La tarde de ayer fue destruido la imagen y parte del santuario de San Expedito, ubicado al exterior de la parroquia Santa María de los Ángeles, en la localidad de Reñaca, comuna de Viña del Mar.

El padre Erwin Prieto, a cargo de la parroquia, dijo a Radio Stella Maris que el ataque le provocó sentimientos diversos, entre tristeza y rabia, y que "el tema más profundo, que debemos abordar, es preguntarnos por qué hay tanta violencia (…). A veces las palabras son más fuertes que una piedra. Debemos tener mucho cuidado en lo que decimos y hacemos, y en nuestras actitudes de cada día".

"Y desde el evangelio (…) buscar el corazón de los problemas y las dificultades (…) y la respuesta ciertamente Dios la va a dar", agregó.

El sacerdote también explicó que el santuario permanecerá cerrado, para poder arreglarlo, y que en el lugar pondrán otra imagen de San Expedito. "Nos vamos a levantar. Eso es lo más importante", señaló.