Histórico

El lugar de las pistas

Ninguna serie o película de estos tiempos puede dejar de mostrar un vistoso muro cubierto de fotos, mapas y notas en torno al cual se reúnen los investigadores a descifrar el caso. Esta es la historia de este recurso que es la envidia de los adictos a la papelería y artículos de oficina.

La película Dr. Strangelove, de 1964, tiene varias escenas memorables. Un vaquero que monta una bomba atómica que cae desde el cielo, tal como si fuera un toro mecánico, y un ex científico nazi que habla con exagerado acento alemán mientras una de sus propias manos intenta estrangularlo son dos de ellas. Pero en este filme dirigido por Stanley Kubrick hay otra secuencia que inauguró un recurso narrativo que en la actual “era del Post It” aparece cada vez más, sobre todo en las series. Es la llamada “crazy wall”.

En la secuencia, el presidente de Estados Unidos, interpretado por Peter Sellers, reúne a su alto mando para discutir un inminente ataque nuclear proveniente de la Unión Soviética. El encuentro se realiza en un búnker en cuyas paredes hay enormes paneles cubiertos de diagramas y mapas que detallan estrategias militares. Durante una intensa discusión, el presidente plantea dejar que el embajador soviético ingrese a la sala, ante lo cual el enfurecido general Buck Turgidson (George C. Scott) grita: “Señor, no puede dejarlo entrar. Él verá todo… Él verá… ¡El gran tablero!”.

Ese “gran tablero” es el abuelo de todos esos muros que hoy cualquier serie policial que se precie de tal tiene, ya sea en la comisaría de turno o en el sótano del investigador aficionado a las conspiraciones y frente al cual muchas veces el o la protagonista tiene una revelación clave para el caso. Son llamativas paredes cubiertas caóticamente de imágenes, mapas, polaroids, dibujos, chinches y notas sobre un horrendo crimen, un complot o un plan de ataque que los personajes van recolectando.

Uno de los ejemplos más recientes es el de Rusty Cohle (Matthew McConaughey) en la primera temporada de la serie True Detective. El panel se apegaba al modelo clásico de la “crazy wall”: una pared repleta de recortes de diarios, retratos de personas extraviadas, Post It, mapas y extrañas palabras. Todas evidencias ligadas a abusos infantiles y asesinatos. La policía Molly Solverson también usaba el mismo recurso para resolver un crimen en la serie Fargo y, en medio de un evidente colapso nervioso, Carrie Mathison (Homeland) cubría un muro completo de su casa con sus pistas en una “crazy wall” que más que el caso, reflejaba el estado mental en que se encontraba la señorita.

Sherlock, encarnado por Benedict Cumberbatch para la BBC, también organiza la suya, y el Sherlock que hace Jonny Lee Miller en Elementary pasa noches enteras mirando la del caso de turno. Al norte de Europa, el minimalismo escandinavo produjo el metódico y monocromático panel de pruebas de la comisaría de la serie The Bridge. En el cine, una simple pizarra rodeada por escabrosas fotos sirve para detallar los pecados capitales que replicaba el asesino de Seven y hasta personajes de cómics como Deadpool y Spider-Man aprovecharon el recurso para reunir antecedentes de crímenes. Charlie Brown no podía ser menos: en la reciente cinta de Peanuts decora un muro con tarjetas adhesivas tipo Post It y las va uniendo con hilos rojos para intentar descifrar la trama de La guerra y la paz.

Rob Treen, quien estuvo a cargo de los paneles que aparecen en series como la británica Happy Valley, explicó a la revista Esquire que son las expectativas de las audiencias modernas las que han vuelto tan popular este recurso. “Hemos crecido en una cultura donde la gente usa todo el tiempo esquemas de telaraña, mapas mentales, diagramas de flujo y otras visualizaciones de información, tanto en la educación como en el trabajo. (…) Con uno de estos muros puedes mostrar pistas y permitir que la audiencia las entienda”. Eso significa que los paneles son meticulosamente diseñados, desde su look, sus colores, su gráfica para que parezcan creíbles, sean entretenidos, y aporten información sin perder su estilo caótico. Hoy incluso hay un sitio en la red social Tumblr llamado Crazy Walls que reúne las apariciones de estos paneles en las pantallas chica y grande (https://crazywalls.tumblr.com). Su creador, el diseñador Phil Gyford, cuenta desde Inglaterra que comenzó a recopilarlas cuando se dio cuenta de que los muros aparecían una y otra vez. “No existen muchas formas de mostrar una imagen que represente el proceso de pensamiento de un personaje y por eso creo que esta es una manera tan popular de hacerlo”, explica.

Detectives de verdad

¿Los usan los investigadores de crímenes de verdad? Tim Dees, ex oficial de policía y profesor de justicia criminal en varias universidades norteamericanas, cuenta desde Estados Unidos que desde un punto de vista narrativo estos paneles “ayudan al espectador  a establecer quiénes son los personajes y su rol en la historia. En el mundo real algunas veces se usan durante algún encuentro con los altos mandos, la prensa u otras agencias, pero en la famosa ‘reunión de escuadrón’ que es tan común en los dramas, los policías simplemente están sentados alrededor de sus escritorios o una mesa de reuniones”.

El experto dice que los paneles no son tan prácticos si se considera que una oficina de detectives típica es un lugar muy concurrido: “Los testigos, sospechosos y otros policías pasan por ahí todo el tiempo. Sería tonto colocar información sobre un caso activo en un panel para que cualquier persona la vea”. De hecho, agrega Dees, el único muro de este tipo que ha visto en uso de manera habitual es el “que se ocupa cuando un caso está asignado a varios detectives. Se le puede ver en series como The Wire o Murder: Life on the Street. Esos diagramas, que usualmente se crean sobre pizarras blancas, permiten que cada integrante del equipo conozca cómo va avanzando la investigación”.

Según el sitio Tvtropes.org, una especie de Wikipedia que explica varias fórmulas y clichés del género ficción, existen varios tipos de “crazy wall”. Está el tablero tradicional que se ve en series como CSI y la “habitación de la locura”, una pieza totalmente cubierta por documentos reunidos por algún obsesivo personaje como el de Mel Gibson en La teoría de la conspiración. También existe el “altar del acosador”, una pared cubierta de imágenes de una persona que obsesiona a un criminal, tal como ocurre con el perturbador personaje de Robin Williams en la película One Hour Photo. El cuarto tipo es el de “teoría de cuerdas”, como el que construye John Nash (Russell Crowe) en el filme Una mente brillante, y que sirve para establecer conexiones entre documentos datos.

Precisamente, ayudar a definir nexos es el uso que le da a esta herramienta la policía chilena. Renato Cárdenas, capitán del OS9 de la Dirección de Investigación Criminal de Carabineros, explica que los tableros sirven para visualizar inicialmente los antecedentes o personas involucradas en un caso: “Luego traspasamos los datos de sospechosos, víctimas y familiares a un software llamado i2 Analyst Notebook, que es el que enlaza los datos y establece patrones”. Según el oficial, el uso de este tipo de procedimiento fue vital para esclarecer casos tan famosos como el “Robo del siglo”, ocurrido en el 2014 y en el que delincuentes robaron seis mil millones de pesos en el aeropuerto de Santiago: “Fue muy relevante poder visualizar las distintas variables en terreno y tener todos los datos a la mano sin tener que recurrir sólo a la memoria. Se trata de un sistema muy práctico para todo tipo de crímenes”.

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