Histórico

A 55 años de los primeros seres vivos que regresaron de un viaje espacial

El 19 de agosto de 1960, los perros Belka y Strelka, junto a un conejo, 42 ratones y dos ratas se convirtieron en los primeros en sobrevivir una travesía al espacio. Sin embargo, la historia previa conlleva el sacrificio de otros valerosos animales para lograr tal hazaña.

En plena Guerra Fría a principios de los años 60, la Unión Soviética y Estados Unidos se encontraban empecinados en su lucha por conquistar el espacio. La idea de llevar a un ser vivo a las estrellas y que volviese sano y salvo se mantuvo en la mente de los científicos por varios años, culminando con Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961 , el primer ser humano en lograr tal hazaña.

Sin embargo, al principio los expertos pensaban que los humanos no eran capaces de sobrevivir a las condiciones del espacio exterior, por lo que determinaron utilizar animales como método de ensayo y error para las futuras misiones humanas.

Las pruebas habían comenzado más de una década antes del logro de Gagarin. Entre 1951 y 1956 se utilizaron diversos perros a bordo de misiles propulsados a 100 Km de altura (10 veces la altitud de un avión comercial) protegidos con escafandras y trajes de presión, siendo "Dezik" y "Tsygan" los primeros canes en volver a salvo en julio de 1951. Hacia 1958 se fue aumentando gradualmente la altitud hasta llegar a la ionósfera (450 Km), ya con los animales en cabinas presurizadas. En total, 20 perros y un conejo ("Marfusha") fueron empleados en estas pruebas, en su mayoría con resutados positivos. No obstante, tres canes fallecieron debido a explosiones o accidentes en Tierra.

Entrenamiento

En cuanto a su entrenamiento, los canes escogidos eran preferentemente callejeros, dado que tenían más resistencia que uno de raza. Debían mantenerse en buenas condiciones físicas para soportar la inactividad, y las primeras pruebas contemplaban extenuantes sesiones de más de dos semanas seguidas donde debían estar quietos en pequeñas cajas, esperando que se acostumbraran a la sensación de espacios reducidos y poder soportar los estresantes viajes espaciales. Por lo general, los perros seleccionados eran hembras, ya que eran más dóciles y los trajes se diseñaron especialmente para sus necesidades biológicas.

Luego, las pruebas incluían el acostumbramiento a los trajes espaciales, simulación en centrífugas para emular el despegue y aceleración al salir de la Tierra, y alimentación en base a un compuesto gelatinoso rico en proteínas y fibra, que los ayudaban a no defecar por largos períodos de tiempo. Aún así, los resultados indicaron que un 60% de los perros que volvieron de órbita lo hicieron con presencia de cálculos en la vesícula biliar y estreñimiento.

Laika

A pesar que la tecnología suborbital no se había desarrollado por completo, los científicos soviéticos decidieron llegar más allá. La escogida fue la perra "Laika", quien el 3 de noviembre de 1957 fue lanzada en el Sputnik 2, convirtiéndose en el primer ser vivo en orbitar la Tierra. El animal pagó las consecuencias del riesgo y la presión por la lucha contra los estadounidenses, falleciendo en medio de la prueba.

"No había ninguna expectativa que Laika sobreviviera", afirmaron los científicos.

Sobre su muerte, durante muchos años las versiones fueron contradictorias, aunque en 2002 se confirmó que la recepción de sus signos vitales se detuvo entre cinco y siete horas luego del despegue, y entre las explicaciones se cuenta el sobrecalentamiento de la nave y estrés.

"Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo sucedido. No debimos haberlo hecho. Ni siquiera aprendimos lo suficiente de esta misión como para justificar la pérdida del animal", indicó Oleg Gazenko, uno de los científicos del programa de animales en el espacio, y entrenador de Laika.

El Sputnik 2 orbitó la Tierra 2.570 veces durante 163 días, desintegrándose en la entrada a la atmósfera terrestre el 14 de abril de 1958.

Los perros, las ratas y el conejo

Aún así, la experimentación con animales continuó con saldos positivos para los soviéticos. La prueba con Laika demostró que un ser vivo podía sobrevivir la puesta en órbita y la microgravedad, añadiendo información sobre las reacciones del cuerpo ante tales condiciones. Fue así como el 19 de agosto de 1960, las perras "Belka" (Blanquita) y "Strelka" (Flechita) abordaron el trasbordador Sputnik 5 y orbitaron por 26 horas la Tierra, regresando vivas de su viaje.

Pero no eran las únicas, ya que junto a ellas viajaron 42 ratones, dos ratas, un conejo y varias especies de hongos y plantas. Durante el vuelo se temió la misma suerte de Laika, debido a que por unos minutos los animales permanecieron inmóviles producto de la ingravidez. Sin embargo, luego comenzaron a moverse y a ladrar, incluso tratando de deshacerse de sus arneses.

A su regreso, la travesía fue retransmitida por la televisión soviética, difundiendo fotografías e imágenes de las perras con trajes de astronauta y convirtiéndose en celebridades. Posteriormente, "Strelka", tuvo una camada de seis cachorros con "Pushok" (otro de los perros de entrenamiento) y "Pushinka", una de las crías, fue enviada de regalo a Caroline Kennedy, hija del presidente estadounidense John F. Kennedy.

La historia no termina ahí. Pushinka" se cruzó con "Charlie", un perro de la familia Kennedy, resultando en un "romance imposible" entre los dos países enfrentados en la Guerra Fría.

En 2010 se produjo una película animada titulada "Belka i Strelka: Zvyodnye Sobaki", que cuenta la historia de los animales en el espacio.

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