Director de Narcos explica el éxito de la serie y elogia a los actores chilenos de la historia
José Padilha habla con La Tercera y dice en torno a la producción de Netflix: "Cuando la hacía, la gente me preguntaba ¿estás loco?".

El director y productor de Narcos, José Padilha, camina por la calle en Los Angeles (EE.UU.). Va relajado como si la serie en la que trabaja no hubiese anunciado una segunda temporada recién y no tuviera expectativas de popularidad y críticas que cumplir.
Esta semana, Narcos, el programa original de Netflix y sobre el todopoderoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar, es la producción más buscada en el sitio especializado y biblia de cinéfilos y televitos Internet Movie Database. Además, es una de las 10 mejores series de la temporada, según Rotten Tomatoes.
Pero Padilha no siente esta presión. En cambio, anda comprando accesorios para jugar tenis: “Mi deporte favorito”, explica al teléfono con La Tercera, y agrega: “Siempre juego tenis antes de ponerme a trabajar”. Y eso parece ser suficiente para aplacar el peso de las expectativas.
“Me enfoco en hacer mi trabajo al tope de mis habilidades”, explica. Luego sigue: “Hice Tropa de élite y fue un éxito enorme en Brasil y luego hice la secuela y fue tres veces más grande. Y mientras la hacía, la gente me decía ‘Estás loco, ¿por qué estás haciendo otra, qué pasa si no sale bien?’. Yo pienso que si tengo algo que decir, quiero hacerlo. Cómo lo tome la gente, no depende de mí”.
Pues bien, Narcos lo volvió a reunir con su estrella de Tropa de élite, el brasileño Wagner Moura, quien encarna al hombre que pasó de hacer contrabando local en Colombia a introducir la cocaína en cantidad industriales en Estados Unidos y, de paso, convertirse en uno de los personajes más ricos del mundo: en 1989 tuvo el lugar número siete en el ranking Forbes. En la serie, lo acompañan el estadounidense Boyd Holbrook y el chileno Pedro Pascal, como dos agentes de la DEA: la agencia antidrogas de EE.UU.
Padilha sabía desde hace meses sobre los nuevos episodios y ya trabaja en ellos: “Boyd ya está en Colombia y vamos a estar filmando en dos o tres semanas”. Eso sí, dice que no sabe cuánto se demorarán con el ciclo, pero que el estreno sería, como la primera temporada, en agosto.
Lo que viene
Para Padilha, es fundamental tener una historia con punto de vista y conseguir que la gente aprenda algo, no sólo pasarla bien. Y por ello, está feliz con el éxito de la serie: “Es importante decirle a la gente de qué se trata realmente la cocaína: cuánta gente muere para que alguien pueda aspirar un gramo de ella. Es importante por los errores que se han cometido en las políticas de relaciones exteriores en la guerra contra las drogas, que ha sido concebida como una guerra contra los proveedores y no acerca de los temas de salud de los consumidores. Lo cual creo que es un gran error de muchos países. Es bueno saber que lo están viendo y que el mensaje se está entendiendo”. Pero tampoco se trata de sermonear: “Esta temporada va a ser más entretenida y demente, van a ver”, avisa.
El realizador cuenta que si el primer ciclo narra el auge de Escobar, ahora se mostrará su caída. Se incluye su relación con otros carteles, lo que ocurre con las normas de relaciones exteriores de Estados Unidos y cómo ese país decidió que era más importante frenar a Escobar que a la cocaína. “Hacia el final Pablo no estaba vendiendo tanta cocaína, todo era del cartel de Cali”. Este cambio de foco definió lo que ocurriría luego: “Lo que pasó en la vida real después de que Pablo escapara es que las cosas se pusieron muchísimo más violentas y eso se verá”.
Violencia y sexo
Al momento de decidir qué mostrar, Padilha asegura que Netflix jamás ha pedido que se moderen. “Haremos todo lo que podemos dentro de los márgenes de la realidad y el buen gusto. Pero no creo que los cineastas debemos asustarnos de la violencia y el sexo, para nada. Porque son parte de la vida. No vas a hacer algo sobre una situación que en realidad fue violenta y luego contenerse al mostrarla. Para eso, mejor no lo haces”.
La serie tiene un elenco de todo el continente y en la primera temporada, aparte de Pascal, aparecieron Paulina García como la madre del traficante y Luis Gnecco, en el rol de un narcotraficante local. “Los actores chilenos con quienes trabajé son increíbles. Mis personajes favoritos de los episodios que rodé (los primeros dos), no fueron sólo Pablo y Gustavo Gaviria (Juan Pablo Raba), sino que también Cucaracha (Gnecco). Realmente le tenía cariño a ese personaje. Al final del día, él llevó la cocaína a Estados Unidos, porque se la llevó a Pablo. Pedro Pascal es realmente increíble, pero eso ya lo sabíamos”, comenta.
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