javiera Carrera, aunque fue entregado el viernes y ya retomó sus clases, además de las movilizaciones en el Liceo Prats de Sarraeta, que sigue en conversaciones para determinar los pasos a seguir. Asimismo, la semana pasada se efectuaron movilizaciones en el Instituto Nacional y en el Liceo Barros Borgoño, donde el lunes se instalaron barricadas y, por los hechos derivados, se intentó quemar un bus del Transantiago. Es decir, ocho de sus 12 liceos científico-humanistas (los otros siete son técnicos o de adultos) han estado en alguna de estas situaciones.

“Estamos abordando el tema de fondo, aquello que moviliza a las y los estudiantes y sus demandas. Esto lo realizamos a través del despliegue de profesionales de distintas disciplinas para fortalecer el diálogo en los establecimientos”, señala Rolando Suárez, jefe del departamento de Convivencia Escolar de la DEM de Santiago, quien añade que, en lo inmediato, en el desarrollo de las movilizaciones, están dando celeridad a las contrataciones de trabajadores y un plan de apoyo pedagógico, además de instalar mesas de trabajo comunitarias para el abordaje del conflicto (Consejo Escolar). “Junto a ello, estamos implementando el plan de desarrollo pedagógico y un plan de convivencia democrática, el cual tiene cuatro líneas de trabajo: educación no sexista, formación ciudadana, educación para la convivencia; bienestar y salud mental comunitaria”, cierra.

Asimismo, desde Providencia, donde cuatro de sus seis liceos han tenido algún tipo de protesta, explican que tienen dos de sus establecimientos municipales tomados: los liceos 7 y Lastarria, mientras que el Liceo Arturo Alessandri se ha movilizado y está en procesos de asamblea y, según cuentan integrantes de esa comunidad, lo hacen para definir los pasos a seguir.

Pero, además, el Liceo Tajamar estuvo movilizado el miércoles de la semana pasada, con manifestaciones en las afueras del establecimiento, en Av. Los Leones. “Es momento de que el ‘Taja’ (por Tajamar) alce la voz y busque la revolución”, se leía en una pancarta ese día. De todas formas, oficialmente hasta este martes no se encontraban ni en paro ni en toma.

Mientras, el Liceo Carmela Carvajal, si bien no está movilizado, sí tuvo que suspender sus clases el mismo miércoles pasado por la presencia de dos ratones en sus dependencias (desde el municipio dicen que aparecieron a causa de la lluvia del día anterior), lo que derivó en una breve manifestación cuando las alumnas fueron enviadas a sus hogares.

En Providencia, por ahora, no se quieren referir a estas movilizaciones estudiantiles porque, dicen, están dialogando con las comunidades escolares directamente y primero quieren llegar a acuerdos con ellos antes de emitir declaraciones.

Desde el Mineduc dicen que están monitoreando permanentemente la situación de los establecimientos educacionales movilizados y que en este momento corresponden a cerca de 10 de los casi 12.500 que tiene el sistema escolar. “Nos hemos reunido con los sostenedores y con estudiantes, como es el caso de los estudiantes del Inba”, dice el ministro Marco Antonio Ávila.

El secretario de Estado añade que muchas de las demandas de los estudiantes son parte de su programa de gobierno, como la Educación Sexual Integral y la mejora de la educación pública, “que son temas que estamos abordando a través de políticas específicas y de próxima entrega, como la disposición de $10 mil millones para mejoras de infraestructura y $11 mil millones para reforzar el Programa de Habilidades para la Vida y que también abordaremos a través de futuros proyectos de ley”.

“Esperamos que este trabajo que estamos llevando adelante con y para las y los estudiantes se dé en el marco del diálogo y el respeto, sin hechos de violencia, procurando que los establecimientos sean espacios seguros para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes”, cierra la autoridad.

El Mineduc también tiene monitoreando un establecimiento en Frutillar. Se trata del Liceo Ignacio Carrera Pinto (administrado por el Servicio Local de Educación Pública Llanquihue), donde sus estudiantes comenzaron una toma el 18 de abril para exigir mejoras en infraestructura.

Las demandas

En general, los petitorios de los establecimientos que se han manifestado de alguna forma tienen tres grandes puntos en común: mejorar la alimentación que entrega la Junaeb, hacerle frente al ausentismo docente y dar respuesta a los problemas de infraestructura de sus liceos. Eso sí, también tienen pedidos relativos a su propia realidad.

Así, por ejemplo, desde el Liceo Siete, donde votaron el 28 de abril la toma, exigen, a grandes rasgos, mejoras en los baños, en los almuerzos e implementos de la Junaeb, mejoras en los casilleros, apertura más temprana del establecimiento, abordar la falta de docentes y asistentes de la educación, preocuparse de la comunidad trans y no binaria, clases de defensa personal, educación sexual o reducir la jornada escolar completa a media.

Mientras, las consignas del Inba -donde ya fueron quemados dos buses del Transantiago en el exterior- exigen una serie de mejoras en la calidad de su educación, en infraestructura y acusan falta de personal educativo en el establecimiento. Dentro de ese detalle, piden mejor educación sexual, “condiciones mínimas para estudiar”, acusan falta de protocolos, falta de inclusión de las disidencias sexuales y exigen una educación no sexista ni patriarcal.

Asimismo, el petitorio del Liceo Lastarria incluye, entre otras cosas, preocuparse de la salud mental y educación sexual de los alumnos, que se aborde la discriminación y racismo a diversos miembros de la comunidad, mejorar la infraestructura referida, sobre todo, a los baños, además de no permitir el reintegro de los alumnos del caso ‘la manada’, un sumario inmediato a profesores históricamente denunciados y revisar la situación de Junaeb en el establecimiento.

El último ejemplo es el del Liceo de Aplicación, donde sus estudiantes marcharon la tarde del lunes hasta el Mineduc para entregar su petitorio, el que pide una alimentación adecuada, acusa falta de personal docente, exige un plan de recuperación de contenidos y reparación de infraestructura dañada, además de pedir “el fin al hostigamiento por parte de profesores, inspectores y dirección hacia el alumnado que participa en instancias políticas”.

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