China vive un boom de réplicas de ciudades europeas
Copias de ciudades holandesas, italianas e incluso norteamericanas pueden ser visitadas en diversas localidades del país asiático.

Relojes, carteras de diseñador, iPhones, reproductores de música y DVD. Hasta ahora, esos eran los productos más conocidos copiados por los chinos. Sin embargo, la fabricación de réplicas se ha extendido también hacia las ciudades, y es así como el país ahora cuenta con reproducciones de París, ciudades holandesas, austríacas, italianas y norteamericanas. En las afueras de Shanghai se encuentra Thames Town (El pueblo del Támesis), una réplica de cualquier pueblo inglés, con calles empedradas, casas al estilo victoriano y cabinas de teléfonos rojas. "Tiene casi la calidad soñada de algo europeo", dijo a la cadena BBC Tony Mackay, el arquitecto británico que planeó el esquema de viviendas en este distrito de Songjiang en 2001. Pero, pese a tener publicidad, el diario chino Global Times señala que la localidad no ha podido ser poblada y parece que es más usada por las parejas recién casadas para tomarse fotos. "No luce bien, parece falsa", añadió MacKay. A su juicio, los arquitectos que trabajaron en el diseño de los edificios crearon una parodia, poniendo juntos estilos diferentes y abandonando la autenticidad.
"Las copias originales presentan una primera y definitiva crónica de este fenómeno en el que pueblos enteros parecen haber sido levantados de sus bases originales e históricas en Europa y Estados Unidos y son llevados a las ciudades chinas. Estas construcciones no son parques temáticos, sino que comunidades donde las familias crían a sus hijos, cocinan y simulan experiencias en un pseudo Orange County (barrio de Los Angeles) u Oxford", escribió Bianka Bosker en su libro Architectural Mimicry in Contemporary China (Mímica arquitectónica en la China contemporánea).
En su obra, Bosker señala que la cultura de la copia es muy diferente a lo que se conoce en Occidente, donde existe una percepción de que copiar es algo extremadamente prohibido y que debe ser evitado a toda costa. "En China, la mímica es una forma de maestría y, por lo tanto, no es vista con malos ojos, sino que es motivada", sostuvo. De hecho, en China están las dos mayores copias del mundo de la Torre Eiffel.
Según la cadena BBC, las raíces de la copia vienen de la época del primer emperador Qin Shi Huang -del Ejército Terracota-, cuando conquistó a los reinos rivales en el siglo III a.C., ya que construyó una réplica de cada uno de sus palacios dentro de la ciudad. "Tradicionalmente, la sociedad china es muy jerárquica. Uno tiene al maestro en su arte y muchos de los artistas copiaron a uno de sus maestros, puede ser que sea lo más alto que puedan hacer, porque el maestro fue un gran genio", dijo a BBC Ben Goodger, un experto computacional. "La idea es que el trabajo que crea el artista sea una extensión de su personalidad individual. (...) No digo que sean inocentes, pero existe esta actitud cultural, que copiar es una señal de respeto", dijo.
Según Global Times, la idea de replicar los pueblos surgió producto del apogeo inmobiliario que vive China. Debido a ello se publicitaron localidades con un "sabor alpino", "un dejo de Manhattan" o "una pasión hispánica".
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