Figura clave del movimiento que provocó la caída de Mubarak en 2011: "No hay que excluir a los islamistas en Egipto, pero ellos deben reconocer sus errores"
Ahmed dice que en su país hay "un gobierno formado por civiles, pero es sólo una fachada".

La Revolución Egipcia de principios de 2011 que terminó con el régimen de tres décadas de Hosni Mubarak fue un movimiento espontáneo, sin liderazgos personalistas.
Sin embargo, un reducido grupo de jóvenes activistas provocó la chispa que encendió a las masas. Entre los más conocidos está Ahmed Maher, co-fundador del Movimiento 6 de Abril, y nominado en dos ocasiones al Premio Nobel de la Paz. La Tercera conversó con él poco antes del inicio del juicio al ex Presidente Mohamed Morsi, acusado de incitar al asesinato de sus detractores durante su año de gobierno.
Se calcula que desde el golpe que depuso a Morsi el pasado 3 de julio, los estallidos de violencia han cobrado la vida de más de 1.200 personas en todo el país.
¿Considera que el actual tiempo político en Egipto es un simple retorno del régimen de Mubarak?
Estamos preocupados de que pueda desembocar en eso. Ahora, es una mezcla de figuras de la Revolución Egipcia y de miembros de lo que llamamos el "Estado profundo". Viendo el comportamiento de la policía, las violaciones de Derechos Humanos, es obvio que debemos mantener la presión sobre el actual gobierno para que no recree el Estado policial que teníamos antes.
¿Cuál es la salida al conflicto político iniciado tras el golpe de Estado?
La responsabilidad de esta violencia corresponde a los dos bandos, el régimen y los Hermanos Musulmanes (que apoyaron al gobierno de Morsi). Ambos se niegan a abrir negociaciones y a ceder para llegar a acuerdos. Los militares dicen que no se conversa con terroristas, y los otros que no hablan con "golpistas".
Creo que los Hermanos Musulmanes deben aceptar las nuevas reglas del juego, y trabajar dentro del nuevo sistema. Por su parte, el Ejército debe reconocer que no se puede gobernar el país con la ley de emergencia, ni tampoco excluir del sistema político a los partidos islamistas, que cuentan con el apoyo de millones de personas. No se les puede aislar.
Los Hermanos Musulmanes ya han sido disueltos, y muchos piden la prohibición de todos los partidos islamistas ...
Necesitamos partidos que tengan una referencia islámica, pero no es aceptable que utilicen la religión contra sus adversarios y les llamen infieles. Creo que deben ser permitidos y han de ser parte del proceso político. Ahora bien, deben cambiar su discurso, porque lleva a conflictos sociales. Los islamistas han de reconocer que cometieron muchos errores, y aceptar que son una parte de la sociedad, no una corriente hegemónica.
¿Qué opina del proceso de redacción de la nueva Constitución?
Se están cometiendo los mismos errores que en la anterior, aprobada por los islamistas el año pasado. No hay grandes diferencias. La anterior Asamblea Constituyente, de la que yo era miembro, fue nombrada a dedo por los Hermanos Musulmanes. La actual, por el Ejército, pero el proceso es el mismo. Yo preferiría que los miembros de la Asamblea fueran elegidos a través de elecciones.
¿Qué espera de la futura Constitución?
Quizás será un poco mejor que la del 2012, pero no será ideal. Los Hermanos Musulmanes pactaron con el "Estado profundo", con los militares, los jueces ... Y ahora estamos en la misma situación. Estos estamentos quieren más poder. No obstante, quizás los artículos relativos a las libertades individuales y al rol de la religión en la vida pública serán mejores. Veremos.
¿Quién tiene el poder realmente en Egipto, el Ejército o el gobierno interino del país?
Los militares nunca lo han dejado de tener durante los últimos 60 años. Por ejemplo, ellos controlan la economía, poseen muchas de las empresas. Tenemos un gobierno formado por civiles, pero es sólo una fachada. La última palabra reside en el Ejército y en el general (Abdul Fatah) Al Sisi, la persona más poderosa del país.
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