Gendarmería, FF.AA. y policías viven procesos de acreditación y reconocimiento oficial en educación superior

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Diversas instituciones de las Fuerzas Armadas y de orden y seguridad están trabajando para cumplir con los requisitos del Ministerio de Educación y la Comisión Nacional de Acreditación para ser reconocidas o acreditadas.


Fue en 2009 y de acuerdo al Decreto con Fuerza de Ley N°2 del Ministerio de Educación cuando se estableció que el Estado de Chile reconocería oficialmente, además de universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica, a una serie de instituciones de fuerzas de orden y seguridad, así como de Fuerzas Armadas (FF.AA.).

Desde ese momento, nueve academias y escuelas de diversas instituciones de orden y seguridad o de las FF.AA. pasaban a tener el reconocimiento oficial del Mineduc como instituciones que entregan formación de educación superior.

¿Qué significa esto? Que cumpliendo las exigencias de la cartera pueden otorgar títulos técnicos de nivel superior, títulos profesionales y grados académicos, pero que, además, se pueden someter al proceso de acreditación institucional, lo que conlleva tener acceso al programa de becas de educación superior, incluyendo la posibilidad de adscribirse a la gratuidad. Eso sí, hasta la fecha ninguna institución de FF.AA. o de las policías se encuentra adscrita a gratuidad y quienes proveen estudios gratuitos lo hacen con cargo a los presupuestos de sus respectivas carteras.

Hoy son otras varias escuelas y academias de las policías y las FF.AA. las que ya son reconocidas oficialmente y otras tantas las que están viviendo sus procesos de reconocimiento o acreditación, lo que supone una profesionalización de la formación de quienes egresan de dichas instituciones, toda vez que deben cumplir estándares del Mineduc para hacerlo.

Pero ¿qué escuelas o academias lo están haciendo y en qué etapa están?

En Carabineros, la Escuela General Carlos Ibáñez del Campo ya está acreditada por cuatro años, mismo tiempo de acreditación de la Escuela de Suboficiales Mayor Fabriciano González Urzúa y la Academia de Ciencias Policiales. En tanto, la Escuela de Formación Alguacil Mayor Juan Gómez de Almagro está en proceso de reconocimiento oficial.

El director de Educación de Carabineros, general Rodrigo Espinoza, ejemplifica que la Escuela de Formación Almagro “es un plantel institucional que tiene reconocimiento administrativo de la institución, pero no legal”, por lo que deciden hacer el proceso de reconocimiento para luego poder acreditar a ese plantel. Esto, añade, “es parte del desarrollo de ‘Carabineros del Centenario’ y del proceso de modernización institucional. El fortalecimiento de la educación es fundamental para estar a un primer nivel de reconocimiento”.

En tal sentido, agrega que como institución están realizando “todos los procesos con seriedad y abiertos al control para demostrar que nuestro proyecto educativo funciona en coherencia”. Y cierra: “Esto apunta a mantener los estándares para cumplir los criterios de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y cada vez que nos fije uno, lo mejoraremos”.

Asimismo, en la Policía de Investigaciones (PDI), la Escuela de Investigaciones Policiales Presidente Arturo Alessandri Palma ya está acreditada por cuatro años, al igual que la Academia Superior de Estudios Policiales, mientras que el Centro de Capacitación Profesional está en proceso de reconocimiento oficial.

“Desde el 98 estamos reconocidos como institución de educación superior”, contextualiza el comisario Eduardo Sánchez, jefe de la Sección Aseguramiento de Calidad de la Escuela de Investigaciones Policiales, quien añade que como institución tenían “claro que había que entregar una mejor calidad y, por lo mismo, se definió que lo mejor era someterse al proceso de evaluación de la CNA”. Y añade: “En esa época lo hicimos de forma voluntaria, fuimos pioneros, siempre teniendo en consideración que eso nos ayudaría a mejorar y que un órgano externo nos reconozca fortalezas y debilidades para así tener una mejora continua en la formación que entregamos”.

De todas formas, asegura que como escuelas matrices tienen diferencias con las demás entidades de educación superior. “Tenemos una normativa a la que no nos podemos negar a cumplir y eso nos dificulta, de cierta forma, someternos al procedimiento de acreditación”, agrega Sánchez, quien de todas formas asevera que este proceso les permite “evolucionar y tener una mejora en todos los productos que tenemos que ofrecer tanto a la ciudadanía como a nuestros estudiantes, que son nuestro foco como entidad formativa”.

En cuanto a las FF.AA., en tanto, están acreditadas las escuelas de Especialidades Sargento 1º Adolfo Menadier Rojas (4 años) y la de Aviación Capitán Manuel Ávalos Prado de la Fuerza Aérea, que está en proceso de renovarla; la Academia Politécnica Militar (4 años), las escuelas Militar del Libertador Bernardo O’Higgins (6 años) y de Suboficiales Daniel Rebolledo Sepúlveda (5 años), además de la Academia de Guerra del Ejército (5 años); las escuela Naval Arturo Prat (6 años) y de Grumetes Alejandro Navarrete Cisterna (5 años), y las academias Politécnica Naval (5 años) y de Guerra Naval (5 años) de la Armada.

Hay otras escuelas o academias de las FF.AA. que están reconocidas, pero no acreditadas, como la Academia de Guerra Aérea o la Academia Politécnica Aeronáutica, que están en ese proceso.

¿Otras instituciones? La Escuela Técnica Aeronáutica (5 años) de la Dirección General de Aeronáutica Civil también está acreditada, así como la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (4 años), dependiente del Ministerio de Defensa Nacional y destinada a incrementar los conocimientos en materia de defensa y seguridad del personal de las FF.AA., de Orden y Seguridad Pública, de la administración del Estado y del sector privado.

En Gendarmería, en tanto, se vive un proceso aparte dirigido a profesionalizar la carrera penitenciaria tras ser reconocida como entidad de educación superior y de acuerdo con el proyecto de ley aprobado en la Comisión de Educación del Senado en abril de 2022 y que tiene por objeto que en un plazo máximo de siete años se presente a la acreditación institucional. Para ello, sus escuelas (de Formación Penitenciaria Gendarme Alex Villagrán Pañinao y de Gendarmería del General Manuel Bulnes Prieto) deben aumentar los semestres de duración de sus planes de formación.

Sebastián Urra, su director nacional, señala que este proyecto tiene como objetivo fortalecer la formación de sus funcionarios, “profesionalizando a la vez la función de nuestros gendarmes”. Actualmente, explica, se encuentran avanzando en homologar los procesos y modificar algunos de los requisitos de ingreso. María Angélica Aguirre, directora de la escuela, complementa: “Estamos trabajando en reformular el plan de estudios del personal que ingrese a las plantas de oficiales penitenciarios y de suboficiales y gendarmes, logrando de esa forma poder entregar títulos técnicos y profesionales”. Esto generará cambios a los planes de formación, aumentado de cuatro a ocho semestres el periodo de estudio para los aspirantes a oficiales y de dos a cuatro semestres el de gendarmes alumnos. “Este proyecto de ley recoge una anhelada aspiración de Gendarmería que busca la profesionalización del sistema penitenciario y que incluye otras mejoras”, cierra Aguirre.

Por ahora, dicen desde la Subsecretaría de Educación Superior, están desarrollando el reconocimiento oficial de la Escuela de Formación de Carabineros y el Centro de Capacitación Profesional de la PDI “y, luego de finalizar este proceso a inicios del segundo semestre, podremos coordinar con la Escuela de Gendarmería cómo continuar con las siguientes etapas”.

Mientras, el subsecretario Víctor Orellana asegura que valoran “enormemente la disposición y el interés de todas esas instituciones por entrar en este proceso de acreditación, un ejercicio voluntario en el que la modernización de la educación superior contribuye a la profesionalización de estas instituciones, cuestión fundamental tanto para la ciudadanía como para el gobierno. Sin duda, es un paso importante para nuestra democracia”.

Desde la CNA, Andrés Bernasconi sostiene que “si bien sus fines educacionales sirven en primer lugar a los propósitos de la defensa nacional y el orden y la seguridad pública, es importante que respondan a los mismos estándares de calidad que se aplican a todas las otras instituciones del sistema. Ellas vienen haciendo eso ya hace varios años, y continuarán haciéndolo en el futuro”.

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