“Pensábamos que no sobreviviríamos”: el relato de los pescadores que estuvieron 7 días a la deriva en una lancha

Tras una semana perdidos: encuentran con vida a padre e hijo pescadores desaparecidos en Isla Santa María

Los pescadores estaban sin agua, comida ni celulares, porque solo consideraron proviciones para una navegación de tres horas.


Esta mañana, los dos pescadores que se encontraban desaparecidos hace siete días fueron encontrados en Pichilemu, con vida y en buenas condiciones de salud.

Diego Cruz, de 23 años y su padre, Rodrigo Cruz García, de 50 años, fueron vistos por última vez cuando zarparon desde la Isla Santa María en Talcahuano, desde entonces se desplegó una intensa búsqueda marítima, terrestre y aérea para dar con su paradero.

Tras confirmar la noticia, el capitán de puerto de Coronel, Osvaldo Cuadra, manifestó que “ahora es importante seguir con un tratamiento psicológico para los dos pescadores. Yo creo que estar a la deriva esa cantidad de días y haber pensado en muchos instantes que no los iban a encontrar, lleva también un problema detrás y es importante que se les haga un seguimiento”.

Los pescadores estaban sin agua, comida ni celulares, porque solo consideraron provisiones para una navegación de tres horas, pero debido a una falla en el motor, su lancha bautizada Alexia Esperanza, perdió el rumbo.

“Pensábamos que no sobreviviríamos”

Los familiares fueron encontrados por un pequeña embarcación artesanal, y luego de los primeros momentos con sus rescatistas, el padre confesó los pensamiento que lo invadieron durante el tiempo que estuvieron a la deriva.

“Me preguntaba qué tengo que hacer, para dónde voy, el motor no quería andar (...) Volvía a arrodillarme y decía ayúdeme señor no me deje, por favor se lo suplico ¿Cómo voy a dejar morir a mi hijo?”, manifestó.

En tanto, Diego dijo que “en el momento en que nadie nos buscaba, pensábamos que no sobreviviríamos, pero teníamos la fe de que íbamos a salir bien, gracias a Dios”.

El pescador relató que “no aguantábamos un día más (con vida), mi padre me ayudó porque estaba muerto en la proa, veía manantiales con agua corriendo, me quería tirar bajo el bote”.

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