Un grupo científicos consiguió descifrar el mapa genético del gusano responsable de la esquistosomiasis, una enfermedad que aqueja a más de 200 millones de personas en las regiones tropicales y que hasta ahora es resistente a buena parte de los tratamientos de la comunidad médica.

El equipo, dirigido por el profesor Najib El Sayed, de la Universidad de Maryland (EEUU), decodificó el mapa genético de las dos especies de schistosomas (especie de trematodos o gusanos aplanados parasitarios de los humanos) que son las principales responsables de la enfermedad: el mansoni y el japonicum.

Según publica hoy la revista "Nature", lo importante fue identificar entre el total de 11.800 genes que tienen estos gusanos los que juegan un papel importante en el metabolismo de los parásitos y en su manera de interactuar con el organismo parasitado al que infectan.

La clave, describen los investigadores, fue descubrir que este gusano -de manera más notable el mansoni- carece de una importante enzima que es la responsable de sintetizar los ácidos necesarios para la producción de grasas esenciales. Por esta razón, el parásito depende del huésped para sintetizarlos, lo que en opinión de los autores del estudio revela "un potencial talón de Aquiles que podría ser explotado para desarrollar fármacos" que combatan y eliminen el schistosoma.

El gusano, que habita en aguas dulces, se introduce a través de la piel pero ataca básicamente la vejiga o el intestino y causa la esquistosomiasis, antiguamente llamada bilharziosis y que es conocida también en algunos países como la "fiebre del caracol".

Su tasa de mortalidad es baja, pero la esquistosomiasis es altamente incapacitante debido a la fiebre que causa.

Los niños de 3 a 12 años son los principales diseminadores del parásito.