Histórico

Del Marconi al Nescafé, 60 años de vida de un clásico teatro son documentados en un libro

La historia y el proceso de recuperación de la sala, liderada por el empresario Alfredo Saint-Jean, se grafica en De la oscuridad a la luz.

A mediados de la década del cincuenta, el Teatro Marconi, ubicado en Providencia con Manuel Montt, era uno de los más distinguidos cines del barrio alto santiaguino. Su pantalla exhibía cintas de estreno, y sus asiduos podían compartir la experiencia del cine con el disfrute de visitar la heladería La Escarcha o el restaurante El Parrón, ubicados a escasos metros.

Inaugurado en 1949, sus mil butacas fueron un polo de atracción para un sector pujante y cosmopolita, una clase media emergente que comenzaba a disfrutar de espectáculos de primera línea, en los tiempos en que las salas de cine de Santiago se contaban por más de 80. Este pasado esplendor, que con el transcurso de las décadas lo convirtió en el Teatro Providencia y desde el año pasado en el Teatro Nescafé de las Artes, acaba de ser documentado en un libro que resume su más de medio siglo de vida.

De la oscuridad a la luz, un teatro para las artes, es el nombre de esta publicación editada por Ocho Libros que, aparte de su historia, ilustra el proceso de restauración que sufrió el viejo teatro, para convertirse -desde agosto del 2009- en una sala de espectáculos bajo la dirección del empresario Alfredo Saint-Jean.

"Desde la idea al proyecto estuvimos trabajando casi un año", explica Saint-Jean. "Las preguntas que nos movieron fueron cómo recuperarlo, de qué hacerlo y para qué. Porque no era sólo pintarlo y cambiarle las butacas, sino qué hacer también con él. Estaba la programación, de qué tipo sería y lo que se pretendía, y otra de las cosas, era contar la historia del Marconi en un libro", resume el empresario.

DECADAS DE HISTORIA
La historia del Marconi, así como gran parte de la actividad cultural y del espectáculo en la ciudad, es una historia de grandes cimas y rotundas caídas. Y de flagrantes olvidos. De matinés con lo más granado de Hollywood en los cincuenta, a la explosión del Teatro Kammerspiele (que año a año montaba obras alemanas con gran éxito), pasando por conciertos de rock chileno a fines de los sesenta y el nacimiento del cine arte en los setenta.

"Es como cerrar un círculo", explica Saint-Jean sobre la historia tras el actual Teatro Nescafé. Espectador de las funciones de cine en su juventud, luego se convirtió en el productor de los conciertos de rock que se hacían a mediodía, y estableció vínculos con los organizadores del Cine Arte de Viña del Mar que posteriormente convertirían la sala de Providencia en un reducto para la cinefilia santiaguina. "Yo estuve ahí los años 68, 69 y 70, y volver al mismo espacio para recuperarlo es algo bien importante en la vida, más cuando han pasado 40 años", explica.

El lado olvidado del antiguo Marconi comenzó en la década del noventa, luego de una activa temporada en los 80' bajo el nombre de Teatro Providencia, donde una de sus cimas fue el espectáculo de Coco Legrand No vote por mí (1987). Su ocasional programación fue espaciándose en el tiempo, contando con pocos hitos como el Festival de Teatro Político (1989), algunos conciertos y el velatorio del director teatral Andrés Pérez (2002).

Su destino, quizás menos dramático que el de tantos teatros santiaguinos como el Carrera o el Esmeralda, convertidos en bodegas o derechamente en recintos fantasmas, tuvo su resurrección en 2008, cuando Saint-Jean estaba produciendo una obra de teatro escrita por su amigo Antonio Skármeta a propósito de los 20 años del Sí y el No.

"En el teatro que teníamos reservado no nos respetaron la fecha", recuerda el productor, "y buscando una nueva sala me encuentro con el Providencia y un cartel que decía Se arrienda. Entro, lo veo destruido y me baja toda la melancolía. Pienso, esto no va a servir para la obra de Antonio pero digo, hay que recuperarlo, esto no se puede caer", cuenta.

RECUPERACIÓN Y PROGRAMACION
Las 104 páginas del libro documentan el proceso que transcurrió entre la idea inicial, los diseños arquitectónicos de su restauración, y la recuperación misma, cuyo elemento más llamativo fue la abertura en cuatro metros de la boca del escenario. Todo el proceso, desde la gestación del proyecto a la reinauguración del teatro (agosto del 2009), duró un año.

"Desde el día que empezamos la obra hasta su término, pasaron 4 meses. Y eso porque sabíamos exactamente qué hacer", explica Saint-Jean. El empresario apunta a la recuperación reflejada en iluminación, alfombras y butacas, pero fundamentalmente a la programación del teatro. "Hay una planificación muy exhaustiva hecha para 5 años, donde hemos tratado de crear ciclos y espectáculos diferenciados. Nos gustaría que la mayoría sólo se presentaran en el Nescafé de las artes, para ir creando una programación distintiva", explica.

En su poco más de año de funcionamiento, el Teatro Nescafé de las Artes (llamado así por su sponsor oficial, el que sigue una línea ya difundida en el mundo de asociar recintos públicos con marcas comerciales, como el teatro Kodak de Los Angeles o el Movistar Arena, en Santiago), ha realizado 85 espectáculos con un total cercano a los 220.000 espectadores, donde la mayor sorpresa para Saint-Jean ha sido la instalación del concepto "Teatro Nescafé".

"Casi triplicó nuestras expectativas. En menos de un año conseguimos prácticamente poner la marca, el nombre. Nuestro proyecto se llamaba Teatro de las Artes, y cambió a Teatro Nescafé de las Artes, y no sabíamos que iba a pasar, pensamos que nadie iba a usar el nombre Nescafé, pero me atrevo a decir que hoy incluso es más conocido como "el Nescafé", finaliza.

De la oscuridad a la luz. Un teatro para las artes

Ocho Libros Editores

Precio de referencia: $27.000

Disponible en todas las librerías de Santiago

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