Histórico

El Viagra llega a las pistas

<img height="21" alt="" width="94" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200811/193348.jpg" />  <br /> Se sospecha que su uso se extiende entre los deportistas para aumentar el rendimiento.

"Hola. Te llamo por el aviso en internet". "Ahh... ¿quieres Viagra?",  pregunta un individuo que dice llamarse Miguel y que tiene un aviso en una página web donde ofrece la popular droga, utilizada en el tratamiento de la disfunción eréctil, para "mejorar el rendimiento físico". "¿En qué parte de Santiago estás?", pregunta, y luego cuenta que tiene "más de 300 clientes".

Los que llaman no son viejos, no tienen problemas de impotencia sexual ni tampoco sufren de hipertensión pulmonar. Son jóvenes deportistas, casi todos menores de 24 años, que buscan grandes dosis de la pastilla azul para potenciar su capacidad aeróbica.

El recurso no es nuevo. Los atletas chilenos que compran Viagra sólo están siguiendo una práctica que se ha extendido en Estados Unidos y en varios países del mundo. Y por eso mismo, por la rápida propagación de  su uso con fines deportivos, la Agencia Mundial Antidoping (AMA) acaba de anunciar que investigará al fármaco como el más reciente dopaje de los deportistas de alto rendimiento.

Así, la pastilla que se convirtió  en una solución médica para muchos, hoy está bajo sospecha. Los expertos sostienen que el citrato de sildenafil -compuesto básico del Viagra- proporciona a los atletas una ventaja artificial al mejorar el flujo de oxígeno a los músculos, elevando la capacidad cardíaca y su rendimiento general en las pruebas de alta competencia.

Para comprobarlo ya están en curso dos estudios, uno de la Universidad de Miami y otro de la Universidad de Marywood. Sus respectivos resultados, de ser positivos, instalarán al Viagra junto a las más de 200 sustancias prohibidas por el organismo internacional. Y los tiempos corren rápido para el fármaco: sería en septiembre de 2009, cinco meses antes de los juegos olímpicos de invierno en Vancouver, según señaló un vocero de la organización al diario The New York Times.

EN UN TUBO DE PASTA
En Beijing -dicen los entendidos- su consumo habría sido extendido. Pero antes de los Juegos Olímpicos de China, la llamada "vitamina V" ya había protagonizado un par de situaciones que comenzaron a inquietar a los reguladores del ambiente competitivo. Una de ellas ocurrió en mayo pasado, cuando el ciclista Andrea Moletta fue sorprendido con 82 pastillas escondidas en un tubo de pasta de dientes, durante un control de rutina de la vuelta ciclística de Italia. El atleta fue inmediatamente suspendido de la competencia, pero tras la investigación de rigor no hubo cargos. No había nada de qué acusarlo.

Un año antes de eso, otro caso remeció al ambiente deportivo. A Roger Clemence, beisbolista y ex lanzador de los Yankees de Nueva York, se le descubrió un frasco con píldoras en su camarín. Pero esta vez, según reportaron los medios estadounidenses, él reconoció abiertamente que utilizaba Viagra para mejorar la potencia de su tiro. 

La franqueza de Clemence para enfrentar la situación podría resultar extraña, más aún si entre los deportistas de excelencia su consumo es sigiloso, pero en disciplinas alejadas de los comités olímpicos y de los controles de doping, la pastilla se toma como una alternativa que contribuye a soportar mejor algunas condiciones adversas y de ninguna manera es censurable.

En ese lado está el montañismo, como lo refleja en 2004 la inglesa Annabelle Bond, quien relató en su blog que durante el ascenso al Everest, junto a un grupo que incluía a los chilenos Rodrigo Jordán y Andrónico Luksic, "la doctora Lou Anne vino a nuestro campamento después de almuerzo y discutió los méritos de tomar Viagra en altura. Siendo parte de la minoría femenina, ¡no quiero pensar qué ocurrirá con los hombres del campamento base!".

Sin quererlo, el coloquial y despreocupado relato de la montañista británica refleja el favorecedor ambiente que el Viagra encuentra en ese deporte. De hecho, fueron los montañistas los primeros en utilizar el fármaco desarrollado inicialmente para tratar la hipertensión pulmonar -en 1997  se usó para combatir la impotencia-, una condición que implica que los vasos sanguíneos que irrigan los pulmones son demasiados estrechos y no transportan el oxígeno necesario.

"Para ascensos sobre los tres mil metros se toman 50 ó 100 miligramos de Viagra, para evitar los edemas pulmonares que son parte del mal de altura", explica Norman McMillan, médico deportólogo y ex doctor de la selección chilena de ciclismo.

LOS ESTUDIOS QUE LO CONDENAN
Si el cada vez más extendido y menos silencioso consumo del Viagra  inquietó a los organismos deportivos, fueron dos estudios, realizados en 2004 y 2006, los que arrojaron las primeras pistas concretas de lo que hoy investiga el AMA. El primero de ellos, hecho en Alemanía y publicado en la revista Anales de Medicina Interna, analizó a un grupo de montañistas que subió el Everest y concluyó que el Viagra disminuía la contracción de los vasos sanguíneos, aumentando al máximo su capacidad aeróbica. Dos años después, la Universidad de Stanford sacó un reporte que indicó que en pruebas de ciclismo de 10 kilómetros y a 3.800 metros de altura, el desempeño de los deportistas aumentaba un 40%.

Pese a lo anterior, aún no hay consenso sobre estos efectos y la  polémica entre los médicos es intensa. Si bien hay certeza de que el Viagra mejora el desempeño en altura, lo que queda por dilucidar es si el fármaco tiene algún efecto cuando se hace deporte a nivel del mar. Kenneth Rundell, director del laboratorio de desempeño humano de la Universidad de Marywood, ha dicho que, aunque el Viagra aumente el rendimiento en grados menores, aún así podría tener  incidencia significativa. "La diferencia en el tiempo logrado entre el primer y el cuarto lugar en la carrera de esquí de los Juegos Olímpicos de Turín de 2006 fue de menos de un 1%. Por eso, el aporte del Viagra sería relevante".

AYUDA A LOS ESTEROIDES
Otro ámbito donde se ha reportado incidencia del Viagra tiene que ver con su capacidad de facilitar la acción de otras sustancias prohibidas, como los esteroides. El objetivo de estas hormonas es aumentar la masa muscular y una manera de que "ingresen" más rápido a los tejidos sería tomando previamente la pastilla azul. Además, se le atribuyen propiedades que ayudarían a la rápida recuperación física tras sesiones de duros entrenamientos.

Pero la discusión final tendrá lugar en poco tiempo más, cuando la Universidad de Marywood entregue su informe sobre los efectos del Viagra como antídoto para la polución. Propiedad que salió al tapete tras los Juegos Olímpicos de Beijing, donde los atletas la habrían ingerido para revertir una eventual baja en la capacidad pulmonar y, por ende, en el rendimiento, producto de la contaminación. La segunda investigación, la de la Universidad de Miami -que será finalizada en febrero de 2009- medirá en cambio si los beneficios del Viagra también se producen a nivel del mar y si afecta de forma distinta a hombres y mujeres.

Como las pastillas azules hoy no están contempladas dentro de las sustancias prohibidas para los deportistas, no existe ningún catastro mundial  de cuán extendido está su consumo. En Chile, los especialistas que se dedican a tratar deportistas ya han constatado su uso en el país. Aquiles Gómez, director de EduSport, señala que "los atletas más jóvenes obtienen la información en internet y se enteran del uso de estas sustancias incluso antes que sus entrenadores".

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