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Diego Rojas: Un Enano que sueña en grande

El joven volante se ha convertido en pieza clave de la UC de Mario Salas. No se intimida con la presión de ser el conductor de un club grande, uno de sus anhelos de infancia. Hoy, aspira a la Selección y a llegar a la liga española.

Hace sólo seis años, Diego Rojas (20) sólo soñaba con ser futbolista profesional. La polvorienta cancha de la población Bonilla en Antofagasta era para él su lugar en el mundo. Ahí era donde se imaginaba eludiendo rivales, haciendo goles y recibiendo el cariño de una hinchada que, entonces, sólo existía en su mente. Era un sueño que abrazaba junto a sus amigos, los mismos que hoy ven por televisión cómo, con el diez en la espalda, se consolida como titular en Universidad Católica y encarna la materialización de lo que no hace mucho no era más que un anhelo casi utópico.

Han pasado cinco años desde que el pequeño volante recorrió los 1.368 kilómetros que separan su natal Antofagasta de la capital para llegar a San Carlos de Apoquindo. Lustro en el que el nortino ha luchado en silencio para ganarse un lugar y comenzar a hacer su camino en el fútbol. No ha sido fácil. Pese a que debutó en el primer equipo cruzado hace casi tres años, en octubre de 2012, sólo este año comenzó a adquirir esa regularidad que constantemente buscan los jugadores de fútbol.

“Llegué a los quince años a Universidad Católica y siempre me han tratado bien. Estoy muy agradecido del club. Acá me han dado todo. Estoy muy feliz y muy agradecido de ellos”, dice a La Tercera el volante que, además, entusiasmado por su buen presente, agrega: “Siento que he empezado a consolidarme y a tener más figuración. Eso es lo que esperé siempre. A lo que vine... Lo que busqué desde el primer día. Llegar al primer equipo y ser un aporte para la institución. Ese siempre fue mi objetivo”.

En ese tránsito, hay un hombre clave: Mario Salas. El técnico viñamarino conoce hace tiempo a Rojas y siempre lo ha considerado fundamental. De hecho, el volante iba a ser el enganche en la Copa del Mundo Sub 20 de Turquía en 2013, con el Comandante a la cabeza. Sin embargo, una fractura en el pie derecho, sufrida a sólo días del inicio del torneo cuando, incluso, la delegación ya estaba instalada en Europa, marginó al jugador de la nómina mundialista y lo obligó a volver a Chile.

Hoy, con Salas en la banca cruzada, no es casualidad el protagonismo que ha adquirido Rojas, quien no esconde su gratitud al director técnico.

“Mario Salas ha sido fundamental en mi carrera. Ha mejorado mucho mi forma de jugar. Me ha ayudado a evolucionar y perfeccionar mi juego y a adaptarlo al fútbol moderno.Antes era más vago, por decirlo de alguna manera, un diez más clásico, que no marcaba y no presionaba. Eso a él no le gusta, entonces, para poder jugar, tenía que hacerlo”, dice Rojas antes de añadir que el DT lo ha potenciado en muchos aspectos: “Me ha instado a trabajar más, a correr más siempre. A ser un aporte para el equipo cuando no tengo la pelota, presionando y marcando. El fútbol de ahora te impide quedarte parado. Las herramientas que me ha dado Salas me han servido para adaptarme al fútbol moderno. Estoy muy feliz por el juego que estoy mostrando”.

La explosión futbolística del Enano obligó al club a tomar medidas y, conscientes de la valorización que ha comenzado a experimentar uno de los grandes proyectos de su área formativa, no tardaron es prolongar el vínculo con el jugador, cuyo nuevo contrato lo liga a la institución hasta 2018. Él, sin embargo, aunque agradece “el respaldo y la confianza del club”, apunta alto y sueña en grande. “Uno siempre aspira a más, a jugar en ligas más competitivas. Hoy estoy muy contento de estar donde estoy y estoy ciento por ciento concentrado en el día a día con la Católica, en obtener cosas importantes. Pero si sigo haciendo las cosas bien, sé que todos los ojos estarán encima mío y, creo, ese es el desafío: mantener el nivel. No me quiero apurar en nada, pero si llega una oportunidad de salir, no voy a dudar en agarrarla para seguir mi carrera”, afirma.

En ese sentido, el 10 cruzado parece tener claridad sobre cuáles son los próximos pasos. “El fútbol español es el que, siento, más me acomodaría. Se juega más y no es tan físico”, dice el mediocampista de 1.64 metros quien no se complica por su baja estatura. “El físico no es tema. Tengo que mejorar en otras cosas. De mi físico, sí, pero no de mis características naturales como la estatura. Tengo que potenciarme físicamente para ser cada día más ágil y más rápido”, dice el jugador que, a los 14 años, antes de llegar a la UC, intentó un tratamiento para crecer, similar al de Lionel Messi, pero que finalmente no prosperó. “Fue algo breve, pero no se dio y no me preocupa. No he tenido nunca un problema por eso”, asegura.

De la UC y otros sueños

Diego Rojas no jugó ante Libertad el jueves pasado y se notó. Sin él, los cruzados parecen entramparse y aunque a veces su labor es casi invisible, pocos jugadores del plantel cruzado aclaran el panorama ofensivo como lo hace él. Ya sea abriendo espacios, arrastrando marcas o con un pase que rompa defensas. En Paraguay quedó fuera por una lesión muscular (de la que está en la fase final de recuperación, por lo que reaparecerá en el próximo partido) y el equipo no tuvo respuestas de la mitad de la cancha hacia adelante, lo que sentenció la suerte de la UC en el torneo y por lo que ahora sólo deben centrar sus esfuerzos en el Torneo de Apertura, el único de los tres objetivos planteados al comienzo del semestre que sigue en pie para el conjunto del Comandante.

“Hay que centrarse en el torneo, dar vuelta la página y seguir entrenando. Matarse trabajando. La diferencia (de cinco puntos) con Colo Colo es remontable totalmente. Nos queda enfrentarlos y a ellos les quedan partidos difíciles. Pase lo que pase, lo que tenemos más claro es que vamos a pelear hasta el final”, sentencia el futbolista que no deja de soñar y se ilusiona, incluso, con la Selección. “Tengo claro que la UC me da una vitrina importante y por eso es mayor la responsabilidad. Hay que seguir trabajando como hasta ahora para ser cada día un poco mejor. Sólo así pasan las cosas. Hay que quemar etapas para que lo que uno se plantea suceda. Si llega una oportunidad para jugar por la Selección, iría feliz y muy orgulloso. Jugar por tu país es lo más grande a lo que un futbolista puede aspirar”, finaliza Rojas, mirando de reojo la cancha de entrenamiento de San Carlos de Apoquindo, consciente de dónde y cómo buscar cumplir uno más de sus anhelos.

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